Dónde están las joyas

Qué fue de la tiara Marichalar que llevó la infanta Elena el día de su boda: dónde está y quién la tiene

La tiara Marichalar se convirtió en un símbolo del renacer de la infanta Elena como el miembro más glamouroso de la familia real. Pero tras el divorcio fue sustituida y su paradero actual es confuso.

La infanta Elena el día de su boda luciendo la tiara. / GTRES

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Hoy la vemos tan feliz siempre con gorro de fieltro y haciendo saludos secretos a su padre , el rey Juan Carlos , pero hubo un tiempo en la que la infanta Elena no sólo era de las mujeres mejor vestidas de España sino que hasta disfrutaba llevando tiara, concretamente, la que le había regalado su entonces esposo Jaime de Marichalar .

La tiara Marichalar, bautizada así porque su origen se encuentra en la familia política de la infanta Elena , fue mucho más que su joya de cabecera y la que posó sobre el velo de la reina Sofía el día de su boda. La joya se convertiría en un canto de independencia de sus padres y un símbolo de la transformación de patito feo a cisne del glamour de la hija mayor de los reyes.

Cuando en el 18 de mayo de 1995 anunció su compromiso con un desconocido Jaime de Marichalar casi por sorpresa, pocos adivinaron el tsunami de sofisticación y glamour que se nos venía encima tras aquella boda. El primer adelanto fue el propio anillo de pedida de platino, que se había confeccionado con el diamante central en forma de lágrima de la tiara familiar de los condes de Ripalda.

Jaime de Marichalar, el hombre que jamás tuteó a la infanta ante los demás y que no la dejaba ir en mallas, chándal o zapato plano ni en público ni en privado, también fue el que le regaló la joya de la que la cuñada de Letizia se negó a desprenderse incluso cuando su relación ya se había acabado: la tiara Marichalar. ¿Pero qué sucedió con la joya que adornó la cabeza de la infanta Elena el día de su boda y la ayudó a completar los looks de gala más impactantes que nunca ha llevado?

La tiara Marichalar una joya versátil destinada a la realeza

Desde el momento en que Jaime de Marichalar y la infanta Elena decidieron consolidar su compromiso públicamente todos, en la saga de los Marichalar, sabían que su joya más querida acabaría descansando en la cabeza de la hija del rey el día de su boda. Un detalle que el resto del mundo desconocía.

La tiara en sí, creada por la firma de joyería Ansorena, responsable también del collar de diamantes y la tiara de flores de lis que el rey alfonso XIII regaló a la reina Victoria Eugenia , está realizada con diamantes engastados en platino y combina dos elementos decorativos de inspiración clásica: una corona de laurel y un diseño de grecas griegas.

Cuando la joya pasó de la familia Marichalar a convertirse en el eje del joyero personal de la infanta, se le añadió una base de platino con pequeños elementos circulares, que le aportaban mayor estructura pero que la infanta solía eliminar. Es por lo tanto una joya versátil, ya que es posible quitar, combinar y jugar con los diferentes elementos que la componen.

La primera vez que vimos a la infanta lucirla públicamente fue el día de su boda , el 18 de marzo de 1995, dando una sorpresa a los especialistas en la casa real que esperaban verla camino de la catedral de Sevilla con la tiara prusiana de su madre. Pero es que la tiara Marichalar se creó con vocación nupcial: ya adornó la cabeza de María de la Concepción Sáenz de Tejada en su boda con Amalio de Marichalar en 1957, y repitió ese papel en la boda de Ana de Marichalar con Luis Coronel de Palma en 1989.

La infanta Elena junto a Jaime de Marichalar el día de su boda. / / GTRES

En los años que siguieron a su boda la infanta Elena expandió el uso de la tiara Marichalar; la empleó en todos y cada uno de los eventos de gala a los que acudió mientras estaba casada, desde el banquete de Estado con el que se agasajó a Rania de Jordania y el rey Abdalá en 1999 en el Palacio Real a las celebraciones por el 50 cumpleaños del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia.

También se animó a lucirla en dos bodas reales europeas, la de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson en 2004 y la de Victoria de Suecia con Daniel Westling en 2010. Especialmente significativa fue esta última, porque para entonces la infanta y su marido ya estaban más que separados: su «cese voluntario de la convivencia» comenzó en 2007 y los papeles del divorcio se firmaron en 2009. ¿Había sido la tiara un regalo y había cambiado de manos para siempre?

Dónde y cuándo hemos vuelto a ver la tiara Marichalar

Si la tiara ha cambiado de manos desde que Jaime de Marichalar y la infanta Elena no se dirigen la palabra sólo lo saben ellos. Lo que sí sabemos todos es que las novias Marichalar la han seguido usando a posteriori.

En 2018 Ana Coronel de Palma y Marichalar la lució el día de su boda usando las hojas de laurel como horquillas prendidas en la parte posterior de su cabello y transformando las grecas helénicas en un collar.

En 2020 recuperó su papel de tiara nupcial en las bodas de las hijas del conde de Ripalda, las hermanas Inés y Blanca de Marichalar. ¿Significa esto que la infanta Elena devolvió la tiara a su suegra tras el divorcio o que gustosamente se la cede a sus sobrinas políticas cuando se casan? Lo que tenemos claro es que si Victoria Federica decide en el futuro pasar por el altar, tanto su padre como su madre pueden aconsejarle que la lleve el día de su boda. Al fin y al cabo siempre que su madre la portó, estaba guapísima.

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