aristócratas DE perfil bajo

La desconcertante invisibilidad de la Casa Alba: por qué Sofía Palazuelo y Belén Corsini rompen la tradición de la duquesa Cayetana y Eugenia Martínez de Irujo

Dos generaciones de aristócratas de la Casa Alba brillaron como ninguna en la vida social del franquismo, la transición y la joven democracia. ¿Por qué las millenial casadas con los Fitz-James Stuart han renunciado a esta visibilidad?

Sofía Palazuelo, futura duquesa de Alba, no frecuenta las reuniones sociales que nutren la crónica social: ni fiestas ni alfombras rojas ni eventos benéficos. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Parece el sino de la nueva generación de jóvenes aristócratas . No de las marquesas mediáticas al estilo de Tamara Falcó, sino de las consortes o titulares de las grandes casas de la nobleza española. A diferencia de sus antecesoras, apenas se dejan ver en los modernos salones de la crónica social ni cultivan la influencia pública. Esto es especialmente evidente en la moderna Casa Alba.

Pese a la expectación que causaron en sus respectivas bodas, celebradas en 2018 y en 2021, ni Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar, ni Belén Corsini, condesa de Osorno, pueden comparar su perfil público al que mantuvieron Cayetana Fitz-James Stuart o Eugenia Martínez de Irujo. Poco, más bien nada, se han dejado ver, más allá de bodas y bautizos o la tradicional salida en coche de caballos en la Feria de Abril. Apenas si vemos fotos de ellas .

Muchas de las fotos de Sofía Palazuelo son robadas

Evidentemente, las apariciones públicas de Sofía Palazuelo y Belén Corsini interesan a los paparazzi, de ahí que sí podamos ver algunos robados apresurados en las revistas de vez en cuando. Algunos seguro que no han hecho demasiada gracia en la Casa Alba, como las escenas playeras en bikini que los fotógrafos robaron a la próxima duquesa de Alba en Sotogrande (Cádiz). Si las jóvenes aristócratas tienen alergia a la exposición, peor la llevan si es en un traje de baño mínimo.

Los duques de Huéscar, Fernando Fitz.James Stuart y Sofía Palazuelo. / gtres

Sin entrevistas exclusivas, producciones de moda, apariciones estelares en alfombras rojas ni protagonismo social en las grandes fiestas de cada temporada, la joven generación de mujeres de la Casa Alba desdibuja la preponderancia social de la familia más influyente de la aristocracia española. No lo olvidemos: el título de duquesa de Alba tienen tanta trascendencia a efectos populares como el de una infanta.

¿Qué ha pasado para que los Alba haya pasado de estrellas de la crónica social a aristócratas sin brillo, trascendencia ni gloria mediática? Algo tiene que ver la personalidad de los titulares, necesariamente más discreta que la de la burbujeante Cayetana de Alba o la de la simpatiquísima Eugenia Martínez de Irujo . La duquesa de Montoro tiene presencia y proyecto en su propio perfil de Instagram, desde el que se confirma como digna heredera de su madre.

Palazuelo y Corsini evitan fiestas y alfombras rojas

Imposible ponerse los zapatos de la duquesa de Alba una figura excepcional en la historia de la nobleza española, o de Eugenia Martínez de Irujo, la mujer que bebió los vientos de libertad de su madre para dejarnos romances, bodas, rupturas y posados playeros míticos en la prensa rosa española. Sin embargo, retirarse a los cuarteles de la discreción cuando se detenta un privilegio nobiliario como el ducado de Huéscar o el condado de Osorno parece un desperdicio.

Los condes de Osorno, Carlos Fitz-James Stuart y Belén Corsini. (FOTO: GTRES)

¿Qué papel pueden jugar las jóvenes aristócratas en este nuevo mundo millennial, en el que la visibilidad ya no supone un privilegio, sino todo lo contrario? Necesitamos levantar acta del cambio generacional que se ha producido desde los tiempos de Cayetana de Alba y, sobre todo, de Eugenia Martínez de Irujo hasta aquí. El poder ya no se demuestra apareciendo, sino desapareciendo. Aún así, ¿resulta conveniente para una familia con tanto patrimonio dejar de lado su potencial de influencia social?

Desde el fallecimiento de Cayetana de Alba, es Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, quien carga con el protagonismo de representación de la familia en los medios de comunicación. Sin embargo, cualquier experto en reputación y comunicación le dirá lo obvio: en el panorama mediático actual, las figuras masculinas llevan las de perder. Son las mujeres las que pueden desplegar el impacto sensorial máximo que requieren los medios y sus públicos.

Los duques de Huéscar y los condes de Osorno, en la presentación del libro «Luis Martínez de Irujo. Duque de Alba. El peso del nombre'. / getty images

Este otoño, la Casa Alba prepara un acontecimiento de máximo interés y, probablemente, el evento social que puede convertirse en el más deslumbrante de la temporada. Nos referimos a la exposición comisariada por Lorenzo Caprile y Eloy Martínez de la Pera que abrirá el armario de la duquesa Cayetana (y de otras mujeres de la familia) en el Palacio de Liria. Un sueño para las amantes de la moda y de la historia.

¿Quedará opacado este esfuerzo de comisariado, este despliegue de talento y este regalo de la familia por un reducido protagonismo de las mujeres que ya han heredado la carga mediática que implica representar la imagen de la Casa Alba? Sería una pena que ocurriera así. Su involucración en la interesantísima actividad cultural que se está desplegando en el Palacio de Liria merece que Sofía Palazuelo y Belén Corsini den (si así lo quieren) un paso adelante. Es su hora.