Aniversario La dramática historia de Faisal II, el último rey de Irak, asesinado junto a su familia con solo 23 años

Faisal II fue fusilado en el palacio real de Bagdad en un golpe de estado en el que participó un jovencísimo Sadam Hussein

Faisal II junto a la reina Isabel. / gtres

Juanra López
Juanra López

El 14 de julio de 1958 un golpe de estado brutal acabó con la monarquía en Iraq y con la vida del joven rey Faisal II, de apenas 23 años. Muchos iraquíes que aún recuerdan ese dramático desenlace y vivieron momentos tan sanguinarios como la guerra entre Iran e Irak , la férrea dictadura de Sadam Hussein, la guerra con Estados Unidos y el caos posterior, consideran que ese magnicidio supuso el comienzo de un descenso catastrófico a los infiernos.

La monarquía constitucional fue un régimen que duró cuatro décadas y dejó una huella considerable si tenemos en cuenta los acontecimientos posteriores. Por eso, el día de la revolución del 14 de julio, los iraquíes se dividen entre los nostálgicos de la institución (una exigua cantidad) y los que consideran que entonces se vivía en un país en el que existía un abismo entre las élites y una población empobrecida, especialmente en las zonas rurales.

Algunos consideran un lunático a Abdul Karim Quassim, el oficial del ejército nacionalista iraquí que lideró el golpe en el que murieron diversos miembros de la familia real. Otros, una figura que dio un vuelco a la historia. Sin embargo, el militar sería también asesinado durante otro golpe de estado en 1963 por parte del partido Baaz durante el Ramadán.

Sus predecesores en el trono también murieron de forma prematura y dramática

Para entender la figura del último rey de Irak, tenemos que remontarnos a la fundación del reino, en 1932, a través de la figura de Faisal I, tras el desplome del imperio otomano. Faisal, que nació en Arabia Saudí y era miembro de la dinastía hachemita, luchó junto a T. E. Lawrence, el mítico Lawrence de Arabia que llevó al cine David Lean, en la Primera Guerra Mundial.

Su reinado duró doce años, pues falleció de un infarto a los 48. Su sucesor fue su hijo, el rey Ghazi, pero tampoco corrió mejor suerte que él: falleció en un accidente de tráfico en Bagdad seis años después. Le llegó el turno entonces al hijo de este, Faisal II, pero solo tenía tres años, así que se nombró como regente a su tío, el príncipe heredero Abdallah, hermano de Faisal I.

Faisal II recibió una esmerada educación en el Reino Unido, en Harrow, junto con su primo, el rey Hussein de Jordania . Cuando llegó al trono al alcanzar la mayoría de edad, a los 18 años, los augurios no podían ser mejores. Además de ser un joven muy inteligente, aunque de frágil salud (padecía un acuciante asma), se ponía al mando de un país en alza, que se estaba industrializando y con unos enormes recursos naturales, especialmente el petróleo.

Faisal II junto a la reina Isabel II, el duque de Edimburgo y los príncipes Carlos y Ana. / gtres

Esa prosperidad, sin embargo, tenía letra pequeña… La polarización entre los ricos y bien relacionados, que prosperaron en la capital, Bagdad, y los pobres, mucho más conservadores y receptores de los mensajes antiimperialistas de amplios sectores de la sociedad que consideraban que el país estaba al servicio de los intereses de Occidente.

Faisal II había heredado de su abuelo, Faisal I, una política exterior muy vinculada al Reino Unido, que generó enormes tensiones internas. Unas hostilidades que se exacerbaron por la crisis de Suez en 1956. El 13 de julio de ese año se había ordenado a dos brigadas del ejército que fueran a Jordania para contribuir a sofocar una crisis en el Líbano. el ya mencionado Qassim, un oficial que dirigía una de las unidades, decidió enviar tropas al palacio Qasr Al Rihab.

Un golpe de estado sanguinario en el que participó Sadam Hussein

A la mañana siguiente, poco después de las 8 se consumó el golpe de Estado. El palacio estaba rodeado de tanques que abrieron fuego. El rey Faisal II, su tío, el príncipe heredero, y otros miembros de la familia y de su personal de cámara fueron asesinados cuando intentaban escapar. El monarca, de solo 23 años, estaba comprometido con Sabiha Fazila Khanum Sultana, única hija del príncipe Damad Muhammad 'Ali Ibrahim Bey, Efendi de Egipto, y de su esposa, la princesa Zahra Khanzadi Sultana, segunda hija del capitán y príncipe Omar Faruk, Efendi de Turquía.

Sadam Hussein, que había sido clave en el golpe militar de 1968, conocido como Revolución del 17 de julio y que llegó al poder de manera oficial, que no oficiosa, en 1979, sentía una gran admiración por el efímero monarca. Tanto es así que mandó restaurar el mausoleo real donde se encuentra la tumba de Faisal II, junto a la de su progenitor.

En mayo de 2020, completamente olvidada y apartada de todo, falleció a los 100 años la última representante de la monarquía iraquí, Badiya bint Ali, hermana del príncipe regente Abdallah, que sí había logrado escapar de la matanza que acabó con su familia, en la que, por cierto, también había participado un jovencísimo Saddam Hussein, ironías de la vida… Su hijo, que había escapado con ella cuando tenía solo dos años, regresó a Irak tras la caída de Saddam en 2003 para reclamar un trono que cuenta, como decíamos, con pocos acólitos y un puñado de nostálgicos.