escándalos del pasado

Cuando Federico de Dinamarca era el príncipe Turbo: fiestas, velocidad y un tiburón en la pantorrilla

Repasamos todos los escándalos y polémicas de Federico de Dinamarca antes de ser rey (y por qué el Parlamento dudaba de que pudiera coronarse algún día).

Foto de archivo de Federico de Dinamarca en su juventud. / getty

Elena Castelló
Elena Castelló

Hoy tiene 55 años, algunas canas y arrugas y es el nuevo rey de Dinamarca, Federico X . La reina Margarita, su madre, había afirmado durante toda su vida que no abdicaría jamás y sorprendió al mundo, en su discurso de Año Nuevo, anunciando su abandono del trono a favor de su hijo. Quizás en otro momento la decisión de la soberana no habría sorprendido tanto, pero esta renuncia llegaba semanas después de un escándalo protagonizado por Federico durante un fin de semana en Madrid.

El todavía heredero fue fotografiado junto a Genoveva Casanova , la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo, en la noche madrileña, saliendo de un conocido local, tomando un coche juntos y entrando y saliendo del mismo portal del centro. La Casa real danesa, que nunca comenta los rumores sobre la institución, esta vez publicó un comunicado, aunque fue para decir que no hablaba de este tipo de cosas. Pero todos los medios lo comentaron y pusieron el foco en la hoy reina Mary , sugiriendo una posible crisis matrimonial y cada uno de sus gestos empezó a ser mirado con lupa.

Hay quien ha comentado que la abdicación de la reina Margarita tenía como motivo salvar el matrimonio de Federico y Mary. Pero la realidad es que Margarita ha comenzado a sufrir algunos problemas de salud y que su hijo ha estado preparándose toda la vida para su papel de rey, y quizás lo ha pensado mejor y se ha dado cuenta de que Federico está en la edad adecuada para tomar las riendas.

El polémico pasado de Federico de Dinamarca

El hoy rey pasó una juventud borrascosa, durante la cual muchos tuvieron serias dudas sobre su futuro. Pero hoy es un hombre maduro, con una familia feliz y está muy bien valorado por los daneses, a pesar de los últimos rumores. Margarita ya tuvo que hacer frente a aquel joven díscolo en su momento: hubo un tiempo en el que Federico de Dinamarca era el «príncipe Turbo».

En la Nochevieja de 1992 fue detenido junto a su pareja, la modelo Malou Aamund, por conducir a toda velocidad y con un elevado nivel de alcohol en sangre. La polémica llegó al Parlamento danés, donde hubo quien cuestionó que el príncipe estuviera capacitado para llevar un día la corona y que debía renunciar a sus derechos dinásticos. La Casa Real pidió disculpas y mandó a Federico a estudiar al extranjero. Pero el príncipe continuó con su agitada vida de soltero de oro para disgusto de su madre, la reina Margarita.

Federico de Dinamarca en la boda de Alexia de Grecia y Carlos Morales. / getty

Federico se ganó entonces su segundo apodo, el de «Heredero de Casanova», debido a su larga lista de novias despampanantes, incluyendo a la modelo de lencería Katja Storkholm, a fines de la década de 1990, o a la cantante Maria Montell. En una biografía no autorizada, publicada en 2008, la reportera real Trine Villemann sugería, sin embargo, que Katja ayudó al príncipe a considerar su futuro como heredero al trono y que incluso le ayudaba a escribir discursos. Parece que Federico le propuso matrimonio, pero Margarita impidió que aquella relación siguiera adelante.

En 2017, a pesar de su aparentemente feliz vida familiar, una revista danesa, Her&Un, aseguró que había sido infiel a su mujer y que había pagado varios miles de euros a la mujer involucrada para que no aireara el caso. Y algunos rumores decían que la propia Mary le había arrastrado fuera de una discoteca, cuando ya llevaban varios años casados.

El hoy rey tiene un tiburón tatuado en la pantorrilla de la época que pasó en la Armada danesa, tras licenciarse en la Universidad de Aarhus. El tiburón es la insignia del cuerpo de élite Frogman, en el que sirvió, mientras que en la otra pantorrilla tiene un segundo tatuaje, un pingüino, que hace referencia al apodo de Pingu, que se ganó tras un duro entrenamiento en la Frogman, que incluía buceo, supervivencia y natación de combate.

Federico siempre ha tenido fama de temerario, le encantan el esquí deportivo y la velocidad. En más de una ocasión terminó hospitalizado por sus desafíos en la nieve. En 2000 participó en una expedición de esquí de cuatro meses, durante la cual recorrió 3.000 kilómetros en trineo por Groenlandia.

En 2013 se convirtió en el primer miembro de la realeza en completar un desafío Ironman. Una vez declaró: «No quiero encerrarme en una fortaleza. Quiero ser yo mismo, un ser humano«. Quizá esto le haga mucho más accesible que su madre, un rey del siglo XXI.