El rey Felipe VI cumple 55 años en un momento complicado en lo institucional y lo íntimo. /
El rey Felipe VI cumple 55 años en un momento complicado en lo institucional, triste en lo familiar y dulce en lo íntimo, solo hay que ver el cariño y complicidad que muestra en las citas de agenda oficial que comparte con la reina Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía. Nos arriesgamos a decirlo: si su padre, el rey emérito Juan Carlos, no siguiera en el exilio y llevar la Corona no implicara desvelos, podríamos estar ante el mejor momento en la vida adulta del monarca.
Seguro que el joven príncipe de Asturias Felipe de Borbón no soñó jamás en una vida familiar que se ha convertido en un matriarcado en toda regla: el rey es el único varón en una casa habitada por mujeres: Letizia, Sofía, Leonor, cuando está en Madrid. Incluso en su casa extendida de la Zarzuela, ya solo le espera su madre, la reina Sofía y, en fechas muy (muy) señaladas, sus hermanas, las infantas Elena y Cristina.
Felipe de Borbón fue hijo único, en el sentido de único varón y heredero, y continúa siéndolo, aunque la tutela de la reina emérita Sofía fue muy distinta a la relación que mantiene con la reina Letizia. Es de dominio público que Sofía de Grecia mimó hasta lo indecible a su heredero: sufrió muchísimo por no dar a luz un varón primeramente. Cómo se desvelaría por su hijo, que sus hermanas le apodaron «el pequeño Napoleón».
La reina Sofía siempre ha tenido una complicidad muy especial con su hijo, Felipe de Borbón. /
«Parece obvio que, tras esa pátina de hombre pausado y tranquilo, tiene hueco entre sus emociones para la ira y el enfado, sentimientos solo desatados lejos de los focos», apuntó Alberto Lardiés, autor de La corte de Felipe VI. Esta impresión es congruente con los testimonios que hablan de un joven príncipe consentido, aficionado al lujo y que hizo su voluntad hasta que le enviaron a la academia militar y, más tarde, a Canadá.
«Felipe ha sido siempre tímido, serio, secundario, reservado. Como yo. Como su abuelo el rey Pablo», desveló la reina Sofía a Pilar Urbano, para su biografía La reina muy de cerca. «Con Letizia no es que haya cambiado su carácter o su personalidad, pero se ha abierto más, es más comunicativo, pasa más la raya hacia el público... Está menos distante, más accesible, más cercano a la gente».
Ana Romero, autora de El rey ante el espejo, un relato sobre los últimos años de Felipe VI en el trono, también caracterizó al rey en las antípodas de su padre. «Don Juan Carlos es volcánico, instintivo, rápido. El hijo es frío, reflexivo, tranquilo, más sereno y menos intuitivo. Mucho más parecido a la madre que a los Borbón».
Los reyes Felipe y Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han proyectado siempre la imagen de una familia feliz. /
Hablan, por supuesto, del rey en los prolegómenos de la coronación y, sobre todo, desde su compromiso y boda con Letizia Ortiz. En algunas crónicas, se insiste en que el príncipe de Asturias continuó siendo bastante hedonista y con un punto soberbio, un carácter que se le supone a cualquier rey (véase Carlos III) hasta prácticamente ayer. Fue la abdicación de su padre en 2014 la que convenció al heredero de que su destino no estaba tan escrito como suponía. Y, sobre todo, Letizia.
«Quizás lo que más ha moldeado la existencia del actual Rey de España es la llegada a su vida de Letizia Ortiz», desveló Lardiés a propósito de su libro, La corte de Felipe VI. «Hoy no le faltan sentido del humor y sencillez a la hora de tratar a quienes recibe en audiencia. Es meticuloso cuando trabaja y, por ejemplo, siempre colabora activamente en la redacción de los discursos relevantes, frente a lo que hacía su padre».
Los reyes Felipe y Letizia están especialmente volcados en la educación de Leonor, la próxima reina española. /
Gracias a Los hombres de Felipe VI, el libro de José Apezarena, supimos que el rey llama a la reina «mamá» desde que nacieron Leonor y Sofía. Confirmamos, de hecho, que es tan 'niñero' como cuentan las crónicas. «Internamente, con Letizia, forma un equipo. Hablan y consideran juntos cosas de todo tipo. Hay sintonía, compañerismo y complicidad», confirmó Apezarena. «Felipe sigue mostrándose hoy como un romántico, convencido de que Letizia es la perfecta compañera de viaje».
El retrato que suman los retazos íntimos que van saliendo en los libros, tanto biografías como relatos de determinados momentos críticos de su reinado, es el de un hombre que ha sabido cambiar para entrar en su tiempo. Por influencia de la reina Letizia, sobre todo, pero también por la necesidad de ponerse a la altura de la educación de sus dos hijas, dos jóvenes que han de entenderse en un mundo en el que el privilegio se mira con lupa.
La infanta Sofía, la pequeña de la casa, será la próxima en dejar Zarzuela para terminar el Bachillerato fuera de España. /
La estabilidad de la Corona, la verdadera obsesión del rey, implica hoy acercar una institución anclada en la historia a una sociedad en permanente cambio. Quizá sean ellas, Letizia y Leonor, las que ahora tienen más herramientas para hacerlo. El rey, líder en lo institucional pero comunicativamente secundario, parece feliz dejando que sean ellas las que lideren. Podríamos calificar este gesto de estrategia, pero tampoco queda tan lejos de la expresión de una nueva masculinidad.
El rey Felipe, con sus gestos de cariño a la reina y a sus hijas, con las miradas de afecto orgulloso y sus modales tranquilos, comunica en esa clave atenta, receptiva y comprensiva que se suele adjudicar a las nuevas masculinidades. Hombres que jamás describirían a J-Hope (cantante de la famosísima banda surcoreana BTS) de «friki japonés», como le ha sucedido a Pablo Motos.
El rey Felipecon la reina Letizia en el patio del palacio real. /
Seguramente, la convivencia familiar del rey Felipe con dos adolescentes en edad de k-pop ya le habría informado de las nuevas nuevas que suceden en el siglo XXI. Por ejemplo, que los jóvenes de la generación Z, la generación Leonor, pueden llevar faldas sin que sus padres o sus abuelos les llamen 'frikis'.