Rel rey Felipe VI junto a Pablo de Grecia /
Fue en su infancia, cuando se fraguaron casi todas las amistades del rey Felipe VI , tanto en el colegio como con sus primos por parte de su padre, el rey Juan Carlos , y de su madre, la reina Sofía. Con quien tuvo una relación más estrecha fue, sin duda, con sus primos griegos, hijos de los ex reyes de Grecia Constantino y Ana María, especialmente con Pablo, Nicolás y Alexia, con los que compartía vacaciones de Navidad y de verano en Mallorca.
Pero fue siempre con Pablo con quien mantuvo una amistad más íntima. Apenas se llevaban un año de diferencia (Pablo de Grecia nació en 1967 y Felipe de Borbón en 1968) y, de alguna manera, les unía el hecho de ser los herederos, aunque Pablo ya supiera que nunca reinaría en Grecia, antes de llegar a la adolescencia. Pero los dos recibieron una formación escolar y militar prácticamente paralela, que culminó con su ingreso en la Universidad de Georgetown.
Durante años, su rutina fue celebrar juntos las Navidades en La Zarzuela, el Año Nuevo en Baqueira Beret y el verano en Mallorca. El hermano de Doña Sofía ha mantenido siempre una buena amistad con su cuñado, don Juan Carlos, y éste no dudaba en invitar a su familia política a pasar el mayor tiempo posible con ellos.
Con el paso de los años las relaciones entre ambos se fueron enfriando, pero los vínculos todavía perduran en la generación más joven. La complicidad de los príncipes se estrechó en los primeros años de juventud, tanto entre las infantas y su prima Alexia –especialmente con Cristina, que compartió piso con ella en Barcelona–, como entre don Felipe y el príncipe Pablo, que habla español perfectamente por su relación con la familia real española. El príncipe recuerda con gran afecto sus días de vacaciones en España, practicando vela o yendo, por primera vez, a una discoteca con Felipe.
Los príncipes estudiaron juntos en la Universidad de Georgetown, en Washington, entre 1993 y 1995, donde se licenciaron en Relaciones internacionales y allí compartieron piso, gastos y muchas sobremesas de confidencias.
Pablo se había formado previamente en la británica Royal Military Academy Sandhurst y participó en el regimiento de caballería de los Royal Scots Dragon Guards. Paseaban en bicicleta por la ciudad, salían de compras, de copas con los amigos... Fue en esa época cuando Pablo conoció a Marie-Chantal Miller, hija del magnate estadounidense Robert Miller y su futura esposa.
Ella precisamente presentó a don Felipe a una de sus novias: la norteamericana Gigi Howard , con quien mantuvo un breve romance. « Pablo era el empollón y el ratón de biblioteca y Felipe era el juerguista que se saltaba unas cuantas clases a la semana», contaba Marie-Chantal a la revista Vanity Fair, hace unos años. A menudo los tres hacían planes juntos.
Se reunían por la noche y Marie-Chantal cocinaba, demostrando sus dotes tras graduarse en la escuela de chefs Escoffier del Ritz, de París. Pablo se casó con ella nada más terminar sus estudios, el 1 de julio de 1995. El Rey Felipe ejerció de testigo en su boda en Londres, un acontecimiento al que solo la boda de la reina Isabel había sobrepasado en la presencia de invitados de la realeza.
Desde su boda con doña Letizia, se ha visto a don Felipe en raras ocasiones con su familia griega. Una de ellas fue la boda de su primo Nicolás de Grecia, hermano menor de Pablo, y Tatiana Blatnik, en la isla de Spetses, a la que acudió junto con su esposa. Y otra, más reciente, fue para celebrar los 50 años de Pablo, que coincidieron además con los 21 años de su hija mayor, la princesa Olympia.
Felipe en el cumpleaños de Olympia de Grecia. /
Marie-Chantal organizó una de las fiestas más alegres y originales que se recuerdan en la alta sociedad, bajo el lema «Prince and the Revolution». Asistieron reyes, príncipes, empresarios, aristócratas y «celebrities» que se dieron cita en la casa de campo de la familia, en Gloucestershire, Inglaterra. Los invitados lucieron extravagantes túnicas y tocados.
Gracias a las redes sociales se supo que habían asistido la reina Máxima de Holanda, los príncipes Michael de Kent y Haakon y Mette-Marit de Noruega, junto al modisto Valentino Garabani, la diseñadora Tory Burch o la multimillonaria Nicky Hilton. Fue en una de esas capturas de móvil en la que se veía al rey Felipe, charlando relajadamente con otro invitado, el interiorista Michael Smith, pareja del exembajador de Estados Unidos en España, y el príncipe Kyril de Bulgaria. Lo que no se supo es si doña Letizia acompañaba a don Felipe.
Pasados los años los dos primos mantienen todavía una relación muy estrecha, aunque sus vidas hayan sido muy diferentes: Felipe se convirtió en Rey en 2014 y Pablo trabaja en banca de inversión y se dedica en cuerpo y alma a su familia numerosa, que aparece a menudo en las redes sociales en episodios de su vida privilegiada, en alguna de las mansiones que posee la familia.
Esta divergencia en sus destinos no parece haber estropeado su conexión. «Ahora los dos estamos casados, tenemos hijos y responsabilidades. No nos vemos tan a menudo, pero cuando nos encontramos es como si no hubiera pasado el tiempo. Ambos hemos sido educados con los mismos principios por nuestros padres y por nuestra abuela Federica, la madre de la reina Sofía», explicaba a Vanity Fair.
Parece, sin embargo, que el distanciamiento entre primos comenzó a raíz de la boda con doña Letizia. Precisamente doña Letizia fue blanco de las críticas de Marie Chantal de Grecia a raíz del «desencuentro» a las puertas de la Catedral de Palma de Mallorca en 2018. La nuera del Rey Constantino no dudó en arremeter contra la esposa de Felipe VI en redes por su actitud con doña Sofía y dijo que «había mostrado su verdadera cara».