Un futuro sombrío
Un futuro sombrío
El príncipe Andrés acaba de celebrar su 65 cumpleaños y no ha soplado precisamente las velas de su tarta rodeado del amor de su familia. En plena polémica con su hermano Carlos por su firme negativa a abandonar su residencia de Royal Lodge, tan solo su ex, Sarah Ferguson, sigue apoyándole a pesar de los sucesivos escándalos que han arrastrado su reputación por el barro. Sus dos hijas, Beatriz y Eugenia le muestran su apoyo de manera más discreta.
Pero, ¿podría cambiar la situación del duque de York si el monarca británico muriera antes que él? El reciente diagnóstico de cáncer de Carlos III hizo que se multiplicaran las especulaciones sobre el futuro de todos los principales miembros de los Windsor. Tras su hipotético fallecimiento, el heredero sería el príncipe Guillermo, seguido de sus hijos George, Charlotte y Louis. Su hijo Harry sería el siguiente en la línea de sucesión y después vendrían sus propios hijos, Archie y Lilibet.
Justo después encontramos al príncipe Andrés, apartado de sus funciones reales desde 2019 tras salir a la luz varias noticias en las que se le acusaba de agresión sexual y se le relacionaba con el ya fallecido agresor sexual Jeffrey Epstein. Para empeorar las cosas, el duque también es sospechoso de haber sido confidente de un espía chino, un escándalo que causó conmoción en el gobierno británico. Este agente secreto, al servicio de Pekín, habría utilizado su relación con el royal para acceder a las más altas esferas.
Tras esta serie de catastróficas desdichas, su familia en pleno le ha dado la espalda. Ya antes de su muerte, Isabel II le había retirado sus títulos y patrocinios y recientemente Carlos III le retiró su pensión anual estimada en 1,2 millones de euros y suprimió su servicio de seguridad. Así las cosas, no existe razón alguna para pensar que su situación podría mejorar si su hermano mayor desapareciera de la ecuación, sobre todo porque cuenta con un enemigo clave.
Está claro que cuando fallezca Carlos III, las decisiones importantes las tomará el nuevo monarca, es decir, Guillermo. Y eso no es algo que favorezca en absoluto a su tío Andrés. Los expertos en la realeza británica coinciden en que el príncipe de Gales está haciendo todo lo posible por eliminar a su tío de la foto de familia, para que deje de empañar la imagen de la corona.
Según asegura el polémico biógrafo de los Sussex, Omid Scobie, Guillermo fue el primero en convencer a su abuela, cuando aún vivía, y a su padre, que aún no se había decidido al respecto, de excluir a Andrés de la familia real. Y eso que, de pequeño, el esposo de Kate Middleton admiraba a su tío y escuchaba embelesado sus historias sobre los héroes de la guerra de las Malvinas. Pero ahora tiene claro que su principal preocupación es salvaguardar el futuro de la institución.
El príncipe Guillermo no aprecia demasiado a su tío Andrés. /
Aparte de estas razones más políticas, el príncipe de Gales ya no parece tener ninguna afinidad con el duque de York. « Guillermo guarda desde hace tiempo rencor a Andrés por no haber sido acogedor cuando presentó por primera vez a Kate Middleton a la familia real», asegura el experto en realeza Richard Kay en el 'Daily Mail'. Y añade: «Siente que su padre ha sido demasiado tolerante con él».
Cuando falleció Isabel II, la imagen que nos dejó el príncipe Andrés en su funeral fue de lo más triste. No se le permitió vestir como a sus hermanos el uniforme militar ni participar en el saludo real. Un panorama que muy probablemente se repita en el supuesto caso de que deba asistir al entierro de Carlos III.
Sin permiso en estos momentos para usar el título de su alteza real, no parece probable que pueda recuperarlo en el futuro, del mismo modo que sus patrocinios y rangos militares. Además, su hermano está haciendo todo lo posible para desalojarle cuanto antes de la mansión de Royal Lodge que sigue negándose con obstinación a abandonar, pese a ser incapaz de sufragar sus enormes costes de mantenimiento.
Según los expertos, el príncipe Andrés tiene «serios delirios de grandeza» al negarse a mudarse de la residencia de treinta habitaciones que comparte con Sarah Ferguson. Pero su hermano está empeñado en que se traslade a Frogmore Cottage, la antigua residencia de Harry y Meghan, ya que el monarca desea que, en caso de que muera antes que su esposa, la reina Camilla pueda mudarse allí.