Las alarmas saltaban en los medios noruegos cuando el heredero al trono, el príncipe Haakon, dejaba a su esposa Mette-Marit como anfitriona de un reciente almuerzo ofrecido en Oslo en honor a los administradores del Estado. El departamento de comunicaciones del palacio citaba «razones privadas» para la ausencia del royal, poco después de que la princesa heredera se recuperara de varios días de baja por enfermedad.
Sin embargo, la revista 'SE og HØR' informaba al poco tiempo de que se había visto a Haakon embarcando en un vuelo rumbo a Londres acompañando a su polémico hijastro Marius Borg , después de que hubieran concluido sus múltiples interrogatorios con la policía. El joven admitió previamente haber agredido a su pareja bajo los efectos del alcohol y las drogas, en un caso que ha conmocionado a la sociedad noruega.
La publicación añadía que el viaje se hizo para acompañar a Marius a una clínica de desintoxicación en la capital británica después de que el abogado del hijo de mayor de Mette-Marit , Øivind Bratlien, asegurara que su cliente estaba preparado para comenzar su rehabilitación en un futuro próximo. En un comunicado emitido a través de su equipo legal, Borg afirmó que sufre «varios trastornos mentales» y que «ha luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo».
Poco antes de este viaje, Haakon sorprendía al romper su silencio sobre su hijastro en un acto junto a la escritora Margaret Atwood . «Hay una investigación policial en curso y no creo que sea correcto decir mucho sobre los elementos individuales que contiene», aseguraba el esposo de Mette-Marit, que parece decido a tomar ahora las riendas en este asunto. «Al mismo tiempo, como dijo el rey, nosotros, como familia, tratamos de cuidarnos unos a otros. Y más allá de eso, nos esforzamos en hacer nuestro trabajo«, añadió ante la prensa allí reunida.
Mientras su hijo no deja de darle quebraderos de cabeza que podrían incluso terminar con su presencia ante un juez , la princesa Mette-Marit acaba de recibir una buena noticia al reincorporarse al trabajo tras una nueva baja por motivos de salud, debido a los efectos secundarios de los medicamentos asociados a su enfermedad pulmonar crónica. Sus problemas médicos se hicieron públicos por primera vez en 2018, cuando se reveló que había sido diagnosticada con fibrosis pulmonar.
En ese momento, Mette-Marit emitió un comunicado explicando que su enfermedad significaba que su capacidad de trabajo variaría «para adaptarse a su tratamiento, incluidos períodos de tiempo sin una agenda oficial». La fibrosis pulmonar es incurable y empeora con el tiempo, pero el médico de la princesa, el profesor Kristian Bjøro, del Hospital Nacional de Oslo, dijo que habían estado controlando su estado durante varios años y que «la progresión de la enfermedad ha sido lenta durante este periodo».
No se sabe mucho sobre la inusual variante de fibrosis que se detectó en el pulmón de Mette-Marit, pero, según la casa real, «existe un amplio consenso en que, a diferencia de otros tipos más comunes de fibrosis pulmonar, no está relacionada con factores ambientales o de estilo de vida». El hecho de que la enfermedad se detectara en una fase temprana mejora el pronóstico de la royal, según el comunicado oficial del palacio.
Superar por el momento sus problemas de salud será sin duda un alivio para la princesa, que continúa haciendo frente a las dramáticas consecuencias de la detención de su primogénito el pasado 4 de agosto. Marius Borg pasó entonces la noche en un calabozo, acusado en primera instancia de lesiones y daños. En caso de ser declarado culpable, se enfrenta a una pena de prisión.
«El consumo de drogas y mis diagnósticos previos no excusan lo que ocurrió. Quiero ser responsable de lo que he hecho y daré explicaciones sinceras a la policía«, ha declarado previamente el joven. Pero posteriormente ha dado numerosas muestras de no haberse arrepentido de sus actos , sobre todo después de ser puesto bajo custodia policial por segunda vez después de que supuestamente violara una orden de alejamiento concedida a su ex y se pusiera en contacto con ella tras la agresión.
Desde entonces, Mette-Marit no ha querido realizar declaraciones sobre el caso que afecta a su hijo, al que incluso habría prohibido la entrada a la residencia de los príncipes en Skaugum. Hasta ahora Marius Borg residía en una pequeña vivienda apartada del edificio principal de la propiedad, pero según informa el diario 'Aftenposten', el joven ya no es bienvenido allí. Una decisión que sin duda habrá sido difícil de tomar para su madre, pero que se antoja apropiada a tenor de la gravedad de las acusaciones contra él y mientras las investigaciones siguen en curso.
23 de octubre-21 de noviembre
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