El delicado equilibrio de poder entre los miembros de la familia real británica condiciona el buen funcionamiento de The Firm, o sea, la maquinaria publicitaria que sustenta la necesaria popularidad de la monarquía y, por extensión, sus negocios. La buena relación de los británicos con sus monarcas no se sostiene en el aire, sino en la constante presencia de los Windsor en mil y un eventos más o menos populares que los convierten en figuras más familiares que institucionales. Esa es la fuerza y la debilidad de Carlos y Camilla : necesitan a su familia.
Con cuatro hijos en plenitud de facultades, la reina Isabel II construyó un entramado de 'working royals' tremendamente funcional. De hecho, el príncipe Eduardo apenas tuvo relevancia pública durante décadas, ocupada como estaba la agenda por su hermana Margarita , su esposo Felipe y sus tres hijos, Ana, Carlos, Andrés. Con el paso de los tiempos, las bajas fueron haciendo mella más en la reputación que en el funcionamiento de la maquinaria real. Aún había banquillo, aunque la cantera fuera notablemente más pequeña.
Las bajas recientes en la familia real, sobre todo las del príncipe Harry y Meghan Markle , supusieron un duro golpe para los fontaneros de The Firm. No por el funcionamiento inmediato de la agenda oficial de la Corona, sino por su impacto a futuro. El príncipe Guillermo solo tenía un hermano, el duque de Sussex, para ayudarse en la tarea de afirmar la monarquía en todo el territorio nacional y en la maltrecha Commonwealth. Ahora queda a merced de sus primos, ninguno de ellos entrenado en estas lides.
Ni Eugenia ni Beatriz, las dos hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, parecen ideales para acompañar a Guillermo en sus futuras labores de rey . De hecho, los rumores de una posible boda entre los duques de York , sancionada por el mismísimo Carlos III, podrían ir en la dirección de realzar un hipotético papel en The Firm de las hermanas. Además, Eugenia vive ya fuera de Reino Unido, en Portugal, con lo que su vuelta como miembros activos al 'staff' de la corona se complica.
El panorama menguante de la familia real británica explica las recientes informaciones que hablan de un presunto acercamiento entre los duques de Sussex y su padre, e incluso entre Kate Middleton y Meghan Markle , aunque resulta complicado que la princesa de Gales reciba durante su convalecencia. Los protagonistas del famosos 'Megxit' necesitan tanto a los Windsor como viceversa. De hecho, resulta sorprendente que nadie se preocupara por reparar la grieta abierta por el príncipe Harry antes de volverse ruina.
Evidentemente, el duque de Sussex quiso hacer valer su hipotético mayor peso en la institución para conseguir más poder. Tenía razón: Harry ocupa el espacio que hoy se divide entre Ana, Eduardo y el defenestrado Andrés. Y no tiene repuesto. El príncipe Guillermo supo corresponder mientras su hermano estaba soltero, pero algo se torció cuando Meghan Markle entró en la ecuación. ¿Debieron los príncipes de Gales hacer de tripas corazón para integrar a la pareja? Ahora se ve que hubiera sido lo más inteligente.
Aunque The Firm necesita con urgencia a los Sussex, la hipotética hoja de ruta para su vuelta a la nómina de miembros activos de la monarquía británica es casi imposible. Lo más feo que ha hecho el príncipe Harry es atacar a las consortes, Camilla y Kate, con la misma fiereza que se atacó a Meghan. Ese ojo por ojo tiene difícil perdón, aunque las afectadas puedan hacer de tripas corazón por el bien de la Corona. No tanto por Carlos III, quien ya está por encima del bien y del mal , sino por Guillermo.
Distintos medios británicos y estadounidenses dan voz a los rumores, siempre difundidos por fuentes anónimas, que desvelan la buena disposición de los Sussex para volver a The Firm. «Lo único que el rey Carlos debe hacer es pedírselo», refiere la edición estadounidense de 'Vanity Fair'. Se hace eco de las declaraciones de Harry al programa 'Good Morning America', en el que dijo: «Amo a mi familia» y «podría intentar» retomar una agenda oficial «si mi padre pide que le ayude».
Este podría ser un importante servicio de Carlos III al futuro reinado de su hijo, pues difícilmente puede preverse que el príncipe de Gales perdone hoy a su hermano. Publicaciones como 'OK!' asegura que Kate estaría dispuesta a reconciliarse con Harry y (menos) con Meghan y a buen seguro que Camilla puede dar carpetazo a los graves epítetos que le ha dedicado el duque de Sussex.
En realidad, los Windsor están acostumbrados a tragarse todo tipo de sapos en pro de la Corona. Lo que no está tan claro es que Harry y Meghan tengan tal sentido del servicio y la responsabilidad: recordemos que el duque de Sussex pidió no encontrarse con la reina Camilla durante su visita a su padre, recién diagnosticado de cáncer. ¿Podrían los Sussex dejar todo su resentimiento atrás y volver a posar sonriendo con todos ellos? Y, lo más importante, ¿sería, esta escenificación, creíble para los británicos?
20 de enero-18 de febrero
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