La oveja negra contraataca

La venganza del hijo desheredado de la familia von Bismarck: guerra sucia, muertes accidentales y 83 millones de euros

Carl-Eduard, tataranieto de Otto von Bismarck, que fue desheredado por su padre a causa de su extravagante estilo de vida, ha demandado a sus dos hermanos.

Carl-Eduard von Bismarck con su segunda esposa, Celia. / getty images

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Un príncipe alemán que ha sido descrito como la oveja negra de la dinastía Bismarck ha demandado a sus dos hermanos por una sustanciosa parte de su herencia, cuyo enorme valor se estima en 1.000 millones de euros, en una nueva escalada de una guerra familiar que dura ya décadas.

Carl-Eduard, príncipe de Bismarck, tataranieto de Otto von Bismarck , el que fuera apodado como Canciller de Hierro, reclama 83 millones de euros a sus hermanos Gregor y Vanessa tras ser desheredado en 2002 por su padre, Ferdinand von Bismarck, en castigo por su extravagante estilo de vida. Esta semana los tres se dieron cita en un tribunal de la ciudad septentrional de Lübeck para dirimir la causa. Ni siquiera se miraron a la cara y dejaron la conversación en manos de sus abogados.

La cuarta esposa de Carl-Eduard, Alessandra Silvestri-Lévy, comisaria de arte italo-brasileña, ha afirmado de forma grandilocuente que la actual guerra entre los tres hermanos tuvo su origen en un «ambiente disfuncional, verdades no dichas, dramas personales, codicia y celos a la altura de Dante».

El cuarto de los hermanos, el conde Gottfried von Bismarck, famoso por sus numerosos excesos, murió de una sobredosis de cocaína y heroína en su ático de Chelsea en 2007. Durante una de sus fiestas, en 1986, Olivia Channon, la hija de 22 años del exministro conservador Paul Channon, murió también de una sobredosis de drogas y en 2006, un joven cayó al vacío desde el tejado de su casa en Chelsea tras lo que el forense describió como una «orgía gay».

Un caso tumultuoso visto para sentencia

El juez que lleva el caso, Stephen Schlöpke, todavía no ha dictado sentencia y ha solicitado más documentos para averiguar el alcance total del patrimonio de los Bismarck. Gregor ha alegado que Carl-Eduard recibió un préstamo de su padre que, de confirmarse, podría restarse de su reclamación millonaria.

Ferdinand von Bismarck junto a su hija Vanessa, el día de su boda. / gtres

Schlöpke sugirió que las partes consideraran la posibilidad de llegar a un acuerdo extrajudicial. Pero se cree que es poco probable, dado el resentimiento mutuo que se ha ido acumulando a lo largo de los años en un clan antaño famoso por sus proezas diplomáticas. En los últimos años, Gregor, antiguo productor de cine de Hollywood, ha prohibido a Carl-Eduard el acceso a la casa solariega, el palacio de Friedrichsruh, alegando que acosaba a sus padres con «dramas innecesarios».

Por su parte, Carl-Eduard ha afirmado que su madre, la princesa Elisabeth, fallecida el año pasado, era una «antisemita furibunda con adicción al alcohol» que insultaba con frecuencia a su tercera esposa, Nathalie Bariman. Este ha admitido que sus propios problemas de adicción en el pasado no han traído honor al apellido del canciller que convirtió a Alemania en una potencia europea.

Violentos altercados y acusaciones cruzadas

Los hermanos von Bismarck ya han protagonizado vergonzantes episodios en el pasado. Entre ellos, un altercado que supuestamente tuvo lugar en 2010 en la mansión ancestral del clan, cerca de Hamburgo. Carl-Eduard y su madre, la princesa Elisabeth, habrían mantenido una violenta discusión, durante la cual la matriarca de la familia intentó «expulsarle» de la mansión, antes de que se presentaran allí las fuerzas del orden. «Llegó la policía y, de repente, me vi esposado en el suelo», declaró al diario alemán 'Bild' ese mismo año.

Si Otto von Bismarck levantara la cabeza... / gtres

Carl-Eduard añadió que «mi hermano gritaba a los agentes que me hicieran la prueba de drogas y alcohol. Lo hicieron, y cuando los resultados fueron negativos, les dijo: 'Conseguid un equipo mejor'». El más díscolo de los Bismarck ha declarado desde entonces que su madre retiró la denuncia contra él por agresión y lesiones. También ha jurado que nunca la amenazó con un rifle de caza.

Antes de su muerte, Ferdinand, el patriarca, nombró a Gregor jefe de Friedrichsruh y de una finca forestal colindante, el Sachsenwald. Carl-Eduard, como hijo mayor, nunca ha aceptado el desaire. Un panorama que augura difíciles negociaciones entre los tres hermanos.