EL MISTERIO DE LAS FOTOS
EL MISTERIO DE LAS FOTOS
Pocos apostaban decididamente por Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, una pareja nacida en tiempos de incertidumbre que, contra todo pronóstico, se ha estabilizado. Hoy ya conviven gran parte de la semana en su nueva casa a las afueras de Vitoria, en una urbanización discretamente lujosa donde todavía no se encuentran los hijos de ambos matrimonios. Cumplen un año de amor, pero la normalidad sentimental aún está pendiente.
En estos doce meses, apenas se han despejado las incógnitas que aún rodean esta nueva relación y, sobre todo, el estado de la cuestión afectiva y legal con la infanta Cristina. La hija menor de los reyes Juan Carlos I y Sofía aún luce, para sorpresa de casi todos, su anillo de casada, lo que se interpreta como una prueba de su resistencia a la separación. ¿Acaso la ex duquesa de Palma no ha perdido la esperanza de volver con Urdangarin?
Fuentes cercanas a la infanta Cristina rechazan esta idea y aducen que piensa lucir la joya hasta la firma del divorcio. Curiosa decisión, sobre todo porque el esperado divorcio parece no llegar nunca por razones que no convencen demasiado. La justificación de la tardanza es que la ex pareja está esperando a que su hija menor, Irene Urdangarin, cumpla la mayoría de edad. Como explicación, resulta pobre.
Este tipo de zonas grises, habitual en los relatos oficiales que emite Zarzuela o sus portavoces amigos, inevitablemente suscitan todo tipo de sospechas y versiones paralelas en analistas y comentaristas. El asunto del divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina no es una excepción y la tardanza en la firma de su divorcio pone sobre la mesa uno de los miedos más comprensibles de Casa Real: que el ex balonmanista hable.
Iñaki Urdangarin podía hacer temblar los cimientos de la monarquía española con la misma fuerza, incluso con más, que el príncipe Harry. No es arriesgado pensar que alguna editorial global haya ofrecido a ex duque de Palma una cifra jugosa por un libro de memorias, uno de esos bombazos capaces de nutrir documental, serie, 'best seller' y podcasts.
Indudablemente, Zarzuela habrá debido poner en marcha algún tipo de estrategia de contención dirigida a fortalecer la proverbial discreción de los Urdangarin, una familia absolutamente alérgica a los escándalos. ¿Puede ser esa la razón de que se alargue el divorcio de la infanta Cristina? ¿Se busca mantener la vinculación a la Corona el mayor tiempo posible por una cuestión de control?
Algo parecido sucedió con la publicación de las sorprendentes fotos que destaparon la infidelidad de Urdangarin: le pillaron paseando tranquilamente de la mano con Armentia por las playas de Bidart, refugio habitual de la familia cuando aún incluía a la infanta Cristina. ¿Cómo entender que un miembro de la familia del rey que tiene una relación paralela se exponga tan abiertamente a las miradas del público y sus smartphones?
Aunque con el paso del tiempo se conformó la presencia casual de un paparazzi en aquella playa, se ha mantenido la sospecha alrededor de una escena difícilmente comprensible. Aunque la pareja viviera separada por miles de kilómetros (la infanta Cristina seguía con su hija Irene en Ginebra), seguía siendo arriesgadísimo mostrar afecto en público hacia una desconocida.
La dejadez, la ingenuidad o la impericia de Iñaki Urdangarin a la hora de gestionar su vida sentimental fue tal, que se dispararon una vez más las teorías que trataron de darle cierta lógica a aquellas fotos. Una de ellas insiste en una negativa de la infanta Cristina a dar por finalizada su relación con el ex deportista olímpico: ¿serían las fotos el último recurso del ex duque de Palma para forzar una aceptación de su decisión de reiniciar completamente su vida?
Jamás sabremos si Urdangarin había expresado a la infanta su deseo de romper totalmente con su biografía hasta la fecha ni si esta encontraba dificultades en integrarse en este nuevo plan de vida. Lo cierto es que ella no sospechaba de la existencia de Ainhoa Armentia y esta relación fue un shock para toda la familia. El reinicio vital de Urdangarin no podía esperar.
Lo cierto es que su relación con Ainhoa Armentia no avanza normalmente. Que la madre de Iñaki Urdangarin, Claire Liebaert, confiese que aún no conoce a la nueva pareja de su hijo desvela cierta resistencia a dar por finiquitada al relación con la infanta Cristina, muy querida en Vitoria. Aunque Armentia tramitó su divorcio rápidamente, parece que los hijos de ambos no se conocen. Los de Iñaki no se han encontrado en ningún momento con la nueva pareja de su padre.