La obsesión enfermiza de la infanta Cristina por Iñaki Urdangarin que complica su divorcio: por qué llora el ex duque de Lugo

Parecía que el final del amor entre Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin iba a resolverse rápidamente, tras la aparición de las polémicas fotografías del ex jugador de balonmano con Ainhoa Armentia, su nueva pareja. Sin embargo, vamos de escándalo a tragedia y de tragedia a polémica sin que vislumbremos una ruptura total. El divorcio no llega, mientras las fotos, rumores y filtraciones sobre el estado de su cuestión preocupan cada vez más.

Desde que Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin salieran de la familia real y fuera despojados del título de duques de Palma de Mallorca, su relación ha discurrido en el mutismo total, algo comprensible dado el escandaloso paso del ex jugador de balonmano por la cárcel, debido al caso Nóos. Ya no debían darle cuentas a nadie.

Sin embargo, todo lo que le ha sucedido al matrimonio de la infanta Cristina desde la salida de la cárcel de Iñaki Urdangarin ha sido extrañamente público, empezando por las escandalosas fotos del ex duque de Palma de Mallorca con Ainhoa Armentia, paseando románticamente por la misma playa que fue escenario de las vacaciones de él con su aún esposa.

¿De verdad no se pudo evitar la publicación de esas fotos? ¿Por qué se optó por explicitar la ruptura entre Iñaki y Cristina de una manera tan expeditiva? Una docuserie que ya se prepara sobre el final de la pareja pone sobre la mesa precisamente esa cuestión. «Las fotos de Iñaki Urdangarin en Bidart con Ainhoa Armentia no pueden ser un simple error de Iñaki», afirma el periodista José Apezarena, especialista en la Casa Real española.

No todo es lo que parece en la ruptura entre Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin, aunque hasta la misma infanta haya querido romper su silencio para comunicarse directamente con una revista del corazón para dar su versión de la separación. En un movimiento absolutamente inesperado, la ex duquesa de Palma aclaró que se le había terminado el amor. «No va a haber reconciliación ni perdón», dijo.

Supimos, además, que no era la primera infidelidad que le perdonaba a su todavía marido: diez años del caso Nóos, Iñaki Urdangarin ya había sido infiel a la infanta. En ese momento, febrero de este año, parecía lógico pensar que os acontecimientos se precipitarían hasta desembocar en un divorcio que, seis meses después del escándalo Ainhoa Armentia, no se ha producido.

Para añadir más datos extraños a esta extraña situación, se suceden ante los paparazzi escenas difíciles de explicar. La más rara, las lágrimas, casi llantos, de Iñaki Urdangarin dentro de su coche, mientras era consolado por Ainhoa Armentia . La más inesperada, la coincidencia de la ex pareja en la playa de Bidart, un encuentro que no debía producirse o no en los términos en los que se produjo.

Ante la imposibilidad de averiguar el motivo de estos movimientos extraños, se multiplican las teorías: ¿está la infanta Cristina imponiendo su presencia en Bidart, a pesar de la incomodidad de Iñaki Urdangarin? ¿Llora el ex jugador de balonmano por la actitud inflexible de su ex o tiene dificultades para reintegrarse en el mundo social y laboral?

El último dato que complica aún más la narración lógica del divorcio de los ex duques de Palma tiene que ver con la gran cita de los Urdangarin para este verano: el viaje de Iñaki y sus cuatro hijos a Estados Unidos para asistir a las bodas de Nuala e Iñaki Flood, dos de los hijos de su hermana Cristina. Una doble celebración a la que finalmente asistió la infanta Cristina y no el deportista. ¿Por qué viaja la infanta a una boda de su familia política y no el mismo Urdangarin?

Parece que la complicada situación penal de Iñaki Urdangarin ha impedido que pueda pasar dos semanas al otro lado del Atlántico, una decepción que pudo haber motivado sus amargas lágrimas. Su ausencia explica el viaje de la infanta Cristina, quien siempre ha mantenido una relación muy estrecha con su familia política. Sin embargo, tanta proximidad no deja de ser llamativa, al menos en estos momentos de tanta tensión tan próximos al escándalo de las fotos de Armentia y al lógico divorcio.

En la docuserie televisiva que disecciona la relación entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se apunta a una teoría: «Es la historia de una obsesión», explica la periodista Consuelo Font, también experta en la Casa Real española. ¿Asistimos a un más que civilizado divorcio en el que ella continúa vinculada a su familia política o a las dificultades de una mujer profundamente enamorada para soltar amarras de su matrimonio soñado? Veremos.