Iñaki Urdangarin en una imagen reciente. /
Fue a finales del pasado mes de enero cuando trascendió la noticia que se esperaba desde hace tiempo: la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin habían firmado por fin los documentos de su divorcio , poniendo fin así a un matrimonio que había durado 26 años. La pareja se había dado el 'sí, quiero' en Barcelona el 4 de octubre de 1997. La ruptura oficial, sin indemnización ni pensión para el ex balonmanista, suponía un nuevo inicio para afianzar su nueva vida. De este modo daba un paso más y se iba a vivir con su actual pareja, Ainhoa Armentia , a un piso en Vitoria.
Es en la ciudad vasca donde Iñaki ha concedido unas poco habituales declaraciones a la revista 'Semana' en las que deja claro que quiere romper con el pasado y mirar solo hacia el futuro. Un futuro lejos de sus problemas con la Ley, de su divorcio y de sus ya extintas relaciones con la Familia Real española .
A sus 56 años, el que fuera jugador del Fútbol Club Barcelona se muestra más sincero que nunca a la hora de definir su estado vital actual y sus planes inmediatos. «Estoy divorciado y ya no tengo una condena», dice en referencia al fin de la pena de cinco años y diez meses de privación de libertad que se producía el pasado 9 de abril.
«Quiero ser una persona normal, con una vida normal y disfrutar de mis hijos y de mi libertad», añade un esperanzado Iñaki, que vuelve a ser un hombre libre, pero ha dicho adiós a su acomodada existencia del pasado en el lujoso palacete de Pedralbes.
Pese a que el ex de la infanta Cristina atendió al periodista y al fotógrafo que le abordaron –algo más sencillo ahora que ya no tiene escolta oficial– para solicitar unas declaraciones, quiso dejar claro que no desea la más mínima exposición mediática.
Iñaki Urdangarin ha rehecho su vida sentimental junto a Ainhoa Armentia /
«No quiero que me fotografíen, ni que me pregunten. Quiero ser una persona anónima», asegura mientras lanza este aviso a navegantes. «Ya no tengo que dar explicaciones de nada», añade con cierto resquemor, antes de mencionar que «ya no formo parte de eso», en referencia a la Familia Real.
Insiste el antiguo duque en que tan solo quiere tener una vida «normal» y «tranquila», que en estos momentos pasa por su afianzada relación con la abogada Ainhoa Armentia, con la que vive en la misma urbanización donde reside también su madre, Claire Liebaert . Por cierto que esta sigue manteniendo una relación muy cordial con la que fuera su nuera, a la que acompañó recientemente a ver un partido de balonmano de Pablo Urdangarin.
Era la propia Claire Liebaert la que aseguraba en unas declaraciones al programa 'Vamos a ver' de Telecinco sobre su hijo que «lo único que quiero es que tenga trabajo». Esa búsqueda de empleo es otro de los grandes objetivos de Iñaki Urdangarin en estos momentos.
Iñaki Urdangarin disfrutando de un partido de balonmano de su hijo Pablo. /
No es esa tarea fácil, ya hasta que dentro de tres años no podrá borrar de su vida sus antecedentes tras ser condenado por malversación, delitos fiscales, prevaricación y tráfico de influencias en el caso Nóos. Según añade 'Semana', su intención es encontrar un trabajo relacionado con el mundo del deporte «pero consciente de lo complicado que está el panorama, no se cierra a nada».
Pese a que en su momento se barajaron suculentas cifras de pensión gracias a su supuesto acuerdo tras el divorcio de la infanta Cristina, lo único cierto por el momento es tan solo estaría cobrando un subsidio como preso en libertad de 463,21 euros al mes. Ahora su gran reto será rehacer su vida sin los contactos ni el paraguas de la Casa Real.