ALÉRGICAS AL AMOR

Por qué Elena y Cristina de Borbón no se han vuelto a enamorar: los problemas de las infantas para volver a tener pareja oficial

Aunque Elena y Cristina de Borbón se separaron jóvenes, ninguna parece interesada en oficializar una nueva pareja. ¿Qué impide a las infantas rehacer su vida con un nuevo matrimonio?

La infanta Cristina en una imagen reciente. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Lo fueron todo para la crónica social y la Corona española, hasta que su salida de la familia real y el desamor las convirtieron en casi una sombra. Elena y Cristina de Borbón, tan distintas y parecidas a la vez , parecen dirigirse al mismo territorio sentimental. Parece ya evidente que la mayor no piensa en rehacer su vida con una nueva pareja que ejerza públicamente. La menor, en pleno proceso de divorcio, podría elegir el mismo camino.

Cada cierto tiempo, los medios de comunicación muestran a la infanta Elena departiendo muy sonriente con Luis Astolfi , el jinete que se convirtió en el primer candidato serio a casarse con ella en los años 80. Tras divorciarse de Jaime de Marichalar en 2010 y con solo 47 años, muchas miradas volvieron a dirigirse al sevillano, como el candidato más factible para protagonizar un nuevo matrimonio. Jamás se materializó.

En los años que han transcurrido desde la desaparición de Jaime de Marichalar de la vida de la infanta Elena hasta hoy hemos constatado que la hija mayor del rey emérito Juan Carlos tiene vocación de soltera. De hecho, no hubo ningún nombre insistente en las quinielas de su situación sentimental ni acudió emparejada con ningún amigo a fiesta, premio o evento.

La infanta Elena , cuya juventud provocó no pocos quebraderos de cabeza a sus padres y a sus escoltas por sus escapadas y 'travesuras', salió de su matrimonio tan dolida, tan herida podría pensarse, como para descartar cualquier aventura sentimental. Pilar Eyre achacó su soltería al sufrimiento ocasionado por el crudo carácter de Marichalar a raíz de su ictus. Pero existen más razones.

Elena y Cristina tienen fuertes convicciones religiosas

Lo saben quienes llevan décadas siguiendo la vida más o menos privada de la familia real: las infantas Elena y Cristina han recibido una educación intensamente religiosa. La reina emérita Sofía, de hecho, es creyente y practicante no solo de las religiones oficiales, sino de 'espiritualidades extendidas'. Y la familia que creó fue, en este y otros aspectos, esencialmente tradicional y, por qué no decirlo, conservadora.

En este contexto, es lógico pensar que la infanta Elena , hija mayor de los reyes eméritos, comparta en alguna medida el imaginario tradicional en el que fue educada. Ese que no vería con buenos ojos un segundo matrimonio, después de haberse casado una vez, supuestamente, «para toda la vida». Tuvo que admitirse el divorcio, con muchas resistencias, sobre todo por parte de la reina Sofía, ante la situación insostenible de su hija. Quizá se estableció en ese mismo momento que la vida sentimental de Elena habría de ser, a partir de entonces, o inexistente o invisible.

La infanta Elena vestida de rojo. / gtres

La infanta Cristina, solo un año menor que Elena, se ha divorciado en un contexto muy distinto. Y, además, siempre tuvo un talante más moderno , por así decirlo, que su hermana. Su divorcio no solo no encontró resistencias, sino que fue largamente deseado en el seno de la familia real. Desde que estallara el caso Nóos en 2010, la hija menor de los eméritos fue animada a separarse de Iñaki Urdangarin.

Si el divorcio de Elena fue un problema, el de Cristina va a resultar un alivio. También por el desgaste provocado por la infanta al no firmar unos papeles atascados, dicen, por motivos económicos. Los cronistas de lo 'royal' añaden, sin embargo, la incapacidad de la hermana del rey Felipe para reconocer su gran fracaso sentimental. Dicen que tal es el apego de Cristina de Borbón a Iñaki Urdangarin y su familia , que, según estas teorías, trata de evitar que este vuelva a casarse con su nueva novia y borre definitivamente su historia de amor 'royal' del mapa de sus afectos.

¿Debemos creer las informaciones no confirmadas que aseguraban que la infanta Cristina está ilusionada con un novio secreto , residente en Barcelona? No parece que tal presencia tenga demasiados visos de realidad. El rumor cogió cuerpo el pasado abril, pero ningún periodista gráfico ha logrado hallar pruebas de la existencia de un nuevo amor en estos siete meses. Ni por asomo.

Así las cosas, la infanta Cristina lleva camino de plantarse en los 60 años divorciada y sin pareja a la vista, lo mismo que su hermana Elena. De alguna manera, aunque la distancia entre Madrid y Ginebra las separe de aquí en adelante, podrán apoyarse la una en la otra de la misma manera en que la reina Sofía se apoya en su hermana, Irene de Grecia . En ese sentido, sus jubilaciones sentimentales serán paralelas.