PABLO Y LOS DAÑOS COLATERALES Por qué el silencio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin obliga a sus hijos a convertirse en portavoces de sus batallas

Ya no están protegidos por la minoría de edad, y la infanta Cristina es muy consciente de ello. Cada vez que la hija de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía da una exclusiva, convierte a sus hijos en personas de máximo interés para la prensa. Su reacción es preciosa, porque son los primeros afectados de un divorcio brutal y porque ayuda a vislumbrar cuál es en realidad el reparto de responsabilidades en una separación enormemente polémica.

Desde que aparecieron, hace ya más de un año, las polémicas fotos en la playa de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, los cuatro hijos de la infanta han sido objeto de un escrutinio intenso que ha logrado despejar algunas incógnitas. Desde el minuto uno pudimos ver que Pablo Urdangarin , el más mediático de los hermanos, se postulaba como el portavoz no oficial. «Son cosas que pasan en todas las familias», explicaba con sensatez a los periodistas.

En este momento, con el recrudecimiento del enfrentamiento entre Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin, Pablo vuelve a ser el único que se atreve a hacer un comentario, aunque sea breve, al delicado momento familiar. Evidentemente, su papel como estrella del equipo de balonmano del Barcelona y de la selección española le expone más que a sus hermanos. Todo el mundo sabe dónde vive y cómo localizarle en la ciudad condal.

Por las informaciones que ya han saltado a la crónica social, la relación entre los hermanos Urdangarin y Ainhoa Armentia aún no ha comenzado. La nueva pareja de Iñaki no conoce a los hijos de este, con lo que es lógico suponer que el ex duque de Palma tiene que mantener lo sentimental y lo filial en esferas separadas. Probablemente, la infanta Cristina también les mantiene ignorantes de sus acuerdos y desacuerdos. Esto, que resulta adecuado en cualquier pareja, puede no serlo en una ruptura mediática.

El resultado de esta política de protección podría ser que los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se acaben enterando de ciertas cosas por la prensa o porque van a aparecer en prensa. Un trago, sobre todo si sabes que a renglón seguido vas a tener periodistas en la puerta, como es el caso de Pablo Urdangarin. A propósito de la escandalosa visita de su padre a Baqueira, el joven deportista tuvo que dar explicaciones.

«Siempre lo mismo ya», exclamó con hartazgo ante los periodistas que le preguntaban por la estancia en Baqueira de su padre y su novia. Pablo Urdangarin lleva la carga añadida de ejercer de portavoz oficioso de los hermanos, un papel que en estos días está resultando extremadamente difícil por las revelaciones acerca del divorcio de sus padres. Y, sobre todo, con la polémica sobre la 'pensión del silencio'.

Parece que, en realidad, esa pensión ya estaba establecida en las capitulaciones que se firmaron antes de la boda, con lo que no se tratarían de ninguna concesión al silencio de Iñaki Urdangarin. Sin embargo, fuentes próximas a la infanta Cristina y desveladas en 'AR' confirmaron que existe una gran preocupación por los Urdangarin Borbón y que, efectivamente, los cuatro se han negado a conocer a Ainhoa Armentia.

Juan Valentín, el mayor de los hermanos, puede ser el más huidizo y enigmático de los cuatro, a pesar de que actualmente reside en Madrid y también está bastante localizable para la prensa. Sin embargo, el primogénito de la infanta Cristina suele desaparecer en viajes de voluntariado en Asia, con lo que resulta complicado seguirle la pista. Lo mismo ocurre con su hermano Miguel, estudiante de Ciencias del Mar y residente en Londres.

De una manera u otra, los hijos varones de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin perfilan ya su futuro inmediato, cosa bastante tranquilizadora. No ocurre lo mismo con la benjamina y, probablemente, la que más preocupa a sus padres por la posible repercusión de las polémicas informaciones que protagonizan, semana tras semana. Irene está viviendo un momento especialmente delicado.

Algunas de las informaciones que ya han saltado a la crónica social apuntan a que la infanta Cristina estaría muy preocupada por su hija Irene, y no solo por la relación que mantiene con Iñaki Urdangarin. Hemos sabido que la pequeña estuvo un tiempo largo sin hablarse con su padre debido a su romance con Ainhoa Armentia y que la relación se recuperó gracias, en parte, a la insistencia de la infanta.

Ahora, además, comienza a apuntarse otro motivo de inquietud al respecto de la benjamina Urdangarin Borbón que tiene que ver con su futuro profesional. Cabe la posibilidad de que Irene haya expresado su deseo de seguir los pasos de Victoria Federica para convertirse en influencer. Una pena, sobre todo después de haber recibido una educación tan esmerada, en los mejores colegios suizos. Este podría ser el nuevo miedo de la infanta: que su vuelta a Barcelona le pusiera aún más fácil a su hija sus sueños de moda.