por qué no se divorcian El papel secreto de Irene Urdangarin en el (no) divorcio de sus padres, la infanta Cristina e Iñaki

Se ha cumplido un año desde que los padres de Irene Urdangarin , Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina , proclamaran al mundo, vía comunicado a la agencia Efe, que de común acuerdo interrumpían su relación matrimonial.

365 días desde que se descubrió que Iñaki Urdangarin tenía una nueva pareja, Ainhoa Armentia, y desde que la hija menor de la reina Sofía escenificó todas las etapas posibles de la ruptura amorosa (desde la búsqueda del consuelo paterno al cambio de look). Pero los papeles del divorcio de los ex duques de Palma aún no se han firmado y parece que existe un buen motivo para ello: su única hija, Irene Urdangarin .

El mismo comunicado en el que se anunció que los ex duques de Palma eran ex entre ellos mismos contenía una declaración de intenciones: el compromiso de la pareja con sus cuatros hijos permanecía «intacto». Una actitud protectora que era extensible al resto de los Borbones, porque la mala prensa nunca es buena para la familia real.

En aquel momento, enero de 2022, el rey Juan Carlos, desde Abu Dabi, aún tenía esperanzas de volver a España para hacer visitas privadas como la que protagonizó en Sanxenxo en mayo. Pero los planes del emérito encontraron un escollo inesperado en la separación de su hija.

El primer factor de riesgo fue la frágil situación económica en la que se quedaba Iñaki Urdangarin después de haber perdido con su infidelidad el apoyo económico de su esposa y la de la familia de ésta.

No olvidemos que fue la infanta Cristina quién le pagó a su ex marido el célebre máster que estudió en la cárcel con el que aspiraba convertirse en coach deportivo y que también le pasaba 5.000 euros al mes desde que consiguió el tercer grado penitenciario. Además todos apuntaron a que fue la reina Sofía quién le consiguió a su yerno el primer trabajo que le permitió salir de la cárcel, su empleo en la fundación Don Orione.

Tras el escándalo de las fotos con Ainhoa Armentia, la debacle económica de Iñaki Urdangarin se empezó a gestar. Entre otras cosas le obligó a abandonar su única fuente de ingresos conocida, el trabajo como asesor en el bufete de abogados en el que ambos se conocieron y por el que se embolsaba 900 euros.

Para abril de 2022 Iñaki Urdangarin ya había abandonado Imaz & Asociados, se desconocía si la infanta continuaba pagando su manutención y todos hablaban en los medios de que vivía de prestado, concretamente, del coche que le había dejado un amigo, la casa en la que vivía con su madre y las cenas que le pagaban sus amigos.

Esta inestabilidad económica (y las pocas ganas que tenía la infanta Cristina de enmendarla) hicieron que interviniera el rey Juan Carlos desde Abu Dabi. Con una visita de la infanta a su padre a Abu Dabi en agosto y otra del emérito a Suiza en septiembre, las cuentas se pusieron en orden para ambos ex. Pero ahora quedaba el otro fleco por resolver: Irene Urdangarin.

Aún deben recordar con escalofríos en Zarzuela lo que sucedió cuando la otra hermana de Felipe VI, la infanta Elena, protagonizó su propio «cese temporal de la vida matrimonial» con Jaime de Marichalar.

Aún no habían firmado los papeles de divorcio cuando en septiembre de 2008 la revista Época dedicó una portada a esta separación royal que hizo historia en los pleitos por injurias y calumnias: afirmaban que la infanta alegaba «consumo ocasional de cocaína»por parte de su marido como motivo de divorcio. Cuenta la leyenda gossip que por este reportaje (y el escándalo posterior) el expediente de divorcio de los ex Duques de Lugo permanece oculto en una caja de seguridad en el Juzgado de Familia número 22 de Madrid .

Con semejantes antecedentes no es de extrañar que la familia real le tenga alergia a los expedientes de divorcio y las filtraciones a la prensa. La teoría de los medios es que precisamente por ello la infanta Cristina aún no ha firmado todavía los papeles del divorcio, y la clave de todo el proceso está en la pequeña Irene Urdangarin.

A pesar de su comentadísimo cambio físico Irene Urdangarin continúa siendo menor de edad. Eso sí, hasta junio de este año 2023, momento en el que cumplirá 18 años. Es la única hija de la pareja que ha vivido el divorcio de sus padres siendo menor de edad, pero precisamente por eso es el motivo por el que sus padres aún no están oficialmente divorciados.

Cuando hay hijos menores en un divorcio los detalles del acuerdo al que llegan los miembros de la pareja rota, desde las cuantías de las manutenciones a la custodia y los motivos del divorcio deben pasar obligatoriamente por un juzgado. Lo mismo da en Ginebra, que es donde vive la infanta con su hija, que en España, la pareja si firma los papeles del divorcio antes de junio de este año deben acudir al juzgado.

Para evitar que estos detalles acaben en manos no deseadas o filtrados en la portada de una revista tanto Iñaki Urdangarin como la infanta Cristina han demostrado que no tienen prisa por firmar los papeles del divorcio. ¿Tendrá lugar esa firma en junio o se eternizarán analizando las capitulaciones matrimoniales que firmaron en 1997? Habrá que estar atentos al cumpleaños de Irene Urdangarin.