La triste Navidad de la infanta Cristina: el duro golpe de ver a sus hijos disfrutando la Nochevieja con Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Cada año, conocer la mesa y mantel navideño a la que se van a sentar los Borbón cuesta un triunfo. A falta de datos ciertos nos quedan las filtraciones, tantas veces confirmadas por las crónicas a posteriori o fotografías de Instagram. Este año, la más impactante tiene que ver con la Navidad de la infanta Cristina , cuya situación sentimental-familiar aún no se ha normalizado del todo. Al menos, a ojos de la opinión pública.

Aunque la infanta Cristina dio este año un paso de gigante para recuperar la estabilidad, la firma de su divorcio el pasado diciembre no bastó para que la normalidad volviera a su familia. No es algo que tiene que ver exclusivamente con Iñaki Urdangarin , su ex. Sus hijos, en pleno tránsito al mundo adulto, con nuevas relaciones sentimentales y cambio de residencia, le han complicado también la rutina.

La infanta Cristina, residente en Ginebra a instancias fiscales, está más presente que nunca en España, donde van arraigando sus hijos. El vínculo con Juan, Pablo, Miguel e Irene explica que la hija pequeña de los eméritos haya adquirido un gran piso en Pedralbes y pase gran parte de su tiempo libre en Barcelona. Sabemos que también frecuenta Londres, donde viven su hijo mayor y su hija pequeña. En suma: la infanta no les quita ojo.

Importa destacar el apego y sentido de clan que comparten los Urdangarin Borbón, sin duda huella de los tiempos difíciles en los que el caso Nóos y el encarcelamiento de Iñaki les obligó a exiliarse. Parece lógico que la infanta Cristina se haya apoyado sobre todo en sus hijos para superar el escándalo, la cárcel, la huida a Suiza y, finalmente, la infidelidad y el divorcio. De hecho, ella sigue siendo sostén económico de todos ellos.

Decíamos que importa destacar el fortísimo vínculo sentimental entre la infanta Cristina y sus hijos porque este año, por primera vez, no estarán a su lado en una de las fechas clave de la Navidad: la Nochevieja. Si las filtraciones no fallan, la hermana del rey Felipe pasará Nochebuena y Navidad entre Barcelona y Madrid, para estar junto a su madre, la reina Sofía, y sus hijos. De ellos, de todos ellos, habrá de despedirse en Nochevieja.

Es la gran novedad de las Navidades 2024 para la familia Borbón. Por primera vez, los hijos de la infanta Cristina habría aceptado pasar la última noche del año con su padre, Iñaki Urdangarin, y su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Debemos subrayar que son todos sus hijos, pues siempre se ha comentado las reticencias de Juan, el mayor, e Irene, la pequeña, a aceptar la nueva relación de su padre y relacionarse con ella.

Así las cosas, la infanta Cristina tomará un vuelo en dirección a Abu Dabi para pasar la Nochevieja con su padre, el rey Juan Carlos, sin que ninguno de sus hijos la acompañe, aunque algunos medios de comunicación apuntan a que Juan, su acompañante en los últimos eventos importantes, podría continuar a su lado. En todo caso, no viajará sola, pues la infanta Elena y, quizá, sus dos hijos, Victoria Federica y Froilán, también pasarán la última noche del año en Emiratos Árabes Unidos.

Según ha revelado Silvia Taulés en Vanitatis, Iñaki Urdangarin sí va camino de conseguir que su vida transcurra en la más absoluta normalidad vitoriana y que sus hijos, los cuatro, puedan beneficiarse de ello. Y, además, esta comparecencia en Vitoria para celebrar la Nochevieja confirmaría que el ex duque de Palma ha logrado restablecer su relación con Juan e Irene, los más renuentes a aceptar a Ainhoa Armentia y todo lo que conlleva.

El 2025 no puede empezar mejor en el domicilio Urdangarin Armentia, pero no está claro que pueda decirse lo mismo de lo que ocurra en la residencia oficial de los Borbón en Abu Dabi. La situación de exilio voluntario en Emiratos del rey Juan Carlos no tiene visos de resolverse, con nuevos frentes judiciales en los tribunales españoles. Tampoco la infanta Elena parece conforme con su situación en Madrid. Cristina, sin embargo, parece deseosa de estabilidad, normalidad y paz. Está en su mano.