CUMPLEAÑOS ROYAL Elena de Borbón cumple 59 años distanciada de Victoria Federica: la infanta no entiende por qué su hija no protege su apellido y quiere ser sexy y famosa

La fiesta del 59 cumpleaños de la infanta Elena puede ser una ocasión propicia para un reencuentro con Victoria Federica. Madre e hija viven el momento más tenso de su relación, al menos desde que la pequeña de la casa es adulta.

La infanta Elena celebra su 59 cumpleaños con la familia más tensa que nunca, sobre todo por su reciente desencuentro con Victoria Federica, su hija. / GETTY IMAGES

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Probablemente Elena de Borbón jamás imaginó que en su 59 cumpleaños, a punto de entrar en la sexta década de su vida, podría enfrentarse una situación familiar como la que está viviendo. De hecho, la perspectiva de un divorcio público (el suyo con Jaime Marichalar) o privado (el del rey Juan Carlos y la reina Sofía) era hace tres o cuatro décadas impensable. La primogénita de los eméritos rompió públicamente el primer matrimonio real en 2007. No entiende, sin embargo, las rupturas de su hija, Victoria Federica .

Difícil aventurar quién asistirá a la fiesta de cumpleaños de la infanta Elena en su 59 aniversario. De hecho, ella misma viajó a Abu Dabi para acompañar a su padre, el rey Juan Carlos, y probablemente festejar junto a él. Paradójicamente, la persona que más se opuso a su divorcio, la que no entendió ni entiende que quisiera romper un matrimonio unido 'para toda la vida', puede ser la única invitada asegurada: hablamos de la reina Sofía, su madre.

Las reticencias de la reina Sofía ante el comportamiento de su hija son 'vox populi'. La emérita sufrió lo indecible con el comportamiento juvenil de su primogénita, unas aventuras que la prensa de la época procuró no airear, cosa que salvaguardó la imagen de la infanta. En este sentido, Elena de Borbón puede verse muy reflejada en su hijo Froilán, tan fiestero como alérgico a las cámaras y los fotógrafos. Probablemente también estará en el cumpleaños de su madre, con la que, de hecho, vive.

Con el divorcio de Jaime de Marichalar, la reina Sofía volvió a enfrentarse a su hija mayor, esta vez de una manera más seria. Primero le aconsejó, como la reina Federica había hecho con ella misma, que aguantara, que tuviera paciencia. Más tarde, se convirtió en la que más se opuso al divorcio, que finalmente se firmó el 15 de diciembre de 2009. La hermana mayor de Felipe VI hizo historia al ser la primera infanta en firmar su divorcio en España.

Victoria Federica se ha convertido en una habitual de las fiestas con alfombra roja de las marcas del lujo. (Foto: @VICMABOR)

Habría mucho que discutir sobre leste gesto de ruptura de la infanta Elena y el que está tratando de realizar su hija, Victoria Federica. Si nos atenemos a la línea de sucesión, podríamos considerar que Elena de Borbón dio un paso de calado histórico, mientras que la incómoda carrera ante las cámaras de Vic no saldrá, probablemente, de las hemerotecas. Lógicamente, no es lo mismo ser una infanta de España que la hija de una infanta de España.

¿Acudirá Victoria Federica a la reunión de cumpleaños de su madre, la infanta Elena? Sería una buena noticia para toda la familia, incluida la familia real, probablemente alarmada ante la noticia de que la nieta de la reina Sofía podría haber buscado refugio en Zarzuela. Sin duda, hubiera sido un escándalo mucho más comprometedor que cualquier foto más o menos sexy que la joven haya publicado en su perfil de Instagram.

Por qué la infanta Elena no entiende que su hija Victoria Federica busque la fama en las portadas de las revistas

En realidad, las divergencias entre madre e hija son graves e incomparables con los problemas habituales que suele generar la afición a la noche de Froilán. El hijo mayor de Elena de Borbón, pese a sus andanzas nocturnas, pretende terminar sus estudios y labrarse una carrera en el mundo de las finanzas, como hacen sus homólogos en otras familias aristocráticas. Vic, sin embargo, no da muestras de querer avanzar en sus estudios.

Esta cuestión de dejar la universidad ha enfriado notablemente la relación de Victoria Federica tanto con la infanta Elena como con Jaime de Marichalar, hasta el punto que este no ha podido evitar salir corriendo ante las preguntas de los periodistas sobre su hija. Ambos progenitores temen que la niña eche a perder el legado principal que recibe en razón de su nacimiento: su apellido.

Los estilismos de Victoria Federica en redes sociales son cada vez más atrevidos, según los parámetros conocidos hasta la fecha en la familia real. (Foto: @VICMABOR)

Desde el punto de vista de cualquier joven, resulta difícil justificar una oposición frontal a que cualquier persona pueda buscar su camino en la profesión que desee, incluida la de la influencia viral. Sin embargo, la infanta Elena puede temerse que no sea ese el camino que está tomando su hija, a la que se viene denominando influencer sin que ejerza realmente esta actividad.

No hay más que mirar el perfil de Instagram de Victoria Federica para advertir lo sustancial: la sobrina de los reyes Felipe y Letizia no crea ningún tipo de contenido para las redes. Aunque acuda a sus fiestas y se apunte a sus viajes, Vic no es una influencer, porque no cierra contratos con marcas habitualmente, ni es una creadora de contenido digital. ¿Acaso está más interesada en el estilo de vida influencer que en el trabao propiamente dicho?

Por qué Victoria Federica podría convertirse en la primera Borbón que trabaja como personaje de la industria rosa

¿Es, Victoria Federica, una modelo? ¿Trabajará modelando en revistas y, acaso, en pasarelas? Eso también podría ser, pues Vic ha aparecido en varias portadas, editoriales de moda y campañas de publicidad, con fotos cada vez más sexy. Sin embargo, en cada ocasión ha ofrecido una entrevista en la que habla de su familia. ¿Merecería tanta atención Vic si fuera una modelo anónima y no sobrina de reyes e hija de una infanta? Difícil.

El temor de la infanta Elena, uno que es perfectamente comprensible, es que Victoria Federica caiga en la trampa de tomarse por influencer y termine convertida en un personaje más de la crónica social. De hecho, la joven parece obsesionada con no hablar ante las cámaras ni en las alfombras rojas, como si fuera una salvaguarda para la integridad de su intimidad.

De poco le sirve su ya proverbial antipatía a hacer declaraciones a pie de calle, pues su vida sentimental es ya objeto de interés y comentario en los programas de corazón. Lleva camino de cumplirse el gran temor de la infanta Elena: que una Borbón termine ejerciendo profesionalmente de personaje rosa.