una ausencia polémica
una ausencia polémica
Ya conocemos prácticamente todos los detalles de la primera gran boda royal del año, la que sellará en Atenas el corto y discreto romance del príncipe Nicolás de Grecia y Chrisy Vardinogianni. Desvelada fecha, hora y lugar –el 7 de febrero a las seis de la tarde en la iglesia bizantina de San Nicolás Ragavas– y el encargado de diseñar el vestido nupcial, tan solo nos falta conocer la lista completa de invitados, donde se espera una nutrida representación de la realeza griega, española y danesa.
Sin embargo, cuando apenas faltan 24 horas para el gran evento, hemos conocido que habrá una destacada ausencia por parte de los Borbones. Aunque se daba por hecho que arropando a su familia estarían la reina Sofía y sus hijas, las infantas Cristina y Elena, finalmente esta última no acudirá a la capital griega para el enlace de su primo.
Según asegura la revista ¡Hola!, la escueta e inesperada razón de este plantón un evento familiar tan destacado como este es que la infanta Elena tiene un compromiso ineludible en su agenda. Esta razón le imposibilitará viajar a Atenas, como estaba previsto en un principio. Ahora falta por ver si el delicado estado de salud de la princesa Irene le permite ser de la partida en este enlace que se celebrará en petit comité.
El hecho de que la fecha de la boda se haya comunicado de forma oficial con tan poca antelación ha podido influir en la ausencia de la hermana de Felipe VI. Recordemos que la infanta Elena sí estuvo presente el pasado mes de septiembre en l a boda de Teodora de Grecia, a la que también acudieron como invitados sus sobrinos Juan, Miguel e Irene Urdangarin.
Tras varias semanas de rumores, la casa real griega confirmaba el matrimonio entre Nicolás y Chrysi a finales de enero, menos de un año después del divorcio oficial entre el príncipe y su primera esposa, Tatiana Blatnik. A pesar de esta separación, Nicolás de Grecia tiene derecho a un segundo matrimonio religioso, ya que la iglesia ortodoxa griega permite el divorcio y las segundas nupcias con carácter excepcional.
Para confirmar en este extremo, la pareja recibía el pasado 3 de febrero la bendición de Jerónimo II, arzobispo de Atenas y de toda Grecia. Poco después, los novios se desplazaban por sorpresa a Copenhague para participar en el acto de despedida de la jefa de comunicación de los reyes Federico y Mary de Dinamarca.
En vísperas del esperado sí, quiero, los royals helenos se reunían ayer para un ensayo en la iglesia de San Nicolás Ragavas de Atenas. El día de la boda se espera que acudan tan solo unos setenta invitados, entre buenos amigos y sus familiares más cercanos. El príncipe Pablo, cabeza de la familia real y aspirante al desaparecido trono, actuará como padrino de su hermano.
Chrysi Vardinogianni en el ensayo de su boda. /
Nicolás y Chrysi llegaron por todo lo alto al histórico barrio de Plaka, donde se encuentra la iglesia bizantina que acogerá su unión el viernes. Numerosos fotógrafos y periodistas esperaban a los novios y sus allegados, a pesar de las precauciones tomadas para que esta boda real fuera lo más sencilla y discreta posible.
Para esta celebración a pequeña escala, las empinadas calles que rodean la iglesia estarán cerradas al público, según los medios de comunicación griegos. Los novios estuvieron acompañados por el príncipe Pablo y su esposa Marie-Chantal y por Alexios, uno de sus cinco hijos. La madre de Nicolás, Ana María de Grecia, llegó en compañía de su hija Teodora.
La futura esposa del príncipe estuvo acompañada por su padre, el magnate naviero griego Giórgos Vardinoyanni, que la llevará al altar. Sus dos hijos adolescentes, Geórgios y Káren, nacidos de su primer matrimonio con el cantante griego Stefanos Sakellarios Xypolitas, también podrían asistir a la boda del viernes.