85 CUMPLEAÑOS
85 CUMPLEAÑOS
Es una de las figuras menos mediáticas de la familia del rey Juan Carlos, pero no por ello la menos activa. Su hermana, la infanta Pilar, fallecida hace cuatro años, estaba más presente en la prensa, pero, sin embargo, la duquesa de Soria ha tenido siempre una intensa vida social, lógicamente atemperada por los años y las dificultades físicas que va conllevando la edad. Esta semana ha cumplido 85 años con la unidad familiar al completo bajo el mismo techo. Un bienestar que estos días ha quedado severamente empañado por la muerte de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo, un durísimo golpe para toda la familia.
Hoy sin embargo, queremos centrarnos en esos momentos felices, porque una fecha tan especial como esta así lo requiere. Y nos vamos a situar en un lugar crucial para la hermana del rey Juan Carlos y sus vástagos. En efecto, el palacete de Jorge Juan, en Madrid, es el lugar de residencia elegido también por sus dos hijos, Alfonso, y María Zurita, que regresó en 2016 tras unos años de emancipación, y el hijo de esta, Carlos, que se ha convertido en la alegría de la casa.
La propia María, que no hace generalmente declaraciones sobre la familia real y pocas sobre su familia, desvelaba a Mujerhoy que a Carlitos, como se le llama cariñosamente, le encanta ver 'Pasapalabra' con sus abuelos. También que está creciendo en el ambiente más feliz imaginable.
Antes de adentrarnos en los pormenores de su vida social de la infanta Margarita desde su juventud hasta ahora, conviene recuperar sus palabras sobre cómo describía en nuestra entrevista María Zurita el carácter de su madre, cuya invidencia no le ha impedido llevar una vida de lo más plena en todos los sentidos: «Jamás se ha puesto barreras, yo creo que por eso mi hermano y yo no nos las hemos puesto. Mira que ha tenido complicaciones en la vida… Mucho más ahora con la silla de ruedas, pero ella no deja de hacer nada por las limitaciones que la vida le ha puesto. Es impresionante. Para nosotros es un ejemplo de tenacidad y de constancia diario».
En estos días, hablamos con gente que se mueve en los mismos círculos sociales que ella y que han coincidido con la infanta Margarita en algunas reuniones privadas en los últimos años. Una persona que la conoce muy de cerca destaca su gran curiosidad por todo lo que le rodea: «Es una mujer encantadora, cercana y divertida. Muy cariñosa, comprensiva, sencilla y generosa. La última vez que estuve con ella, en el ático de un amigo común, lo pasamos muy bien y todos los invitados querían hablar con doña Margarita», nos dice.
Según nos hacen saber, son muchas las propuestas que la hermana del rey Juan Carlos tiene para almuerzos, cenas y reuniones sociales. De hecho, nos concretan una que desde hace semanas están preparando para ella. Esta en concreto ha visto postergada porque no siempre es fácil sentar a la misma mesa a las personas que se quiere juntar para intercambiar recuerdos, experiencias y, por qué no decirlo, cotilleos de la alta sociedad. «Doña Margarita tendría que hacer una lista de espera para complacer a todos los que les gustaría recibirla», nos comentan con humor.
A propósito de su marido, el doctor Zurita, nos comentan que «ha sido un hombre muy leal a ella en todo momento, pendiente de complacer todos sus deseos. En la pareja ha habido siempre una gran complicidad y eso se pone de manifiesto cuando comparecen en público. El doctor es un hombre discreto, también con amistades muy selectas y cultas, pero nunca ha buscado el primer plano, destacar. Además de ser un gran médico, le ha gustado mucho siempre la arquitectura. Uno de sus grandes amigos, por ejemplo, era el arquitecto Enrique García de Castro, dueño con su hermano del emblemático Belén Napolitano del siglo XVIII. En la casa de la infanta Margarita y el doctor Zurita hay una preciosa teraaza que se diseñó con un enorme esmero y que han disfrutado mucho», nos dicen.
La mayoría de nuestras fuentes prefieren mantenerse en el anonimato y se muestran discretos y parcas en palabras a la hora de abordar la vida social de la infanta Margarita. En todos los casos nos resulta evidente que sienten un gran afecto y admiración por ella. Con gran cariño nos habla también sobre la infanta Ana de Rojas, hija del recordado conde de Montarco y su primera mujer, María Pardo-Manuel de Villena y Jiménez.
Ana de Rojas, única superviviente de ese primer matrimonio, recuerda unos felices años 80 en los que cada sábado solían reunirse en un chalet propiedad de la segunda mujer de su padre, Charo Palacios: «Se la construyó en cuatro hectáreas que adquirió de las 15 iniciales de un terreno en la carretera de Valencia, en Madrid, que inicialmente había pertenecido a la familia Montarco. Con las sucesivas herencias se fue fragmentando y ella era la propietaria de esa porción, que ha heredado su hija, Alejandra de Rojas».
«Entre los asiduos se encontraban la infanta Margarita, a quien en esa época llamábamos cariñosamente Margot, Beatrice de Orleans y algunas amigas de Charo Palacios. Eran unos encuentros sin maridos. La infanta no veía con el doctor Zurita ni Beatriz con Miguel de Orléans. Lo pasábamos muy bien, eran unos 'aquelarres' divertidísimos«, rememora Ana de Rojas, autora del libro La carta perdida: En memoria de las condesas de Montarco.
«La infanta Margarita estaba muy pendiente de sus dos hijos y me acuerdo de una anécdota muy divertida, porque a su hijo Alfonso se le cayó la bicicleta a la piscina y se enfadó mucho. Luego se le pasó enseguida. Otro detalle costumbrista que te puedo compartir es que solíamos comer alitas de pollo. Como ves, todo muy informal y poco protocolario», añade la hija del conde de Montarco, gran amigo de don Juan de Borbón..
Esas fiestas se terminaron, como todo en la vida, y su contacto con la infanta Margarita se fue diluyendo. «Con quien más trato tuve continuado en el tiempo fue con su hermana, la infanta Pilar. Mi hijo Eduardo era muy amigo de su hijo Bruno y pasaba mucho tiempo en su casa. Se quieren mucho. Ambas hermanas eran estupendas. Margarita es una mujer fabulosa», concluye Ana de Rojas.
Ese espíritu festivo lo ha mantenido siempre la infanta Margarita, que ha sido una excelente anfitriona también en su palacete. Con motivo de su 80 cumpleaños dio una fantástica fiesta a la que asistieron, entre otros, la reina Sofía y la infanta Elena. Según subrayaba entonces la periodista Paloma Barrientos, los grandes ausentes fueron su sobrino Felipe VI, su hermano Juan Carlos (se cree que estaba en el extranjero) y la infanta Pilar, ya muy delicada de salud.