La infanta doña Pilar de Borbón con su marido, y tres de sus hijos en una foto de los años 80. /
Del matrimonio de la infanta Pilar de Borbón , hermana del rey Juan Carlos , con el hijo de los marqueses de la Deleitosa, Luis Gómez-Acebo, nacieron los cinco primos más mediáticos de los Borbones: Fernando, Juan, Bruno, Beltrán y Simoneta Gómez-Acebo. Las relaciones entre los descendientes de doña Pilar y la familia real han sido siempre de apoyo mutuo, pero en ocasiones, como en todas las familias, se han producido encontronazos que han provocado algún que otro roce.
Quizá el más recordado por la prensa sea cuando el nombre de la infanta Pilar de Borbón apareció en 2016 en los célebres Papeles de Panamá. La explicación posterior de la hija de los condes de Barcelona convenció a la justicia y nunca fue llevada ante un tribunal por ello. La creación de la sociedad off shore por la que aparecía en dichos papeles había sido puesta en marcha por su marido en los años 70, cuando decidió trasladar parte de sus negocios fuera de España ante un intento de secuestro de ETA.
Asuntos más domésticos, como la vez que el Supremo obligó a la hermana del rey a derribar la ampliación de su casa de Mallorca por no cumplir la legalidad, fueron resueltos rápidamente y no tuvieron eco desde Casa Real. Pero en otras ocasiones, como cuando doña Pilar habló de más anunciando el compromiso de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin antes de que lo confirmaran desde Zarzuela, sí le valió un tirón de orejas a los Gómez-Acebo por parte de los reyes, y no ha sido la única vez que sin pretenderlo esta rama de los Borbones ha protagonizado titulares que han recibido más atención de la prensa de lo que le gusta a la Casa Real.
Simoneta Gómez-Acebo es, sin duda, una defensora a ultranza de los Borbones y la Gómez-Acebo que mejor ha sabido llevar su vida pública y privada ante los medios. Pero de vez en cuando (y sobre todo en su juventud) su biografía estuvo salpicada de detalles que no sentaron bien en Zarzuela. Así sucedió cuando se presentó en sociedad en 1987, cinco años después que las infantas Elena y Cristina, con más pompa y boato que las propias hijas de los reyes de España.
Mientras las infantas tuvieron que conformarse en 1983 con un «Baile de la Juventud» en el jardín de palacio un tanto deslucido, en el que además tuvieron que compartir protagonismo con su prima Alexia de Grecia, la fiesta de 1987 de puesta de largo de Simoneta Gómez-Acebo bailando el vals del brazo de su padre y vestida de princesa Disney no tuvo desperdicio. Perlas regalo de la condesa de Barcelona, su madre posando espectacular envuelta en seda roja de la India y el barón Thyssen regalándole su primer coche fueron la guinda del pastel. Pero cuentan los rumores que tanto exceso no sentó bien a los reyes.
Aún les quedaba por superar otra portada del ¡Hola! un tanto polémica: antes de casarse en 1990 con José Miguel Fernández Sastrón, Simoneta posó ese mismo año con la guardia real de palacio para una portada histórica digna de una princesa que no sentó nada bien en Zarzuela. En aquel momento se rumoreó que la ausencia del rey Juan Carlos en la fiesta posterior a la boda de Simoneta meses más tarde se debió a aquella metedura de pata. A pesar de este «encontronazo» Simoneta ha permanecido fiel a su posición de apoyo a la Corona y todos sus representantes y no ha vuelto a dar un mal escándalo (con la mínima salvedad de cuando en 2016 el ayuntamiento de Palma le abrió un expediente por tirar escombros donde no podía).
La amistad de «el guapo» de los Gómez-Acebo, Beltrán, con Felipe VI se remonta a su infancia y siempre ha sido muy comentada por la prensa, casi en igual medida que el alejamiento del ex príncipe de Asturias de su primo favorito desde que se convirtió en rey y, sobre todo, desde que se casó con doña Letizia (de la que los medios aseguran que no tiene buen sintonía con los primos de su marido).
Imagen de la boda de Beltrán Gómez-Acebo con la modelo Laura Ponte a la que acudió toda la familia real. /
La prensa rosa quiso ver una prueba de ello en el hecho de que el rey acudiera en solitario a la comunión de los hijos mayores de Beltrán (los que tuvo con la modelo Laura Ponte). El hecho de que la exmujer de Beltrán hablara a los medios a favor de Urdangarin durante el juicio del caso Nóos y nunca se desdijera de sus declaraciones añadió más leña al fuego a los rumores de desencuentro. Pero, la realidad, es que solo son eso, rumores.
Otros hermanos Gómez-Acebo han protagonizado titulares menos relacionados con la prensa rosa y más basados en hechos. Por ejemplo, Bruno Gómez-Acebo, el único de los hermanos que permanece casado con su primera mujer, ha sido varias veces el foco de atención por problemas judiciales. En una de las ocasiones fue su propio primo, Luis Alfonso de Borbón, quien le reclamó vía judicial una deuda de más de 140.000 euros por el alquiler de una casa en Pozuelo de Alarcón que el hijo de la infanta Pilar no abonaba desde 2012. Ese mismo año también se investigó una de las compañías con las que trabajaba su empresa, Comercializadora Peninsular de Viviendas, que resultó ser fraudulenta: cobraba viviendas que nunca construía.
Pero sin duda el Gómez-Acebo que ha tenido peores incursiones en los titulares por sus salidas de tono es el más pequeño de todos, Fernando Gómez-Acebo. Para el recuerdo queda la vez que en 2011 le pillaron usando un cartel en su coche en el que ponía «Prioridad Oficial, Casa de Su Majestad el Rey» para aparcar en el carril bus y poder irse tranquilamente de compras (algo que desde Zarzuela calificaron de «inaceptable»).
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O como cuando dio plantón a sponsors y prensa en 2012 y no asistió a una fiesta a la que se había comprometido a acudir porque se había peleado en el hotel con su ex pareja. O cuando se negó a recoger las heces de su perro en el aeropuerto de Madrid o cuando provocó el retraso de la salida de otro vuelo porque no le dejaban llevar en la cabina del avión más de un bolso de mano. Todas ellas salidas de tono que no gustaron en su momento a la casa real, pero que, afortunadamente, hace mucho tiempo que ya no se producen.
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D. Bruno Gómez-Acebo, se ha dirigido a Mujerhoy en ejercicio del derecho de rectificación de la LO 2/1984, con relación al artículo anterior, solicitando que se publique que no tiene procedimientos judiciales abiertos en su contra, ni ha participado de manera delictiva en ninguna de los actividades que se mencionan en la publicación anterior