Para muchos el matrimonio de Felipe de Bélgica y Matilde fue rapido y forzoso. /
Felipe de Bélgica no iba a ser rey por nacimiento. Cuando nació, el rey era Balduino , hermano de su padre, que se casaría ocho meses después con la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón . Sin embargo, empezó a ser formado como un futuro rey porque Fabiola y Balduino no conseguían ser padres. Balduino puso sus ojos en Felipe como sucesor. Y él y Fabiola le cuidaron como a un hijo, mientras sus padres, Alberto y Paola , vivían sus romances adúlteros y abandonaban a sus tres hijos, Felipe, Astrid y Lorenzo a sus suerte.
Pero todo transcurrió a un ritmo lento hasta que Felipe llegó al trono. Primero fue su padre Alberto, hermano de Balduino, quien asumió el trono en 1993 cuando falleció el monarca de forma repentina, durante unas vacaciones en su finca de Granada. Estuvo en él dos décadas.
Felipe fue coronado en 2013, cuando su padre abdicó, acuciado por numerosos escándalos sobre su vida matrimonial y, en especial, por la existencia de una hija ilegítima, Delphine Boël , a la que solo reconoció hace pocos años. Al día siguiente de la abdicación, el 3 de julio de 2013, Felipe declaraba desde Amberes: «Quiero rendir homenaje al rey por sus veinte años de reinado. Soy muy consciente de las responsabilidades que recaen sobre mí. Me esforzaré de todo corazón».
El rey Felipe acaba de cumplir 61 años. Hoy, tanto él como su esposa Matilde, parecen asentados y tranquilos, señalando el camino a su hija y heredera Isabel y alejados de la larga lista de escándalos que han sacudido a la monarquía belga en los últimos veinte años. Pero el monarca, descrito incesantemente por una parte de la prensa belga como introvertido, torpe, incapaz de expresarse de forma fluida en público y bajo la influencia de consejeros que lo mantienen en una burbuja, no escapó ni a la maledicencia ni al escándalo.
A sus 39 años, Felipe no tenía novia, ni planes de contraer matrimonio. Para ser rey, necesitaba estar casado. La boda de Felipe y la condesa Matilde d'Udekem d'Acoz se celebró en diciembre de 1999, casi de forma sorpresiva. Un rumor malévolo se cernía sobre los felices novios. Según el periodista Frédéric Deborsu, autor de 'Question Royale' (Cuestión real), publicado en octubre 2012, fue un matrimonio forzado, una simple farsa.
El autor asegura que, durante más de 14 años, el rey Felipe mantuvo una relación homosexual y, de ahí, su boda tardía. Fue el propio rey Alberto quien parece que presionó a su hijo para que encontrara esposa cuanto antes, amenazándole incluso con quitarle los derechos al trono. Deborsu llega a insinuar que los reyes Felipe y Matilde concibieron a sus hijos por inseminación artificial en el hospital Erasmo de Bruselas, la clínica de fertilidad más prestigiosa de Europa, donde nacieron los niños.
Deborsu describe a Felipe como un niño triste y con una gran frustración, debida a la necesidad de un matrimonio pantalla para ocultar su supuesta homosexualidad. Asegura en el libro que Felipe no sabe relacionarse con las mujeres, de ahí que no se le conociese ningún romance previo a su matrimonio. A Matilde la conoció en 1996 y se casó con ella tres años más tarde. El objeto de sus desvelos desde su primera juventud sería el conde Thomas de Marchant, con el que viajaba siempre en vacaciones. Marchant no fue invitado a la boda real. Por su parte, según Deborsu, la propia Matilde sufrió las presiones de su padre para contraer ese matrimonio, que aportaría reconocimiento y prestigio a la familia. La familia real calificó las afirmaciones de injurias.
Lo que sí muestra el libro, y parece que es cierto, es una vida familiar descompuesta, con unos padres fríos, y un joven Felipe sin amigos, y sin motivaciones. Sin embargo, sea cierto o no, el libro sin pruebas evidentes de sus afirmaciones tuvo el efecto contrario en la opinión pública. Tanto flamencos como valones cerraron filas en torno a su rey, en ese momento todavía duque de Brabante, y a su vida familiar totalmente tradicional. La campaña de desprestigio de la monarquía había ido demasiado lejos y los belgas reconocieron la valentía de Felipe y su entrega sin tacha a la Corona.
Desde 2010, tanto Felipe como Matilde empiezan su preparación como futuros reyes y su presencia pública es cada vez más intensa. Hoy su sintonía sigue siendo evidente, al contrario que la de otras parejas reales. Matilde se muestra incansable a su lado, se les ve de la mano, entrelazan sus dedos en numerosas ocasiones. Ella es una verdadera profesional, además de bella y discreta y ferviente católica. Han formado una familia de postal y no la han manchado con ninguna metedura de pata de importancia.