Las quejas de Letizia y de otras casas reales por la organización del funeral de Isabel II: agravio comparativo con los Biden, autobús para reyes y un horario anti reinas

Los equipos diplomáticos y de protocolo de distintas casas reales se han quejado a la organización del funeral de Isabel II por tratamiento desconsiderado de sus majestades. Todo por culpa de Jill y Joe Biden.

El presidente Biden y su mujer, Jill Biden, acudieron a la capilla ardiente de Isabel II en Westminster Hall. /gtres

El presidente Biden y su mujer, Jill Biden, acudieron a la capilla ardiente de Isabel II en Westminster Hall. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Como cualquier polémica que rodea a las casas reales, todo se tramita por cauces diplomáticos, con lo que es raro que trasciendan fricciones que no encuentren solución en la negociación. Esta vez, sin embargo, sí ha visto la luz la queja de varias casas reales por el tratamiento que Buckingham Palace está dando a los monarcas que se han desplazado a Londres para asistir al funeral de Isabel II . Incluidos los reyes Felipe VI y Letizia .

En realidad, mucho de lo que ha molestado a las monarquías europeas y, probablemente, a las que asisten desde otros continentes, tiene que ver con el trato de privilegio que la diplomacia británica ha dispensado al matrimonio Biden. Es algo sabido en los equipos de protocolo al más alto nivel: los jefes de estado estadounidenses siempre son un problema porque van por libre.

El desprecio de los Biden por el protocolo se hizo patente en la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, cuando un error imperdonable de los equipos estadounidenses y españoles puso en evidencia a Letizia. La reina tuvo que esperar de pie, en las inmediaciones del Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, la aparición de Jill Biden. Llegó a la cita con la monarca casi 15 minutos tarde.

En esta luctuosa ocasión, la puntualidad de los Biden será de nuevo una preocupación, pero también su movilidad ha dado problemas. Joe y Jill Biden han querido desmarcarse de la comitiva fúnebre en la que se integrarán reyes y primeros ministros del mundo y, incluso en la cita del funeral de Isabel II , han exigido moverse en su propio vehículo, la limusina blindada de máxima seguridad conocida como 'la bestia'.

Ante la petición de la delegación estadounidense, a Buckingham Palace no le ha quedado más remedio que decir 'yes', pues contravenirlas hubiera puesto en peligro la asistencia del presidente y la primera dama. Sin embargo, el resto de los invitados al funeral, alrededor de 100 reyes, reinas y jefes de estado además de ex presidentes, como Barack Obama o los reyes eméritos Juan Carlos y doña Sofía, se moverán en autobús.

Esta cuestión del autobús ha hecho correr ya ríos de tinta en varios países, pero especialmente en Japón, donde la idea de ver al emperador Naruhito y a la emperatriz Masako en un transporte compartido de estas características es especialmente polémica. Recordemos que la casa imperial japonesa se despojó de su origen divino muy tarde, en 1947.

Otra exigencia de la delegación estadounidense que ha causado bastante estupor en el cuerpo diplomático internacional contraviene directamente las últimas voluntades de Isabel II. La reina quiso que no se realizaran reuniones bilaterales durante su funeral, y que esos momentos se reservaran únicamente para el duelo. Parece que este propósito de centrar la atención en la despedida de la monarca no va a ser posible.

Ya se han despejado agendas para que Joe Biden mantenga entrevistas de trabajo durante el tiempo de su estancia el Londres, al menos con la nueva primera ministra, Liz Truss. Esta organización de una agenda paralela durante el funeral de Isabel II ha sorprendido muchísimo a altos diplomáticos europeos, aunque nada puede hacerse para controlar el tiempo libre de los jefes de estado, más allá de confiar en su discreción.

Precisamente esta cuestión del tiempo va a supone un pequeño gran reto para las monarcas y primeras ministras, sometidas por su condición de mujeres a una mayor exigencia de preparación y presentación. Todos los focos van a estar pendientes de los representantes de las casas reales y, sobre todo, de las reinas, que no lo van a tener nada fácil para estar a la altura.

Los horarios que Buckingham Palace ha distribuido a las delegaciones diplomáticas de los distintos países son, a decir de muchos altos funcionarios, una locura. Sobre todo para ellas. La citación a casas reales y autoridades el lunes por la mañana está marcada tres horas antes del comienzo del funeral en la abadía de Westminster. Hablamos de las ocho de la mañana. ¿Qué pueden hacer reyes, reinas y presidentes a lo largo de esas tres largas y frías horas de espera?

Parece que una de las advertencias más comunes en este tipo de acontecimientos masivos y televisados, y con un 'sitting' tan complejo, es el de aprovechar esas horas previas para utilizar los cuartos de baño. El funeral dura más de una hora en las que no van a poder moverse. Sin embargo, acudir con tanta antelación obliga a las monarcas a levantarse a las seis de la mañana para cumplir con su cita con maquillaje y peluquería. Seguro que no es una mujer la personal que ha diseñado estos diabólicos horarios.