JOYERO ROYAL
JOYERO ROYAL
La ayudante del guardarropa de la reina durante muchos años, Angela Kelly, explicaba, en su libro de memorias, que Isabel II adoraba las perlas porque le gustaban los colores vivos y estas piezas ayudan a tamizar el brillo. Su amor por las perlas tiene también una razón puramente sentimental: muchas de las que más le gustaban fueron regalo de su familia. Su abuela, la reina María, le legó uno de sus pares de pendientes favoritos: una gran perla en cada uno fijada con un pequeño diamante.
A los tres años, fue fotografiada, por primera vez, con un collar con seis perlas, al que sus padres añadirían más durante su infancia. La devoción de la reina por las perlas es muy posible que tenga que ver también con la reina Victoria, su tatarabuela, que las puso de moda en el siglo XIX y a quien le parecían las joyas más apropiadas en eventos sin la formalidad de la gala. «Una mujer no debe dejar que sus joyas sean más importantes que su atuendo», decía.
La reina Camilla tiene también predilección por los collares de perlas, en forma de gargantilla de varias vueltas, de los que posee varios en su propio joyero. Por su parte, Kate Middleton no ha dejado de lucirlas desde que era duquesa de Cambridge y tras el fallecimiento de Isabel II. Ha sido su manera de rendirle homenaje en numerosas ocasiones.
Llamó especialmente la atención en el funeral del duque de Edimburgo, en abril de 2021, cuando al luto añadió los que fueron, sin duda, uno de los pares de pendientes más queridos por la reina Isabel: los pendientes de perlas de Bahrein, compuestos por perlas y varios diamantes. Estos pendientes acompañaron a Isabel II a lo largo de su vida y hoy se han convertido en uno de los sellos de la princesa de Gales. ¿De dónde proceden? ¿Desde cuándo estaban en el joyero de la reina? Lo contamos a continuación.
Entre las muchas joyas que Isabel II recibió como regalo de boda, por su matrimonio con el príncipe Felipe, en 1947, se encontraba un conjunto de siete grandes perlas, obsequio del emir de Bahrein. Dos de ellas, se utilizaron para componer unos pendientes. Se combinaron con diamantes redondos, de los que cuelgan otros tres en talla «baguette» y una perla.
Su estilo es característico de los años cuarenta y la joven princesa y después reina los utilizó con mucha frecuencia, tanto en eventos de gala como en retratos, especialmente el que se utilizó para billetes, sellos y monedas, con la diadema de Estado de Jorge IV y el collar Nizam de Hyderabad, realizado por Dorothy Wilding, en 1952.
Diana de Gales con los pendientes de diamantes y perlas. /
Desde mediados de los años cincuenta, la reina, sin embargo, no volvió a usarlos en público, pero, en los últimos años, los han lucido muchas mujeres de la familia real, tanto en la línea de sucesión como fuera de ella. En 1982, la Reina Isabel se los prestó a Diana de Gales, que los combinó con su tiara favorita, la Lover's Knot, y la gargantilla de perlas japonesas de la Reina, para un banquete en el Palacio de Hampton Court con motivo de la visita de Estado de la Reina Beatriz de Holanda y el Príncipe Claus. En octubre de 2012, se los pudimos ver a la princesa Sophie, entonces condesa de Wessex, en un concierto en el Royal Albert Hall.
Los pendientes de perlas siempre se han combinado con collares de perlas. El primero que recibió la reina Isabel fue cuando tenía nueve años: era de tres vueltas y fue un regalo de su abuelo Jorge V. Entre la amplia colección de perlas de Isabel II, destacan también dos collares de varias vueltas, el de la reina Ana, que data del siglo XVIII, y el de la reina Carolina, que le fueron entregados como regalo de boda por su padre, Jorge VI.
Kate Middleton con los pendientes de perlas favoritos de Isabel II. /
Desde 2016, cuando los exhibió en la ceremonia del recuerdo de aquel año, Kate Middleton es la usuaria exclusiva de estos pendientes. Fue, sin duda, un honor otorgado por la reina Isabel a la futura reina de Inglaterra. Desde entonces, Kate los ha lucido en las misas de Balmoral, en ceremonias de Trooping the Colour —el cumpleaños de la Reina—, o en Ascot.
Su aparición más señalada con los pendientes de Bahrein fue en el funeral del duque de Edimburgo, en el castillo de Windsor, en abril de 2021. Los combinó con la gargantilla de perlas japonesas de la reina, un conjunto que luciría a menudo, a partir de entonces y que llevó también en el funeral de la Reina Isabel II en la Abadía de Westminster en 2022, lo que les otorgó un fuerte simbolismo como homenaje a la difunta monarca. La Princesa de Gales los ha seguido luciendo en cenas de gala y ceremonias religiosas. Su última aparición con los pendientes fue la celebración del Domingo del Recuerdo en 2024.