La extraña decisión de Carlos III para el primer aniversario de la muerte de Isabel II: cede el protagonismo a Kate Middleton y se queda con Camilla en Balmoral

Los británicos se preparan para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Isabel II con una sensación agridulce en su sensibilidad monárquica. Parecía que nada sería lo mismo en la Corona británica una vez desaparecida la monarca y que Carlos y Camilla darían un triste relevo a la reina más querida. Pues bien: casi un año después de su desaparición, se ha cumplido el propósito de la institución. La sucesión ha ido como la seda.

«El fallecimiento de su majestad fue un acontecimiento que verdaderamente significó el fin de una era»; confirmó una fuente cercana a Buckingham Palace al diario británico 'Daily Mail'. «La familia real inició entonces un período de transición que llegó hasta la celebración de la coronación . Con el fin de las vacaciones de verano, comienza realmente un nuevo reinado y existe una gran expectación por comprobar cómo va a ser».

El próximo 8 de septiembre, Reino Unido volverá a prestar especial atención a su familia real, en la conmemoración del primer aniversario del fallecimiento de Isabel II. Será con la tranquilidad que produce haber culminado el relevo institucional con una coronación exitosa y tras haber resuelto definitivamente la ruptura con los díscolos duques de Sussex. Con ellos se ha llegado a un punto de no retorno: la indiferencia.

El proceso de desconexión del príncipe Harry con la Corona británica se ha culminado estos días, con la retirada del título de Alteza Real en su tratamiento en la web oficial de la familia real. En realidad, la decisión se tomó en 2020 con el polémico 'Megxit' y su cese como miembros en activo de la familia real. La actualización del website real solo constata y normaliza una situación definitivamente permanente.

La ausencia de los Sussex en los acontecimientos importantes de la Corona británica debe ser ya observada con normalidad, incluso en los hipotéticos eventos que se puedan producir de cara a la conmemoración del primer aniversario de la muerte de Isabel II. De momento, el palacio de Buckingham no ha comunicado un programa extenso de actividades, solo algunos detalles.

Los servicios de comunicación de la casa real británica han precisado cómo será en líneas generales dicha conmemoración. El rey Carlos III ha decidido seguir el ejemplo de su fallecida madre y honrar su memoria de la misma manera que ella hizo lo propio a la muerte de su padre, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, mientras dormía en su habitación de Sandringham House. Le sobrevino una trombosis coronaria, pero su salud era ya muy precaria debido a un cáncer de pulmón. Tenía solo 56 años.

Entonces, la reina Isabel decidió permanecer en Sandringham, retirada de la actividad pública, desde Navidades hasta dicha fecha de febrero. En homenaje a su madre y a su abuelo, el rey Carlos III ha decidido no jugar un papel relevante en la conmemoración de la muerte de Isabel II. Permanecerá en Balmoral, donde la monarca falleció hace un año, para reflexionar serenamente sobre su pérdida y hacer duelo de manera privada.

Mientras el rey Carlos III y al reina Camilla permanecen en Balmoral, los príncipes de Gales deberán ocupar su lugar en los eventos que se determinen en conmemoración de la muerte de Isabel II. El príncipe Guillermo y Kate Middleton comienzan ya a relevar a los monarcas en fechas importantes y su papel no hará más que incrementar su influencia en los años por venir.

Resulta significativo, sin embargo, que el único evento que Buckingham Palace haya previsto para subrayar el primer aniversario del fallecimiento de Isabel II sea un mensaje de Guillermo y Kate . Los príncipes de Gales serán los encargados de conmemorar el legado de la monarca fallecida y de presentarse como el futuro de la monarquía a la nación. El rey Carlos III recibirá, eso sí, al primer ministro Rishi Sunak en audiencia.

El rey Carlos III y su equipo han debido observar con complacencia el curso del proceso sucesorio, pese a algunas campañas en su contra . Tanto, que se han descartado nuevos despliegues de institucionalidad y pompa monárquica que insistan en la relevancia simbólica y afectiva de la monarquía. Todo apunta a que la Corona británica se dispone a recuperar cierta normalidad perdida no solo con la muerte de Isabel II, sino con el 'Megxit' o los escándalos del príncipe Andrés.