Juan Gómez Acebo en la boda de su hermano Beltrán y Laura Ponte en 2004. /
Era, sin duda, el menos mediático de los primos de Felipe VI , pero también el más bohemio, creativo y artista de todos. Juan Gómez-Acebo , fallecido hoy en Palma de Mallorca a los 54 años víctima de un cáncer y apenas cinco meses después de la muerte de su hermano Fernando , era un desconocido para el gran público, pero también un pintor abstracto muy apreciado por la aristocracia que había expuesto su obra tanto fuera como dentro de nuestras fronteras.
«Desde pequeño ya le encantaba dibujar y pintar. No es que sea el más artista de la familia, es que creo que es el único artista de la familia«, contó en una ocasión su madre, la infanta Pilar , de la vocación del segundo de sus hijos.
Vizconde de la Torre y grande de España, Juan Gómez-Acebo heredó la pasión por el arte tanto de su padre, Luis Gómez-Acebo , como de su abuelo paterno, el marqués de Deleitosa, un conocido melómano y experto en arte.
Obra de Juan Gómez-Acebo. /
De hecho, a su padre, el duque de Badajoz, se le atribuyen las gestiones que hicieron posible que su gran amigo, el barón Heinrich von Thyssen-Bornemisza , decidiera traer su impresionante colección de pintura a España a principios de los 90 para fundar el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Quizá por eso, cuando llegó el momento de escoger carrera, Juan lo tuvo claro y se decantó por estudiar Bellas Artes. Lo hizo en la Universidad Rollins de Orlando, en el estado de Florida, donde ha residido la mayor parte de su vida adulta.
Detalle de uno de los cuadros abstractos del primo de Felipe VI. /
Aunque siempre insistió en llevar una vida absolutamente alejada de los focos y la atención mediática, su obra se ha expuesto en países como Luxemburgo o Portugal. En España, sus cuadros se han exhibido en la Biblioteca Nacional, en la Fundación Arauco o en el Club Alma de Madrid, que en 2019 acogió una muestra con una treintena de sus cuadros.
Pero las pinturas de Juan Gómez-Acebo también forman parte de muchas colecciones privadas, como la de la baronesa Thyssen , pero también la del marqués de Vívola, los príncipes de Merode o el archiduque Andrés Salvador de Habsburgo–Lorena. Gran amiga de la infanta Pilar , la pintora y mecenas Mayte Spínola, que dirige el museo de arte contemporáneo de su mismo nombre en la localidad madrileña de Marmolejo, también adquirió varias de sus obras.
En sus pinturas abstractas, y en general extremadamente coloristas, Gómez-Acebo abarcó una amplia variedad de temáticas: desde la maternidad y la fertilidad o el amor en pareja al mundo natural o animal. «La tinta y el rotulador negros dan forma a los diversos dibujos de figuras o formas, nunca realistas, en los que Gómez-Acebo vierte su alfabeto icónico, sus temas, inquietudes, reflexiones, obsesiones y quizás alguna neurosis. La tradición de los vanguardistas españoles como Dalí o Picasso, se encuentran como influencia en algunos acentos formales de su obra», explicaba la crítica de arte Julia Sáez-Angulo en una reseña de su trabajo publicada en 2011.
La maternidad y la fertilidad eran temas recurrentes en su obra. /
Efectivamente, Gómez-Acebo siempre fue un gran admirador de Dalí y su surrealismo onírico, algo que se proyectaba, por ejemplo, en su obsesión por los insectos. «En suma, el dibujo de Gómez-Acebo es el vehículo transmisor del mundo visible e invisible, que transmuta el pensamiento del autor. Una nueva realidad que va más allá de lo que contemplan los ojos», resumía Sáez-Angulo sobre una obra que todavía puede contemplarse en la cuenta personal de Instagram donde el primo de Felipe VI se autodefinía como «productor musical» además de artista.