Kalina de Bulgaria, junto a su hijo, Simeón Hussein, en el palacio de Vrana, situado a las afueras de Sofía, la capital del país /
Kalina Sajonia-Coburgo-Gotha y Gómez Acebo, nombre completo de Kalina de Bulgaria , está viviendo un momento estupendo en todos los aspectos. Feliz en su vida familiar, junto a su marido, Kitín Muñoz , y al hijo de ambos, Simeón Hassan, tiene la agenda llena de planes muy enriquecedores y proyectos que le llevan de ilusión. Esta entrevista tiene lugar apenas unos días antes de que su marido y ella hicieran las maletas para asistir en París a la reunión de Embajadores de Buena Voluntad este viernes y el sábado llegarán a Madrid, donde el explorador tiene un compromiso muy importante, del que todavía no podemos desvelar su contenido.
Uno de los poderosos motivos por los que la hija del rey Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo ha sido noticia recientemente ha sido por convertirse en la primera princesa que ha ingresado en el prestigioso The Explorers Club, algo que vive «con ilusión y orgullo», como nos comenta. Hablamos de una organización nacida en 1904 en Nueva York, como punto de encuentro de exploradores y científicos, de la que forma parte su marido, el explorador Kitín Muñoz, hace ya casi una treintena de años.
El día que realizamos esta entrevista, se encontró en la costa del Mar Negro en Bulgaria, en la necrópolis de Varna, el considerado «oro más antiguo de la humanidad». Esa misma jornada, la princesa Kalina recibió la llamada del presidente de The Explorers Club desde Nueva York para comentar con ella los pormenores de este magnífico descubrimiento.
Kalina de Bulgaria, con Richard Garriott, presidente de The Explores Club en Nueva York, del que también es miembro su marido, Kitín Muñoz. /
«Ahora podremos preparar proyectos juntos con el Explorers Club, dar impulso a iniciativas como el viaje a la Antártida, o dar a conocer el Patrimonio Vivo de Bulgaria», nos dice Kalina. También celebra haber sido nombrada presidenta de la Fundación de la Orden de Malta de Bulgaria, nuevo reconocimiento y responsabilidad de la que se muestra muy satisfecha.
Para acceder a The Explorers Club, la princesa Kalina ha tenido como padrinos al astronauta Richard Garriott y su mujer, Laetitia, que es asesora de defensa de Joe Biden y socia de Elon Musk: «Richard es un astronauta que voló a bordo de la misión Soyuz TMA-13 a la Estación Espacial Internacional. Lleva el espacio en la sangre, es hijo del astronauta de la NASA Owen Garriott. Richard es, además, un gran empresario y artista», nos comenta.
«Laetitia es una mujer increíble, valiente, una de las primeras inversionistas en SpaceX y cofundadora de Global Space Ventures, apoya empresas de tecnología profunda en campos que van desde la inteligencia artificial y la industria aeroespacial hasta la biotecnología. Es asesora en Asuntos Exteriores y Seguridad Nacional de Estados Unidos. Es un orgullo contar con la confianza de personas tan destacadas en sus profesiones. Ambos son amigos de Kitín y míos», subraya.
Para alcanzar este logro se tuvieron en cuenta muchos factores, como los 15 años de convivencia con tribus del Sáhara. Kalina de Bulgaria nos devela lo que más echa de menos de esa época: «Las largas jornadas en el Sáhara, conviviendo y conociendo a los jefes de 31 tribus repartidas por una gran extensión del desierto que va desde Goulimin hasta la frontera con Mauritania y Argelia. Mi implicación con Kitín, para rescatar el Moussem de Tan Tan, el festival de las tribus del Sahara, y conseguir que fuera declarado Patrimonio Inmaterial por la Unesco».
Kalina y Kitin, con su hijo Simeón en el festival Tan-Tan de Marruecos, el 13 de diciembre de 2010 /
Un hito que también se ha tenido en cuenta es que consiguiera que la Tbourida, una escenificación de cabalgatas militares que se remontan al siglo XV, fuera declarada Patrimonio Inmaterial de la UNESCO: «Para mí fue una gran satisfacción. Durante 15 años he vivido por lugares y pueblos remotos. Allí, cada pueblo y, a veces aldeas, tienen su equipo, formado por campesinos y gente humilde, junto con doctores, abogados, etc. Yo conocía a los equipos y ellos me conocían a mí, por verme siempre encima del caballo. Me interesé e impulsé la Tbourida de mujeres. Le dije al rey Mohamed VI , que sería bueno presentar la Tbourida a la Unesco, y no dudó. Viaje con Kitín a París, para presentar la candidatura. Dos años después, fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».
Más allá de su relación afectiva de pareja, las afinidades entre la princesa Kalina y su marido son enormes. Por eso han disfrutado tanto de las expediciones que han compartido, de las que la hija del rey Simeón de Bulgaria quiere destacar las siguientes: «Cuando navegué a bordo de la balsa de juncos Mata-Rangi me impactó el crujido de toda la arboladura y estructura de la cabaña de bambú, atada con lianas y sin ningún clavo en toda la balsa. Ahí me di cuenta lo primitiva que era la embarcación y comprendí las palabras de Kitin cuando dice que una balsa de juncos, es una isla flotante que navega. Me impresionó también su tripulación indigena, marineros polinesios y aimaras de los Andes, cómo se movían por la balsa».
La pasión de Kalina de Bulgaria por el deporte está también muy vinculada a su padre, el rey Simeón, con quien en su juventud realizaba numerosas excursiones a la montaña: «Son recuerdos entrañables de mi infancia y juventud, de las que he aprendido mucho sobre la naturaleza, que han marcado mi vida».
La princesa Kalina, con el símbolo nacional búlgaro, la rosa oleaginosa, que se cultiva en el país desde el siglo XVI.. /
La princesa Kalina lleva mucho tiempo preparando un viaje a la Antártida, «con mucha ilusión y emoción.. Esta última temporada, de noviembre a febrero o marzo, teníamos que haber ido de misión, en el primer barco científico de Bulgaria, Kirilo y Metodio, pero el profesor Pimperev, director del Instituto Antártico búlgaro, tuvo que ser operado unos días antes, así que le dije que la Antártida puede esperar, iremos juntos».
Kalina de Bulgaria lleva también una larga temporada trabajando en un libro acerca de su país, sobre el que le pedimos que nos cuente en qué estado se encuentra y qué sorpresas nos deparará, pero no entra en demasiados pormenores: «Avanzado. Bulgaria siempre sorprende»
Hace algo más de un año, el matrimonio estaba encantado con su nueva mascota, un cachorro Karakachan, que se ha integrado estupendamente en la familia, que ha crecido bastante: «Duerme tranquilamente en la nieve, es una raza increíble. También tenemos un loro, que vuela libre por toda la casa, y algún que otro perrito Toy, que juegan juntos con el guacamayo».
Kalina, en un paisaje nevado de Bulgaria, la mejor embajadora de su país. /
Kalina de Bulgaria siempre ha cuidado mucho su alimentación y entrenamiento con una eminencia, el veterano Carlos Florez, así que le pedimos que nos haga algunas recomendaciones para mantenernos en forma: «Constancia y rutina de entrenamiento. Entrenamiento con carga. Alimentación equilibrada, sin dietas milagro.. El descanso físico es parte del entrenamiento. El sueño es fundamental, dormir pronto. Carlos es una institución en el tema y sigue siendo mi entrenador».
Este año se cumplen 10 de su solicitud de la nacionalidad búlgara y la princesa nos desvela cómo vivió este momento tan trascendental para ella: «Sentí que volvía a casa, cuando me casé en Bulgaria, cuando tuve mi hijo aquí, y ahora que vivo de nuevo en Bulgaria. La nacionalidad búlgara oficializa todos esos sentimientos».
Su hijo, Simeón Hassan (se llama así en homenaje a su abuelo y al rey Hassan II de Marruecos, con el que su familia compartía una gran amistad), cumplió 16 años el pasado 14 de marzo y su madre nos habla con orgullo de él: «Simeón es un búlgaro más, está completamente integrado. Está feliz en el país de sus ancestros, de su familia, y el suyo propio, pues ha nacido en Bulgaria».
Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz, con su hijo, Simón Hussein, en la Duna Blanca de Dakla, en Marruecos. /
El 26 de octubre celebrará sus 21 años de matrimonio con Kitín Muñoz y cuando le preguntamos en qué momento se encuentran de su relación, sintetiza la respuesta con una sola palabra: «Felicidad». Sus padres llevan nada menos que 60 años casados y cuando le preguntamos sobre el secreto de su relación, nos responde, divertida: «Es tan secreto, que solo lo saben ellos». Sobre su ausencia de España, a donde viene con frecuencia, también tiene muy claro lo que más echa de menos: «A los españoles».
Kalina de Bulgaria forma parte del comité de dirección del Museo-Palacio Vrana, residencia oficial de su padre, Simeón de Bulgaria, su mujer, Margarita y su familia, cuya propiedad recuperaron tras largos litigios, después de haber sido despojados de él por el régimen comunista en 1947. Un trabajo que a Kalina de Bulgaria le resulta muy gratificante, por lo que nos desvela: «Estoy satisfecha de lo que estamos haciendo. Esta semana voy a la Unesco en París para representar al Museo-Palacio Vrana».
Como gran embajadora de su país que es, le pedimos a Kalina de Bulgaria que nos haga alguna recomendación culinaria y que elija tres de sus sitios favoritos que un viajero no debería perderse. Esta es su respuesta: «El yogurt, que es de origen búlgaro. Las montañas de los Rodopest, los Monasterios repartidos por toda la geografia (montañas, bosques, lagos...) y el mar Negro».
Mirando al futuro, le solicitamos que nos desvele si tiene alguna meta o sueño por cumplir y responde, categóricamente: «Estoy feliz como estoy».