Amor juvenil y royal
Amor juvenil y royal
Hoy el príncipe Guillermo y Kate Middleton son un joven matrimonio, padres de tres hijos, que conforman el rostro más conocido y afable de la monarquía británica. Además, juntos son la imagen del frente común ante la adversidad, después de que conociéramos hace pocos días la trágica noticia del cáncer que padece la Princesa de Gales. Pero las cosas eran muy diferentes para Kate y Guillermo justo hace dos décadas.
Entonces eran tan solo dos estudiantes universitarios con monos de esquí a juego deslizándose por las nevadas laderas de la estación suiza de Klosters. Así aparecían en la portada del diario británico 'The Sun' el 1 de abril de 2004, hace ahora justo dos décadas. Fue ese el momento en el que el gran público supo por primera vez de la llamada a ser la nueva reina de Inglaterra.
Para los expertos en la familia real británica de la época, aquellas fotos fueron una señal inequívoca. Si Kate Middleton, la guapa compañera de piso del príncipe Guillermo en la Universidad de St. Andrews, era invitada a compartir las vacaciones de Semana Santa de los Windsors en Suiza, entonces es que la pareja iba muy en serio.
«Por fin, Wills ha encontrado novia», titulaba en portada el tabloide inglés y el asunto no era para tomárselo a broma. De hecho, al publicar estas primeras imágenes «en exclusiva mundial», captadas por el paparazzo Jason Fraser, de una escapada romántica a las cumbres, el tabloide provocó un monumental enfado en el Palacio de Buckingham.
Cuando el hijo mayor de Carlos y Diana ingresó en la Universidad de St. Andrews dos años y medio antes, se invitó a la prensa a realizar un reportaje sobre el inicio del curso, con entrevista y fotos. A cambio, el trato era no averiguar más sobre la vida privada del joven royal como estudiante durante sus años en la universidad. Pero todo fue en vano.
El Palacio de Buckingham acusó a 'The Sun' de incumplir un nuevo acuerdo con los medios de comunicación para dejar en paz a Guillermo tras un photocall oficial con su padre y su hermano Harry en la misma estación de esquí, a pesar de que la foto fue tomada por un fotógrafo que no formaba parte de la plantilla del periódico.
El palacio impuso al periódico una prohibición temporal que prohibía a sus periodistas cubrir a la Familia Real en sus actos. Los funcionarios también se negaron a confirmar o desmentir el romance de la pareja. Un portavoz del tabloide defendió la decisión de publicar las fotos y el artículo, afirmando que la historia era «cien por cien cierta, por lo que existe un fuerte interés público en publicar estas encantadoras fotografías». «Una de las novias de Guillermo podría convertirse en Reina algún día», afirmaba el periódico. «Sus súbditos tendrán derecho a saberlo todo sobre ella».
A pesar de esta llamada a la discreción, las relaciones amorosas del joven heredero fascinan al mundo entero. Como nos ha mostrado la serie 'The Crown', el principito era todo un ídolo de masas, sobre todo para el público femenino de todo el planeta. Detrás de sus mechones rubios, Guillermo era el soltero más codiciado del mundo, como demuestra la explosión de solicitudes femeninas para estudiar en St. Andrews.
Pero con el paso de los meses, un perfil de su entorno empezó a destacar sobre el resto. Kate Middleton, una morena elegante y atlética, formaba parte de su círculo íntimo. Al comienzo del curso académico de 2002, Guillermo y Kate optaron incluso por mudarse juntos -con otros dos amigos- a una casita cercana al campus. La rumorología estaba en pleno apogeo. Se sabía que se estaban viendo y que Kate había sido invitada a Highgrove y Balmoral, pero no había nada que demostrara que esta bonita historia de amor había comenzado.
Tuvieron que ser aquellas primeras imágenes de la joven pareja regalándose unos tiernos gestos, fuera de su entorno universitario, las que pusieron de manifiesto, en portada y a todo color, aquel romance de cuento de hadas. Para aprovechar su exclusividad, 'The Sun' dedicó cinco páginas especiales a la noticia. El futuro Rey está enamorado, la afortunada se llama Kate y el mundo entero tiene que saberlo.
Pronto, cabeceras de todo el mundo se hacían la misma pregunta: «¿Ha nacido una princesa o se trata solo de un noviazgo pasajero?». Veinte años después, tras una boda real y tres hijos, ahora sabemos que esas imágenes fueron las primeras de una historia de amor con un destino histórico.