Kate Middleton anunciaba el pasado 22 de marzo que tiene cáncer. /
Kate Middleton se ha convertido en una de las millones de personas diagnosticados de cáncer cada año y ya ha comenzado a recibir quimioterapia preventiva para combatirlo. A la princesa de Gales, de 42 años, se le ha diagnosticado un tipo de cáncer no especificado. En un emotivo mensaje emitido el viernes por la noche, la esposa del príncipe Guillermo dijo que cuando se sometió a una cirugía abdominal el pasado mes de enero, «se pensó que mi condición no era cancerosa».
La operación, realizada en la London Clinic , fue un éxito. Tras trece noches en el hospital, la royal abandonó la clínica el 29 de enero. «Sin embargo, las pruebas realizadas tras la operación revelaron la presencia de cáncer», declaró en el vídeo grabado en Windsor. El Palacio de Kensington ha asegurado que no compartirá más información médica sobre el tipo o el estado del cáncer descubierto.
Tampoco se han revelado los detalles del tipo de pruebas a las que ha sido sometida Kate Middleton, pero estas pueden incluir análisis de sangre, escáneres y biopsias. Una biopsia es un procedimiento médico que consiste en tomar una pequeña muestra para examinarla al microscopio y determinar si existen células anormales.
Sobre su estado de salud actual, la nuera de Carlos III ha asegurado que los dos últimos meses habían sido «increíblemente duros» para ella y su familia, pero que tenía buen ánimo y estaba centrada en recuperarse. «Estoy bien y me hago más fuerte cada día centrándome en las cosas que me ayudarán a curarme: en mi mente, mi cuerpo y mi espíritu». También añadió que estaba deseando volver al trabajo , pero que por ahora debe «centrarse en recuperarse por completo».
El tratamiento, conocido como quimioterapia adyuvante, consiste en una serie de fármacos contra el cáncer que se administran para eliminar las células cancerosas que puedan quedar en el organismo tras el tratamiento primario, que suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor.
Kate Middleton, en una imagen del vídeo en el que comunicó que padece cáncer. /
El objetivo de la terapia es reducir el riesgo de que el cáncer original reaparezca y se extienda. Esto puede ocurrir cuando, tras una intervención quirúrgica, quedan células cancerosas demasiado pequeñas para ser detectadas mediante escáneres y pruebas hospitalarias. El riesgo de que el cáncer reaparezca suele ser menor si el cáncer se detecta en una fase muy temprana, antes de que haya tenido oportunidad de extenderse, pero mayor si la enfermedad se detecta en una fase más avanzada o se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos.
Tal y como afirma Ian Olver Profesor Adjunto en la Escuela de Sicología en Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud (Universidad de Adelaida), en un artículo publicado en la web 'The Conversation ', si un cáncer está localizado (limitado a una parte determinada del cuerpo) y no hay indicios en las exploraciones de que se haya extendido a otras zonas, los tratamientos locales como la cirugía o la radioterapia pueden eliminar el tumor.
La mayoría de los fármacos quimioterápicos contra el cáncer se dirigen a las células que se dividen rápidamente. Un ciclo típico de quimioterapia preventiva dura de tres a seis meses, según el tipo y el estadio del cáncer, que se determina examinando el cáncer extirpado durante la intervención quirúrgica. En ocasiones, se administran ciclos de quimioterapia adyuvante durante varios años.
Depende del tipo de cáncer y del tipo de quimioterapia. Es especialmente eficaz en el cáncer de mama, intestino y pulmón, pero también puede recomendarse en otras formas de la enfermedad. Por ejemplo, la quimioterapia adyuvante suele utilizarse después de la cirugía para el cáncer de ovario epitelial, la forma más común de cáncer de ovario, debido al riesgo de que la enfermedad reaparezca. Los médicos deciden si esta terapia puede ser beneficiosa en función del tipo de cáncer, el grado de avance de la enfermedad y otras características del tumor.
La princesa de Gales se está sometiendo a una quimioterapia preventiva. /
Según añade 'The Conversation' sobre la eficacia de este tratamiento, tomando como ejemplo común del cáncer de intestino, que tiene un alto riesgo de reaparecer tras la cirugía, la primera quimioterapia probada mejoró la supervivencia en un 15%. Con una quimioterapia más intensa, la probabilidad de sobrevivir seis años se acerca al 80%.
Ninguna quimioterapia es completamente inocua. Los efectos secundarios dependen de los fármacos específicos administrados, pero los pacientes pueden experimentar cansancio, náuseas, vómitos, diarrea, un mayor riesgo de contraer infecciones y pérdida de apetito. Los efectos secundarios se deben a que los fármacos no solo afectan a las células cancerosas, sino a todas las células que se dividen rápidamente, como el pelo, la médula ósea, la piel y el revestimiento del aparato digestivo. Sin embargo, el daño a los tejidos sanos suele ser temporal y los efectos secundarios suelen desaparecer una vez finalizado el tratamiento.
Las personas más jóvenes suelen tolerar mejor la quimioterapia que los pacientes de más edad y sufren menos efectos secundarios debido a sus mayores reservas funcionales y a la capacidad de los tejidos jóvenes para curarse más rápidamente. Por ello, las personas más jóvenes pueden recibir dosis más altas de los fármacos, que tienen más probabilidades de eliminar cualquier célula cancerosa que quede en su organismo.
Dado que la quimioterapia preventiva administrada después de la cirugía comienza cuando no hay indicios de que quede cáncer tras la cirugía local, los pacientes suelen poder reanudar sus actividades normales a las pocas semanas de finalizar los ciclos.