UNA GRANJA CON GALLINAS
UNA GRANJA CON GALLINAS
En algunos directos de zoom, durante la pandemia, o en las fotos de los príncipes George, Charlotte y Louis, cuando eran pequeños, se pudieron apreciar algunos detalles del interior y de los hermosos terrenos que rodean Anmer Hall, la magnífica casa de campo, situada en Norfolk, al este de Inglaterra, de los Príncipes de Gales.
Para algunos, está construcción del siglo XVIII, coronada de altas chimeneas, es una de las más bonitas de Inglaterra. La decoración es obra del decorador británico Ben Pentreath y exhibe los rasgos del clasicismo campestre inglés en un ambiente elegante, pero sobrio, con puertas blancas y paredes gris verdoso, con algunas piezas Jorge III, aquí y allá, cojines con color y sofás blancos.
Anmer Hall es una de las casas reales históricas que menos se conoce. Allí, la princesa de Gales ha descansado durante unas semanas, coincidiendo con las vacaciones escolares del segundo semestre, tras la operación abdominal a la que se sometió hace ahora un mes. Guillermo y Catalina pasan aquí mucho tiempo con sus hijos.
El lugar es idóneo para preservar la intimidad de la familia y es allí donde se retiran del ojo público. Fue un regalo de bodas del entonces príncipe Carlos y de la reina Isabel. Está cerca del pueblo de Anmer, en los terrenos de la finca real de Sandringham, a solo cuatro kilómetros del palacio en el que se recupera Carlos III, por lo que, sin duda, podrán visitarse. Sandringham es donde la familia real se reúne habitualmente en Navidad.
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El príncipe Felipe, duque de Edimburgo administró Sandringham desde 1952 e hizo grandes aportaciones a la finca. Plantó más de 40 kilómetros de setos, 45 bosques y más de dos millones de árboles. El príncipe Guillermo siempre ha dicho que, para él, estar en Anmer Hall es «como estar en casa». Él y Kate recibieron la casa en 2013, algún tiempo después de la boda.
La propiedad, de 10 habitaciones, se sometió a una amplia renovación, que costó1,5 millones de libras. Se le añadieron, entre otros elementos, un invernadero y una cocina nueva y se restauró por completo el tejado. Para los cambios estructurales, los príncipes de Gales trabajaron con el arquitecto Charles Morris, el mismo que restauró la casa de campo del rey Carlos, Highgrove.
Entre 2015 y 2017, Guillermo y Kate vivieron aquí a tiempo completo, mientras Guillermo trabajaba en el servicio aéreo de ambulancias. Cuando se convirtieron en «royals» senior, se trasladaron al palacio de Kensington, en Londres. Además, el príncipe George debía comenzar su educación. El pasado año, la familia se mudó a Adelaïde Cottage, una propiedad cercana al palacio de Windsor. George, Charlotte y Louis asisten a la escuela local, lejos del trasiego de la gran ciudad.
Anmer Hall, construida en 1802, fue adquirida por la reina Victoria en 1862, como regalo para su hijo, el futuro rey Eduardo VII, y, con los años se integró en la finca de Sandringham. Desde 1972 hasta 1990, vivieron aquí el duque y la duquesa de Kent, primos de la reina Isabel. Entonces la casa fue alquilada por Hugh van Cutsem, amigo íntimo del rey Carlos III.
Más tarde, pasó a James Everett, propietario de una empresa de madera, antes de que la reina Isabel y Carlos III se la regalaran a los príncipes Guillermo y Kate. La casa está distribuida en dos pisos y un ático. En los jardines, los pequeños príncipes disponen de columpios y un muro para trepar, además de decenas de metros al aire libre. El terreno alberga también una piscina y una cancha de tenis.
Los interiores fueron ideados por el prestigioso diseñador Ben Pentreath, que también ha trabajado en el diseño de varias casas pertenecientes al Ducado de Cornualles, del entonces príncipe Carlos, además de trabajar en el apartamento de Kensington en el que viven Guillermo y Kate en Londres.
Pentreath es especialista en crear clásicos interiores campestres, con toda la esencia de la decoración inglesa, pero modernos y elegantes a un tiempo, y con algún toque ecléctico. «Creamos casas que resisten el paso del tiempo y reflejan el carácter de sus propietarios», explicaba a la revista House&Garden, que lo reconoce como uno de los mejores decoradores de Gran Bretaña. Pero, Anmer Hall no solo es una casa de campo, es también una granja, según reveló Kate, en 2017, cuando contó que criaban gallinas. Un lugar ideal para olvidarse del mundo.