mucho más que unos premios

Lo que no se vio (pero se rumorea) de la presencia de Leonor en los Premios Princesa de Girona: rivalidad, nerviosismo y el efecto plató

La gala de entrega de los Premios Princesa de Girona cobra cada año más relevancia, algo que sin duda influye en Leonor. Pero no solo la heredera se pone nerviosa por ello.

Posado final de la familia real con los premiados por la Fundació Princesa de Girona en sus galardones anuales a talentos menores de 35 años. / fundació princesa de girona

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

No ha sido una edición como las demás de los Premios Princesa de Girona . «Todos hemos aprendido que los fracasos, son una gran escuela», dijo en su discurso Marc Schneeberger, doctor en Biomedicina y profesor en Yale y Premio Investigación Científica. Puede que la princesa Leonor haya tomado nota: jamás la habíamos visto dudar, perderse y titubear tanto al dar un discurso. La Corona, aunque lejana, ya pesa. Tal vez, la cercanía de las cámaras, situadas mucho más cerca que en la gala de los Princesa de Asturias, jugó también en su contra. El efcto plató de televión es innegable.

La heredera llegó a los Premios Princesa de Girona con mucho en la cabeza, sobre todo su inminente entrada en la Academia Militar de Zaragoza. Quiso subrayar que se inicia en el ejército «con alegría», aunque cabe pensar que tanto tiempo entre uniformes vaya a ser un shock para una Leonor ya excelente en lo intelectual. También está a punto de cumplir 18, de jurar la Constitución y de someterse a un escrutinio aún mayor de lo acostumbrado.

La reina Letizia estuvo en todo momento pendiente de la infanta Sofía, mientras la princesa Leonor tenía a su padre, el rey Felipe, de interlocutor. / fundació princesa de girona

Sirva todo esto para dar contexto a la intervención titubeante de Leonor que terminó con una ovación de los asistentes. No solo por educación: también por comprobar que la que se quiere pluscuamperfecta princesa es humana. Sus dudas y micro-errores la colocan más cerca de la generación que está llamada a representar y más lejos de la fría perfección que impera en el estilo de comunicación de Casa Real. En tiempos emocionales, los errores de Leonor son un regalo de naturalidad.

Puede que la Fundació Princesa de Girona , impulsora de los premios a talentos menores de 35 años y de toda una serie de programas para impulsar la empleabilidad de los jóvenes, vea a partir de aquí cómo su impacto se multiplica exponencialmente, como el de la misma figura de Leonor. Lo dijo el rey Felipe VI en su discurso: «La comunidad de premiados supera ya los 70 miembros». De hecho, el monarca animó a seguir ampliando su radio de acción a Latinoamérica, donde actúan algunos premiados.

Leonor y los Princesa de Girona crecen en relevancia

Importa, y mucho, la proyección de todas las carreras y proyectos que apoyan los Premios Princesa de Girona , pues terminan formando una comunidad global de embajadores que sostienen una reputación en ascenso. La puesta en escena de la gala de entrega de los galardones, más cerca de una presentación de Apple que de un pesado evento institucional, quiere respirar esa alegría y optimismo que se asocia a lo juvenil que tiene todo el futuro por delante.

La princesa Leonor entregó los galardones de la Fundació Princesa de Girona. Aquí la vemos felicitando a la talentosa violinista granadina María Dueñas. / fundació princesa de girona

Prueba del creciente impacto de la Fundació Princesa de Girona fue la satisfacción que mostró el rey Felipe en su discurso, especialmente al respecto del llamado Tour del Talento. Se trata de un programa que lleva a distintas ciudades del territorio nacional acciones formativas para la mejora de la empleabilidad y el impulso al talento: hasta 50.000 jóvenes participan cada año en sus actividades, 20.000 de ellos de manera más activa y directa.

«Nuestra Fundación se marcó hace apenas dos años el objetivo de crecer en sus actividades y propuestas para tener un mayor alcance y repercusión», explicó el rey Felipe VI . «Era muy consciente de que se acercaban tiempos de cambio que implicaban necesariamente más apoyo, para también llegar a más jóvenes a través de sus diferentes programas e iniciativas. Hoy, a la vista de lo conseguido, podemos afirmar que aquel objetivo se está cumpliendo con éxito, y que sin duda es un logro colectivo».

En esta foto se puede entender un poco mejor por qué la princesa Leonor se puso más nerviosa de lo habitual: las cámaras estaban mucho más cerca y a la vista que, por ejemplo, en la gala de los Princesa de Asturias. El efecto plató de televisión es innegable. / fundació princesa de girona

Y si el ascendiente de la Fundació Princesa de Girona sube como la espuma, la fórmula de los Premios Princesa de Asturias está más que asentada. Cabe leer en los dos acontecimientos que se apoyan en la figura de Leonor la brecha generacional que ella misma encarna. Nada tienen que ver unos reconocimientos que apuntalan proyectos muy situados y carreras que empiezan, con los galardones de final de carrera que se entregan cada noviembre en Oviedo.

Cada año que pasa se visualiza más la diferencia entre unos premios que siembran y acompañan y otros que muchas veces funcionan como una gran maquinaria de marketing y promoción gracias a grandes estrellas sobradamente premiadas. Puede que la rivalidad sea inconmensurable en términos de historia, impacto mediático y solemnidad, pero sí existe en cuanto a la misión y el propósito de los propios galardones. Los Premios Princesa Girona cambian vidas, como cuentan los propios premiados.

Un momento de complicidad entre el rey Felipe y la princesa Leonor, durante la gala de entrega de los Premios Princesa de Girona. / fundació princesa de girona

Donde es imposible que los Premios Princesa de Girona y los Princesa de Asturias rivalicen es en fervor popular, pues la familia real se pasea por las calles asturianas como por su casa. No es así en Girona, donde las tensiones independentistas debido a la presencia de los reyes Felipe y Letizia y sus hijas no ceden. Todo el programa de actos paralelos a la gala se cierra al público o no se anuncia para evitar manifestaciones o abucheos.

Desde 2019, las instituciones del gobierno gerundense no ceden ningún espacio público para la entrega de los Premios Princesa de Girona . La gala ha de celebrarse en espacios privados como el Hotel Camiral de Caldes de Malavella, a unos 20 kilómetros de la capital catalana, sede de la gala este año. Esta circunstancia opaca la excelente labor que realiza la Fundació Princesa de Girona de la misma manera que la calidez y entrega de los asturianos embellece los Premios Princesa de Asturias.

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