REYES ENAMORADOS Miradas cómplices, abrazos y gestos de amor en la relación de pareja de Felipe y Letizia: por qué los reyes sí van a celebrar San Valentín

Letizia y Felipe, lo tenemos claro, sí van a celebrar el día de los enamorados como manda San Valentín. No sabemos si habrá rosas o cena, pero sí que últimamente derrochan complicidad y gestos de amor.

Letizia y Felipe en el Palacio Real. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Se van acercando a los 20 años de casados: los celebrarán en mayo de 2024. Los reyes Felipe VI y Letizia han pasado, lo cuenta la crónica social y el sentido común, crisis, tropezones y enfados. Sin embargo, este año los vemos en plena forma sentimental como para celebrar San Valentín a lo grande. Les observamos enamorados y cómplices cada vez que comparten agenda oficial. Hay miradas que no pueden ser una actuación.

Dicen que las parejas viven una segunda luna de miel cuando los hijos levantan el vuelo del hogar y los padres recuperan su intimidad. Si es así, Felipe y Letizia pueden estar disfrutando de un prolegómeno de esta nueva etapa de madurez, con sus dos hijas, Leonor y Sofía, encaminadas hacia su vida adulta y ambos ya más que afianzados el uno en el otro. El cariño con el que se miran, insistimos, es llamativo.

Por suerte, los fotógrafos se empeñan últimamente en proporcionarnos pruebas de la buena salud sentimental de los reyes, casi siempre en forma de sonrisas y miradas. Últimamente abundan esos momentos de complicidad en el que se hace realidad el meme más romántico: «Busca a alguien que te mire como…». En este caso, alguien que te mire como la reina Letizia al rey Felipe, o viceversa.

La reina Letizia y el rey Felipe, intercambian miradas. / gTRES

La tragedia familiar, en este caso el fallecimiento del hermano de la reina Sofía, el rey Constantino, nos dio la oportunidad de constatar de nuevo la calidez que despide la relación sentimental de Felipe y Letizia. El momento era delicado, pues la relación de la familia real española con la griega ha sido siempre muy próxima. La reina, en todo momento atenta al rey, no dudó en romper la norml no escrita del cero contacto.

Por qué últimamente vemos cómo Letizia y Felipe rompen la regla de no tocarse en público

Durante muchos años, era difícil encontrar una fotografía en la que hubiera un contacto físico entre el rey Felipe y la reina Letizia, una distancia protocolaria que últimamente ya no pesa tanto. En no pocas ocasiones hemos podido comprobar cómo la monarca se coge del brazo del rey, como cualquier otra pareja. No solo al subir o bajar escaleras, sino incluso al salir del Salón del Columnas del Palacio Real.

En el funeral de Constantino de Grecia, sin embargo, la tristeza del momento reclamaba algún gesto más cálido. A su llegada a la catedral de Atenas, pudimos ver a los reyes enlazados en un abrazo de cariño y afecto que no contemplábamos casi desde su compromiso. Vimos a Letizia y Felipe rodeando sus respectivas cinturas tanto la noche anterior, a su llegada a la cena familiar, como en el funeral.

La reina Letizia y el rey Felipe VI, cogidos de la cintura en el funeral de Constantino de Grecia. / GTRES

No nos cabe duda: este año, Felipe y Letizia sí parecen tener razones para el romanticismo en San Valentín, más allá de su lógico compromiso como pareja que, además, ocupan uno de los pocos tronos monárquicos que quedan en Europa. Algo muy grave tendría que suceder para que este matrimonio, que tanto ha superado ya, se rompiera. Forman un equipo formidable.

Sí hubo más riesgo de descarrilar sentimentalmente en 2013, el año que siempre se cita como el más delicado para los monarcas. Lo primero que llegaron fueron los rumores: Letizia volvía a salir con sus amigas y Felipe hacía lo propio con sus íntimos. Los indicios de distanciamiento se confirman en el verano de ese mismo año, cuando la reina desaparece repentinamente de Marivent. Solo estuvo en Palma cinco días de los 10 que estaban previstos.

Por qué Felipe y Letizia tuvieron su gran crisis en 2013, pero hubo seis momentos preocupantes más

Letizia dio un portazo a las vacaciones reales y desapareció rumbo Suiza o Portugal, jamás se confirmó, para reflexionar. Así explicó la situación el periodista José Antonio Zarzalejos, siempre con buenas fuentes en Casa Real. «La relación entre Doña Letizia y Don Felipe no es la que fue; la princesa no se adapta a sus obligaciones se percibe en sus gestos y en su rostro; se la nota incómoda en los eventos representativos y, casi siempre, impaciente y remisa».

«No logra la simpatía general que era esperable; antes, al contrario», continuaba el testimonio de Zarzalejos. «Puede estar ocurriendo lo que naturalmente se pensaba que podía acontecer: que este matrimonio prosaico no estuviese preparado para cargar con el fardo de las responsabilidades constitucionales que se le avecinan«. Evidentemente, la crisis se superó y el fardo, aun considerable, parece pesar cada vez menos.

Las miradas de complicidad entre Felipe y Letizia han sido una constante en los últimos meses. / gtres

Pilar Eyre, probablemente la periodista mejor informada sobre lo que sucede en la familia del rey, habla de varias crisis de pareja: hasta seis. No solo la de 2013, sino otra por las frecuentes escapadas de Letizia a Barcelona, donde disfrutaba de cierta libertad con la excusa de visitar a su hermana. Además, sufrió bastante por la imposición de silencio ante la prensa, que impedía a la reina defenderse de las críticas.

Entre dichas críticas, hubo una campaña que tensionó especialmente a la pareja: las especulaciones sobre la delgadez de Letizia. La reina llegó a pensar que había una 'mano negra' en Zarzuela que las filtraba interesadamente. Y, por supuesto, en los primeros años de matrimonio hubo muchas discusiones, primero debido a la actitud del rey emérito Juan Carlos hacia la reina (de indiferencia) y luego debido a los celos de las infantas.

Podríamos añadir al menos una más: la discusión que provocó el polémico rifirrafe entre Letizia y la emérita Sofía, en 2010. Por suerte, todas las diferencias de criterio, malentendidos, tensiones, discusiones y problemas se han ido resolviendo, sin perder lo fundamental: la pasión. Cuenta Eyre que en cuanto se van los fotógrafos, los reyes se prodigan gestos de cariño y besos. Y confirma: «Él aún está loco por ella».