
Las cuentas claras
Las cuentas claras
Solo hay tres miembros de la Familia Real española con un sueldo anual asignado: el rey Felipe, doña Letizia y la reina emérita Sofía. Ni la princesa Leonor ni la infanta Sofía tienen de momento una partida económica específica para ellas. Ahora, cumpliendo con los deseos de transparencia de la Corona, sale a la luz, por primera vez, el documento en el que se refleja el presupuesto de la Casa Real, incluyendo los sueldos de los royals, que este año han sufrido un ligero aumento. Esta partida entra dentro de los presupuestos generales del Estado que, a propuesta del Gobierno, aprueban las Cortes.
Según se refleja en la auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas, en total la Familia Real española ha percibido un total de más de medio millón euros. El mayor salario ha ido a parar al rey Felipe, que ganó 278.727,98 euros en 2023, en comparación con los 270.609,60 euros de 2022. La reina Letizia, por su parte, percibió 153.291,23 euros, frente a los 148.826,44 euros del año anterior. Por último, doña Sofía se embolsó 125.429,42 euros el año pasado, lo que supone un incremento de 4.000 euros respecto a 2022.
Por comparar, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cobra un total de 90.010,20 euros brutos al año. A esa cantidad hay que sumarle lo que ingresa como diputado del PSOE, lo que supone un total de 103.432,70 euros anuales.
Estas cifras de los reales salarios son brutas y divididos en doce pagas. Como al resto de sus súbditos, a ellas se les resta el IRPF que se aplique en cada caso y que queda reflejado en sus declaraciones de la renta. Hay que señalar que estos tres sueldos supusieron en 2023 tan solo un 6,4% del presupuesto total de la Casa del Rey, que ascendió a 8.431.150,00 euros. Pero, ¿cómo se compara el sueldo de Felipe VI con el del resto de reyes de Europa? A todas luces, está a mucha distancia del resto de cabezas coronadas del viejo continente…
No existe un desglose de lo que reciben los miembros de la familia real por sus funciones oficiales. El monarca sí recibe una cantidad global, la denominada Asignación Soberana, que ha aumentado de forma considerable en la última década. El año pasado, el contribuyente británico aportó 102 millones de euros para sufragar los gastos de los Windsor. De esa cantidad, unos 40 millones se destinaron a renovar el Palacio de Buckingham, dentro de un programa de restauración que durará diez años. El coste básico para el contribuyente, en concepto de gastos de funcionamiento de la casa real, viajes y mantenimiento de otras residencias, fue de 55 millones de euros.
El rey Carlos III de Inglaterra junto a la reina Camilla en la apertura del Parlamento. /
Carlos III y su heredero, el príncipe Guillermo, también reciben sustanciosos ingresos de dos propiedades hereditarias -el Ducado de Lancaster y el Ducado de Cornualles- por los que no pagan impuesto de sociedades ni impuesto sobre plusvalías. Durante años lleva habiendo un debate sobre si ese dinero, actualmente más de 45 millones de euros al año, debería realmente ir a parar al Estado. El palacio de Buckingham insiste en que se trata de «ingresos privados», pero afirma que una parte se destina a deberes oficiales.
A partir de 1993, Isabel II aceptó pagar un impuesto sobre la renta «voluntario», aunque actualmente el ocupante del trono está exento del impuesto de sucesiones, lo que significa que la difunta reina traspasó su fortuna al actual rey sin ninguna deducción para el erario público.
Suecia fue la primera monarquía europea en cambiar sus normas de sucesión de la primogenitura agnaticia (el hijo varón mayor) a la primogenitura absoluta cognaticia (el hijo mayor). El cambio fue aprobado por el Parlamento sueco en 1980, y dio lugar a que la princesa heredera Victoria se convirtiera en la sucesora de su padre en lugar de su hermano, el príncipe Carlos Felipe.
La princesa heredera Victoria de Suecia. /
El último año la corte real sueca recibió una subvención total de 147,9 millones de coronas suecas (13 millones de euros). De esta cantidad, 6,5 millones cubrían los gastos de las obligaciones oficiales del rey, viajes, personal y establos reales. En total, un millón y medio de euros se asignaron al monarca y a otros miembros de la realeza que desempeñan funciones oficiales para cubrir gastos de «naturaleza no oficial relacionados con la posición real o causados por ella», según el informe anual de la corte.
Individualmente, Carlos Gustavo y su esposa, Silvia, reciben unos 750.000 euros entre los dos, mientras que Victoria y su marido, Daniel, cobran cerca de 400.000 euros y Carlos Felipe y su esposa Sofía reciben 100.000 euros En 2019, el actual soberano sueco despojó a cinco de sus nietos de sus títulos reales para reducir el coste total de los miembros de la realeza en activo.
Al igual que los Windsor, la monarquía belga abandonó su anterior apellido, Sajonia-Coburgo y Gotha, en 1920, en respuesta al feroz sentimiento antialemán tras la Primera Guerra Mundial. El nuevo nombre -van België (neerlandés), de Belgique (francés) o von Belgien (alemán)- significa «de Bélgica» en las tres lenguas oficiales del país. El monarca belga carece de poder directo desde 1951, aunque conserva el derecho a «ser consultado por sus ministros, alentarlos y amonestarlos».
Al rey Felipe se le concede una asignación anual del Estado para cubrir los gastos del desempeño de sus funciones oficiales. El importe se establece al principio de cada reinado. El monarca, que accedió al trono en 2013, recibió 12,5 millones de euros, según el último informe del gobierno belga. Esta cantidad aumenta con la inflación medida por el índice de precios al consumo.
Otros miembros de la familia real reciben emolumentos anuales. El padre de Felipe, el rey Alberto II, que abdicó en 2013, recibe 980.000 euros; la hija mayor de Alberto, la princesa Astrid, percibe 341.000 euros, algo más que su hermano menor, el príncipe Laurent, que gana 327.000 euros. Su hermanastra, la princesa Delphine, cuya paternidad fue reconocida por un tribunal en 2020, no recibe ninguna financiación real. Sus sueldos están sujetos al impuesto sobre la renta.
La monarquía más longeva de Europa recibe una asignación anual del Estado para cubrir los gastos relacionados con «el personal, el funcionamiento de la Casa Real, la administración y las propiedades, así como los gastos del monarca de carácter más privado».
Con solo unos meses en el trono y rodeado de cierta polémica por la decisión, Federico X se ha subido el sueldo en casi cuatro millones de euros. El monarca y su mujer mantienen su asignación, que asciende a tres millones. De este montante salen las partidas para cubrir los gastos de personal y de palacio. El hermano menor de Federico, el príncipe Joaquín, sexto en la línea de sucesión al trono, recibe medio millón al año. Todo este dinero está libre de impuestos en Dinamarca.
Los reyes Mary y Federico de Dinamarca, en sus retratos oficiales. /
Antes de abdicar, la reina Margarita despojó a los cuatro hijos de Joaquín -Nicolás, Félix, Henrik y Athena- de sus títulos reales en una medida destinada a reducir el tamaño de la familia. Según fuentes de palacio, la Reina quería crear un marco para que los cuatro nietos pudieran, «en mayor medida, configurar su propia existencia sin verse limitados por las consideraciones y obligaciones especiales que implica una afiliación formal a la Casa Real como institución».
El último presupuesto del Gobierno para 2023 mostraba que los pagos a la Maison du Grand-Duc ascendían a 19.257.155 euros. De esa cantidad, 15,9 millones de euros se destinaron a gastos corrientes y 3,3 millones de euros a proyectos de capital, como renovaciones en las residencias reales.
Además de los pagos para gastos de personal, el gran duque y su heredero reciben dotaciones para gastos personales: en 2022, Enrique recibió 523.103 euros y el príncipe Guillermo recibió 217.985 euros. En los próximos meses se formalizará el anunciado traspaso de poderes de padre a hijo, ya veremos si con subida de sueldo incluida.
La monarquía noruega se remonta a hace más de mil. Harald Fairhair es considerado el primer rey noruego, que unió varios pequeños reinos en un solo reino hacia 885. El actual monarca, Harald V, pertenece a la Casa de Glücksburg, que ocupa el trono noruego desde 1905.
Las últimas cuentas anuales de la corte real del país escandinavo dicen que la familia real noruega recibió 312 millones de coronas noruegas (28,5 millones de euros). No está claro sin embargo cómo se distribuye esta cantidad. Un informe anterior de 2015 afirmaba que «el Rey y la Reina y los príncipes herederos reciben todos una asignación» para cubrir «la gestión, el funcionamiento, el mantenimiento y el desarrollo de las propiedades privadas y sus hogares, así como los créditos para gastos privados y los atuendos oficiales».
La realeza holandesa es una de las monarquías exentas de pagar el impuesto sobre la renta. Recientemente, el Primer Ministro, Mark Rutte, rechazó las peticiones de la oposición de suprimir esta exención. Su gobierno propuso un presupuesto real anual de 50,2 millones de euros para 2023.
Esta cantidad incluye 1.035.000 euros para el rey Guillermo Alejandro y otros 5,37 millones para pagar a su personal y otros gastos. Su esposa, Máxima, cobra 411.000 euros y otros 700.000 para personal y gastos. La madre del rey, Beatriz, que abdicó en 2013, recibe 1,73 millones de euros.
Máxima de Holanda, en una imagen reciente. /
La princesa Amalia, heredera al trono, tiene asignados 1,72 millones de euros, de los que 307.000 corresponden al salario y el resto a gastos y personal. Sin embargo, renunciaba n 2021 a su derecho a la asignación, alegando que le haría sentir «incómoda» aceptarla «hasta que incurra en gastos elevados en mi función de princesa de Orange». Sin embargo, ahora ha manifestado lo contrario, y alega que lo va a utilizar para sufragar «los costes asociados al desempeño independiente y autónomo de su función».
El Palacio Real se niega con firmeza a hablar de acuerdos financieros específicos, pero se calcula que el principado paga unos 45 millones de euros al año para cubrir los gastos de funcionamiento de la institución. Sin embargo, los miembros de la realeza monegasca no son funcionarios asalariados, lo que significa que Charlène dependería de Alberto -millonario por derecho propio- para sus propios gastos.
En esta línea causó sensación en 2022 cuando la revista francesa 'Voici' publicó que la sudafricana habría obligado al cabeza de familia de los Grimaldi a «firmar un contrato ultraconfidencial» cuando regresó de su país tras largo tiempo ausente de la corte por razones de salud. Entre las condiciones de ese supuesto acuerdo, Alberto pagaría a Charlene «12 millones de euros al año» para cumplir sus obligaciones como princesa.