Fue la protagonista involuntaria de una boda, la de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, que fue todo menos cómoda. Y, de hecho, la primera víctima pública del carácter travieso de Felipe Juan Froilán, entonces solo un niño que le pegaba una patada a una compañera en el cortejo de pajes. Aquella sufrida niña, Victoria López-Quesada y Borbón Dos Sicilias , es ya una veinteañera en capilla de su boda. Será, sin duda, el acontecimiento social más importante de 2024 en el terreno nupcial.
Atención a esta boda que, a diferencia de la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Teresa Urquijo , se está tramando con absoluta discreción. Fundamentalmente por la alergia a cualquier tipo de notoriedad de los novios pero, también, por la asistencia a la misma de los reyes Felipe y Letizia. Tal y como reveló Vanitatis, habrían sido los monarcas los encargados de sugerir la fecha de la ceremonia para mejor encaje en su agenda oficial.
Si no es por razones de causa mayor, por fin veremos a la reina de invitada de boda, en las nupcias de una aristócrata española. No es fácil, nada fácil, convencer a Letizia para asistir a este tipo de acontecimientos sociales. No siquiera en el reducido ámbito royal europeo puede contarse con su presencia, pues no asistió ni al cumpleaños de Ingrid de Norueg a ni a la boda de Felipe de Grecia y Nina Flohr .
La última aparición de la reina Letizia en una boda data de 2012: la de los príncipes de Luxemburgo, Guillermo y Stéphanie de Lannoy. Que se sepa, aún no ha asistido a ninguna boda relevante de la aristocracia española, por lo que el logro de Victoria López-Quesada (26 años), a la sazón ahijada del rey Felipe VI, es subrayable.
Tampoco puede descartarse que el rey Felipe acuda solo, como ocurrió en el famoso cumpleaños de Ingrid de Noruega que reunió a todas las casas reales, menos la británica.
Ha de atribuirse el mérito de la presencial real a la íntima y amistosa relación de los padres de la novia con la familia del rey y, sobre todo, con Felipe VI. Los lazos entre los Borbón-Dos Sicilias , los López-Quesada y los hijos de los eméritos Juan Carlos y Sofía son más que estrechos.
No es raro en las bodas que el novio ocupe un segundo plano, pero en este caso es inevitable por el relumbrón de su prometida. De todos modos, las credenciales del novio, el empresario Enrique Moreno de la Cova e Ybarra, son también notables. Es hijo del ganadero sevillano Enrique Moreno de la Cova Maestre, consejero de ABC Sevilla y miembro del Comité Olímpico Español.
La madre del novio es la pintora Cristina Ybarra y Sainz de la Maza, hija de José María de Ybarra Mendaro, conde de Ybarra. La familia posee el impresionante Palacio Portocarrero, en Palma del Río, escenario de películas como 'El reino de los cielos', de Ridley Scott.
Pero volvamos a la novia, Victoria López-Quesada. Es hija del banquero Pedro López-Quesada, director gerente del banco estadounidense de inversiones Citi, y de Cristina de Borbón-Dos Sicilias , hija del infante don Carlos y Ana de Orleans y, por tanto, prima de Felipe VI y las infantas Elena y Cristina.
Pedro López-Quesada es, además, cómplice amigo del rey y también de Álvaro Fuster, amigo de la infancia del monarca. También era íntimo de Iñaki Urdangarin, aunque hoy ese lazo esté roto o, quizá maltrecho. Pedro López-Quesada es, de hecho, padrino de bautismo de Irene Urdangarin.
En realidad, el nexo de unión originario entre la familia de Victoria López-Quesada y la familia real está en la especialísima relación que mantienen la infanta Cristina y Cristina de Borbón-Dos Sicilias: son más que primas, hermanas . De hecho, cuando estalló en caso Nóos en 2016 fue esta la que se trasladó a Ginebra para cuidar de los niños Urdangarin mientras su prima se enfrentaba a la cruda realidad financiera de su familia.
Evidentemente, esta boda sucede en el círculo íntimo, familiar y social, de la familia del rey. Es más que probable que los tres hijos de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía y, quizá, algunos de sus hijos asistan a la boda. Va a ser un verdadero cónclave Borbón y un momento de máxima socialización entre los cachorros casaderos de la aristocracia española. Quizá un ambiente en el que la reina Letizia no va a sentirse del todo cómoda, por las tensiones de todo tipo que han atravesado su relación reciente con la familia del rey.
¿Acudirá al reina Letizia a esta boda? Existen muchas posibilidades de que sea así. No solo supone otra oportunidad de oro para normalizar su encaje en la familia del rey y mostrar cierta superación de las tensiones, sino que sería un regalo para Cristina de Borbón-dos Sicilias.
La madre la novia puede ser la única prima del rey Felipe con la que la reina Letizia ha compartido su precioso tiempo libre. Letizia y Cristina han salido por la noche a cenar y han asistido a conciertos, prueba de la buena sintonía entre ambas. ¿Por qué no premiar esta buena relación acudiendo a la boda de su hija?
20 de enero-18 de febrero
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