El polémico paseo de Letizia y sus hijas por Palma: el susto de la reina Sofía, mercadillo a 38 grados y Leonor al volante

Nada en este verano de Juegos Olímpicos sucede como otros años en casa de la reina Letizia. Las idas y venidas de los distintos miembros de la familia real a París lo ha trastocado todo, en especial, el calendario de salidas y entradas de Marivent de los royals de vacaciones. Con el rey Felipe aún entre olímpicos y a la espera de quién acudirá a la clausura, hemos visto a Letizia, sus hijas y la reina Sofía dar una vuelta por Palma.

En otros agostos, este paseo por el centro de Palma de Mallorca servía, además de para fotografiar a la abuela Borbón con sus nietas, para contemplar en acción en el mercadillo a la reina Sofía, verdadera amante de las coloristas piezas de bisutería y los bolsos veraniegos que se suelen vender en ellos. Importante: la salida solía producirse por la tarde o tarde-noche, para evitar las altas temperaturas de estas alturas del verano.

Ayer, efectivamente, el plan de chicas royal incluía paso por el mercadillo de la plaza Mayor de Palma de Mallorca. Lo que no entraba en los planes de nadie, tampoco de los profesionales que siguen a la familia real, era que se produjera a las cuatro de la tarde, cuando alrededor de 40 grados caían a plomo sobre el centro de la capital balear. La princesa Leonor vestía, de hecho, el top más pequeño que ha lucido hasta la fecha. ¿Sería la elección de esta franja horaria una decisión estratégica de Casa Real?

Qué inexplicable es, en cualquier ciudad del sur y en cualesquiera familia, salir a pasear a las cuatro de la tarde en pleno verano. ¿Quizá Casa Real buscaba la franja horaria en la que menos personas estuvieran en la calle, para que nadie pidiera fotos, saludos y besos a Letizia, Leonor y ambas Sofías? Sea como fuere, la idea no fue del todo buena.

Efectivamente, no había apenas nadie por la calle que interrumpiera a Letizia y compañía. Solo una persona reclamó una foto a la reina, infructuosamente. Sin embargo, la altísima temperatura y una humedad aplastante afectó a la reina Sofía , quien en algunos momentos mostró cierto malestar por el calor. No se entiende muy bien que una persona con 85 años tenga que salir de casa a esas horas. Por mucho que convenga por otras razones.

Todo fue, además, visto y no visto. Apenas si se pararon en un par de puestos del mercadillo y, una vez en la calle Sindicato, sí entraron en una tienda de nutrición. Evidentemente, la visita estaba previamente pactada, pues el establecimiento es propiedad de Pilar Aguiló, farmacéutica, nutricionista y mujer del cantante y amigo de Letizia y Felipe VI Jaume Anglada .

Esta parada le vino de perlas a la reina Sofía, ya bastante acalorada. Letizia, Leonor y Sofía entraron rápidamente en el establecimiento, dejando a su abuela al final de la comitiva. Un detalle a tener en cuenta, pues esta tuvo un pequeño tropiezo que pudo haber terminado en susto. Es algo que quien cuida a personas mayores integra en su rutina: ir siempre por detrás de ellas en las escaleras, por lo que pueda pasar.

El polémico paseo, polémico sobre todo por la hora y la temperatura, fue como decimos un visto y no visto. En apenas 40 minutos se cumplió, eso sí, el objetivo de tomar fotografías de las tres generaciones Borbón, bien avenidas. Letizia casi siempre acompañada por Leonor y Sofía del brazo de su abuela , la monarca emérita.

La guinda de esta salida por sorpresa fue la marcha del grupo, en un coche conducido por la mismísima princesa Leonor. Era la primera vez que se podía fotografiar a la heredera al volante, en una imagen que muestra a la perfección el cambio generacional que se avecina. Delante, la futura reina maniobraba con su hermana Sofía de copiloto. Detrás, las dos reinas se dejaban llevar sonrientes. Seguramente pensando: cómo pasa el tiempo.