letizia VIAJA A LOS ÁNGELES

Letizia viaja hoy a Los Ángeles, pero, mucho antes que ella, la reina Sofía ya arrasó en Hollywood acompañada de su madre, Federica de Grecia

La reina Letizia pone una pica en Flandes con su visita de esta semana a Los Ángeles, pero la reina Sofía estuvo mucho antes que ella. Aún era princesa de Grecia y acompañaba a su madre, la reina Federica, que ya había arrasado en Hollywood.

El último viaje internacional en la agenda oficial de la reina Letizia es de los que la monarca disfruta al máximo. No estamos ante un viaje de Estado en el que las funciones de consorte la obligan a brillar a través de la ropa: viaja en solitario y ella es, por así decirlo, el primer plato. Además, mucho en este, su primer viaje oficial a Los Ángeles, ira en torno al cine, una de sus pasiones. Mucho tiene que torcerse todo para que no sea un éxito, aunque tiene difícil superar la huella que dejaron la reina Federica y Sofía de Grecia.

Es cierto: no son tantas las visitas de las casas reales europeas a la vibrante, excitante y latina costa este de Estados Unidos. Los monarcas suelen quedarse en las capitales del poder político (Washington) y financiero (Nueva York). La industria del cine y la televisión, la meca de la interpretación, queda un poco más lejos y es, además, mucho menos protocolaria. Aún así, la reina Federica fue muy consciente de su importancia. Y allí acudió, en 1953 y acompañada por el rey Pablo, dispuesta a medirse con las estrellas.

Sin duda, Federica de Grecia era una mujer segura de sí misma que no se amilanó ante las comparaciones. Y, de hecho, las fotografías la muestran entre embobada y divertida, mirando fascinada a las actrices más bellas del momento desde sus escasos 1,55 centímetros de estatura. Y eso que, en los dos días que pasó en Hollywood visitando e studios de rodaje y haciendo 'networking', tuvo la ocasión de estrecharle la mano a Humphrey Bogart o a Marilyn Monroe.

El encuentro entre Federica de Grecia y la actriz Barbara Rush en su visita a los estudios de rodaje de Los Ángeles, en 1953.

Su objetivo, claro, no era el turismo. Pablo y Federica de Grecia se habían embarcado en un reinado nómada. Viajaron a Turquía, enemigo heleno por antonomasia; Bélgica, Reino Unido, Francia, Alemania, Etiopía, Suiza... para conectar a Grecia con el mundo y sacarla de la pobreza de la posguerra.

Lo cierto es que la reina Federica estaba más centrada en que funcionara la diplomacia (y, de paso, la economía) que en los concursos de belleza con las grandes estrellas. Tanto, que el presidente francés Charles De Gaulle llegó a decir que Federica «aspiraba a ser más que una reina decorativa en unos tiempos en que ya es mucho ser simplemente una reina».

Cómo se preparó la reina Federica para 'enfrentarse' a las estrellas de Hollywood en Los Ángeles

Aún así, la reina Federica no acudió a Estados Unidos del todo 'desarmada' de afeites, como tampoco Letizia se olvidará del impacto visual a pesar de estar a sus anchas, en un instituto Cervantes por estrenar y entre gente de la cultura. Aunque reina de una monarquía prácticamente en quiebra, la madre de la reina Sofía logró que un modista griego afincada en París, el maravilloso Jean Dessès, le hiciera un vestuario de película.

Con un presupuesto de 5.700 dólares, Dessès logró actualizar unos 15 looks del fondo de armario de la reina Federica y crear otros tantos nuevos, además de proporcionarle una docena de zapatos, otra docena de sombreros y prestarle un abrigo de piel. Más aún; le aconsejó deshacerse de la rigidez y cierto tono autoritario heredado de su férrea educación germana (parece que, además, militó en las Juventudes Hitlerianas de niña) y se comportara con sencillez. «Como una americana más».

La icónica portada de 'Life' que homenajea el carisma y las joyas de la reina Federica de Grecia.

El consejo funcionó, y cómo. La prestigiosa revista 'Life' dedicó a la reina Federica una portada en la que aparecía, resplandeciente, con un aderezo compuesto por la tiara de diamantes, cinco esmeraldas en forma de cabujón y un gran broche con cinco esmeraldas desmontables más, con forma de gota. La describían como «esbelta y con un rostro descarado coronado por una mata rebelde de rizos castaños». Un congresista estadounidense dijo: «Es la 'queenie' ('pequeña reina') más linda que he visto en mi vida».

Con el paso de los años, la reina Federica fue ganando en osadía y en suntuosidad. De hecho, en 1958 inició una segunda visita a Estados Unidos, esta vez sin el rey Pablo acompañándola. Sí viajó con ella su hija mayor, la princesa Sofía, aunque no coincidió con su madre en todas sus visitas. La joven estaba más interesada en las compras por la Quinta Avenida de Nueva York que en el plan de su madre: aprender todo lo posible sobre la energía atómica.

La portada ilustrada que la revista 'Time' dedicó a Federica de Grecia con motivo de su visita a Estados Unidos en 1953.

' La reina atómica', la apodaban algunos medios de comunicación, sorprendidos por el nivel de conocimiento que la monarca griega atesoraba sobre esta tecnología. De hecho, mientras ella se reunía con físicos nucleares en un laboratorio, la princesa Sofía se montaba por primera vez en unas escaleras mecánicas, en un centro comercial de Virginia. Tuvo, además, la posibilidad de conocer Disneylandia.

El gran parque dedicado a Mickey Mouse se había inaugurado solo tres años antes en Anaheim, a pocos kilómetros de Los Ángeles, así que madre e hija dirigieron sus pasos a la coste este californiana, donde una prosiguió sus investigaciones atómicas y la otra, aprovechó para divertirse. La acompañó Mary Carolou, dama de compañía de la reina Federica nacida en Filadelfia.

Sofía de Grecia, futura reina de España, en su visita a Disneylandia, en Los Ángeles, con su dama de compañía, Mary Carolou, y la actriz Annette Funicello, chica Disney de la época. / GETTY IMAGES

El diario 'Los Ángeles Times' publicó una noticia sobre la presencia de una princesa real, Sofía de Grecia, en el excitante parque de atracciones. «Rompió su acostumbrada impasibilidad y se echó a reír», observó el periodista que firmaba la crónica. Ya entonces la joven Sofía mostraba un autocontrol impropia de su edad pero del todo comprensible en el contexto de una monarquía trágica como la griega.

Por estas fechas comienza, además, la demonización de la reina Federica, rechazada por gran parte del pueblo y los políticos griegos debido a su carácter fuerte y a su espíritu dinámico. Criticaron sus viajes y lujos, pero lo que más molestaba era que no caminaba un paso por detrás del rey Pablo ni del príncipe heredero Constantino. Tenía ideas, así que la llamaban intrigante. 'La bruja alemana', le decía el dictador Francisco Franco.