broncas y tensiones

Los problemas que tuvo Letizia antes de su boda: ansiedad, peleas por el protocolo y una extrema delgadez

En los meses previos a la boda de doña Letizia y el rey Felipe, el 22 de mayo de 2004, la novia adelgazó mucho y hay quien lo achaca a las constantes tensiones que vivió, que llegaron a provocarle un ataque de ansiedad.

Doña Letizia y don Felipe, días antes de su boda. / Gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

El camino hasta convertirse en princesa ya no tenía vuelta atrás. El compromiso de doña Letizia y el príncipe Felipe se había anunciado el 31 de octubre de 2003 y el 3 de noviembre de 2003 aparecía la pareja ante la prensa declarando públicamente su amor. Pero ese camino que iniciaba la futura princesa hacia la boda, fijada para el 22 de mayo de 2004 , en la catedral de La Almudena, no estuvo exento de dificultades.

La tensión de esos meses se tradujo en una gran pérdida de peso, que hizo que su vestido de novia tuviera que ser ajustado en varias ocasiones, pero, al final, no se pudo evitar que pareciera que le estaba grande a doña Letizia. La abundante lluvia que cayó ese día provocó, además, que el tejido de seda pesara más de lo habitual. Doña letizia, además, amaneció con fiebre, fruto de un inoportuno catarro o, quizá, de los nervios que había vivido en las semanas anteriores.

Doña Letizia se había trasladado al área de invitados del Palacio de La Zarzuela, nada más anunciarse su compromiso, aunque hay quien dice que, en realidad, convivía con el príncipe en su residencia. Durante este periodo, la futura princesa se puso a estudiar: protocolo, inglés royal, historia… Y se cuenta que no abandonó uno de los hábitos propios de su profesión y empezó a desplazarse a todas partes con una pequeña agenda Moleskine para tomar nota de todo lo que debía tener en cuenta.

Doña Letizia afrontaba llena de ilusión el reto de convertirse en parte de la familia Borbón, pero ya desde el inicio, hubo una sombra sobre aquel entusiasmo: don Juan Carlos no estaba conforme con aquel matrimonio. Su futura nuera le parecía una mujer demasiado independiente y crítica, además de provenir de una familia de clase media, en la que uno de los abuelos había sido taxista, y de estar divorciada.

Los preparativos de la boda de Letizia y Felipe

Algunos periodistas, como la experta en Casa Real Pilar Eyre, aseguran que fue entonces cuando dio comienzo una campaña contra la futura princesa y se multiplicaron los comentarios sobre su supuesto carácter perfeccionista y un punto autoritario y su anorexia. Doña Letizia no tenía armas para defenderse y eso provocó una enorme tensión en ella ya en los meses previos a la ceremonia.

Dos damas de honor colocan la cola del vestido de novia de la ya princesa Letizia el día de su boda con el príncipe Felipe. / gtres

Además, le costaba habituarse al protocolo: insistía que le hablaran de tú, igual que la familia real habla a sus colaboradores, pero le respondían que debía acostumbrase al tratamiento de «señora». Parece que otra fuente de tensión fueron los preparativos de la boda, en los que le hubiera gustado participar activamente, pero todo se dejó en manos del equipo de Zarzuela, y no se hizo caso de sus sugerencias.

El vestido fue el único elemento en el que pudo dar su opinión y hay quien dice que la dio demasiado, desconcertando por momentos a Manuel Pertegaz, su diseñador, aunque este rumor más bien parece formar parte de la campaña de descrédito que la perseguía. El modisto aseguró siempre que había tenido total libertad para trabajar y que habían mantenido una relación muy cordial desde el principio.

Doña Letizia tuvo también que aceptar un convenio prematrimonial que, en caso de divorcio, otorgaba automáticamente los hijos al padre, a pesar de que sus condiciones serían más que generosas. Es algo habitual en las familias reales, pero difícil de entender para una profesional con un concepto avanzado de la vida.

Una fuerte discusión

Hubo, sin embargo, un detalle que pasó desapercibido el día de la boda y que pudo ser el origen de una supuesta discusión muy fuerte entre los reyes: la disposición de las familias en el cortejo nupcial. Este problema de protocolo habría incluso provocado que doña Letizia se planteara, semanas antes de la boda, romper su compromiso y paralizarlo todo.

Doña Letizia y el príncipe Felipe a la salida de la catedral de La Almudena, ya como marido y mujer. Foto: Gtres.

Esta bronca habría tenido lugar de camino a Barcelona para una prueba del vestido de novia. Al llegar al atelier de Pertegaz, doña Letizia, muy alterada, habría sufrido un ataque de ansiedad. Parece que fue la infanta Cristina, que había apoyado a la pareja desde el principio, quien hizo el papel de mediadora entre los novios y evitó que todo se fuera al traste.

Pero el orden del cortejo no se alteró. Don Felipe sería acompañado por su madre y madrina, la reina Sofía, y doña Letizia, cerrando el cortejo, por su padre y padrino de boda. Sin embargo, don Juan Carlos no acompañó a la madre de doña Letizia, como manda la costumbre en los cortejos nupciales.

Él fue acompañado por su hermana, la infanta doña Pilar, y la madre de la novia entró acompañada por su hija Telma. ¿ Por qué no dio el brazo Don Juan Carlos a su consuegra, Paloma Rocasolano? No lo sabemos. Como tampoco es fácil de comprender por qué la esposa de Jesús Ortiz no fue invitada a la ceremonia. ¿Fueron ambos desaires a la familia de la novia?

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