Letizia se despide de Roma con mote italiano, un error de protocolo y piropos en la prensa por «su look de reina católica»

Aún no ha finalizado el primer viaje de Estado de los reyes Felipe y Letizia a Italia , pero ya se puede calificar de un éxito absoluto. Estaba, por sí decirlo, cantado, pues Roma se volcó con los monarcas españoles, hasta el punto de invitar al soberano a hablar ante las dos cámaras del Parlamento. Ha sido el único jefe de Estado extranjero que ha recibido este honor, con un discurso además potente: pidió «dar un trato digno a los inmigrantes» y que hay un pasado «que no debe repetirse ni como caricatura».

Decíamos que Roma se volcó con los reyes españoles que, como ya vimos en 2021 en Madrid, han establecido una relación más que buena con Sergio Mattarella, presidente de la República, y su hija y primera dama. Laura . Más que complicidad, entre las dos parejas circula una verdadera corriente de afecto que se manifiesta en miradas y sonrisas absolutamente relajadas. Pero, además, la primera ministra, Giorgia Meloni, quiso ofrecer un almuerzo a Felipe y Letizia en Casino del Bel Respiro, sede oficial de representación del Gobierno de Italia, situado en Villa Doria Pamphilli, el parque urbano más grande de Roma.

De alguna manera, el tropezón con el protocolo de Letizia cambió el 'mood' que el gesto adusto de Meloni suele imprimir a sus reuniones. La primera ministra italiana, conocida por la severidad de su expresión facial y corporal, no suele aportar calidez alguna en sus encuentros al más alto nivel, pero el despiste de la Reina a la hora de posar para la foto hasta le sacó una sonrisa. Todo sucedió en las escaleras del Casino del Bel Respiro, donde Felipe, Letizia y Giorgia debían posar para la foto.

La Reina ya tuvo cierta dificultad para encontrar su sitio mientras paseaban por los jardines del espectacular parque romano, hasta que una persona del equipo de protocolo italiano le indicó que caminara por delante del Rey y la primera ministra, que iban charlando. A la hora de formar para los flashes, Letizia se colocó, como siempre en las fotos oficiales con jefes de Estado y sus primeras damas, a la izquierda del Rey. Este, enseguida, le indicó que estaba equivocada.

En realidad, el despiste de Letizia estaba más que justificado: no se dio cuenta de que, al no ir Giorgia Meloni acompañada, su figura quedaba como un verso suelto. Y la obligaba a colocarse a la derecha de la primera ministra, para que esta quedara en el medio, como anfitriona de la reunión. El rey Felipe se lo indicó a la Reina en varias ocasiones, pero ella se resistió durante unos segundos… Hasta que lo vio claro y, con una sonrisa, le dijo: '¡Vale!'. Todo quedó solventado con una carcajada de la mandataria italiana.

Pese a la intensidad de la agenda oficial, la cena de gala en el Palacio del Quirinal era el incontestable plato fuerte de un viaje de Estado largamente acariciado por los monarcas. Como siempre que la etiqueta exige traje largo, había gran expectación por comprobar qué look habría preparado Letizia junto a su equipo. La responsabilidad en lo que se refiere a la imagen de la reina siempre es alta, pero en Italia, patria de la creatividad de moda , sube algunos enteros más.

La Reina resolvió el reto con maestría: su homenaje a la moda italiana con un sencillo vestido negro de Max Mara se llevó todos los aplausos. En realidad, los piropos no cesaron de lloverle desde que descendiera del avión el día anterior y continuaron con su 'total look' rosa de Carolina Herrera. «Bellísima», «refinada», «una de las reinas más chic de Europa»… Los diarios se deshicieron en halagos a la presencia física de Letizia, especialmente brillante cuando se libera de las tiaras y los vestidos grandilocuentes y puede vestir conforme a su tiempo.

La sobriedad de la reina Letizia llamó la atención desde el minuto uno, con el abrigo y el traje blanco con el que pisó suelo italiano a su llegada. La mayoría de los cronistas italianos recordaron el traje de Armani que se puso para anunciar su compromiso, allá por 2003, pero el diario 'Il Messaggero' quiso interpretar su deslumbrante atuendo de una manera distinta: «Bellissima, in total white come si addice a una regina cattolica», escribió su periodista, aludiendo al llamado 'privilegio blanco' que permite a las reinas y consortes católicas vestir blanco en presencia del Papa.

Hubo algo más que piropos en las crónicas de los medios de comunicación italianos, donde no se ha olvidado el papel que Letizia jugó en la visita a Paiporta, el pueblo valenciano más afectado por la DANA. De nuevo 'Il Messaggero', el periodista encargado e seguir los pasos a la consorte española no dudó en apodarla «la reina del pueblo». Seguramente, es un apodo que no disgusta a Letizia y que. además, no puede decirse de ninguna otra monarca europea.