La trágica historia de la madre aristócrata de Ágatha Ruiz de la Prada: tristeza, lucha contra depresión y un dramático final

El amor de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada por los colores, que inundan toda su producción como diseñadora de moda y de todo tipo de objetos, tiene una explicación: huye desde niña, de la tristeza, a causa de la grave enfermedad mental de su madre.

Ágatha Ruiz de la Prada. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Desde niña, Ágatha Ruiz de la Prada se acostumbró a luchar contra la depresión: pero no la suya, sino la de su madre. La diseñadora no ha heredado la enfermedad, pero siempre ha estado en guardia contra ella. «Desde los ocho años, la vi sufrir constantemente, aunque tenía unas épocas mejores que otras», explicaba en una entrevista hace unos meses, cuando presentó su maravillosas memorias, tituladas Mi Historia.

En ellas hablaba de su familia, de su trayectoria profesional, de su amor roto con Pedro J. Ramírez , padre de sus hijos Tristán y Cósima Ramírez , pero también de su madre, una aristócrata que luchó toda su vida contra la depresión y la enfermedad mental, ante la que sucumbió en 2005.

María Isabel de Sentmenat y Urruela, hija de los marqueses de Castelldosríus, fue diagnosticada, en su juventud, de un trastorno bipolar, lo que antes se conocía como trastorno maniaco-depresivo. Sus cambios de humor eran agudos: podía estar muy excitada y aparentemente feliz o pasarse varios meses en la cama por culpa de la depresión. Entre sus antepasados había numerosos antecedentes de problemas mentales, según cuenta Ágatha en sus memorias.

María Isabel era una joven de la aristocracia catalana, guapa, con una vida privilegiada, un gran círculo social y una familia que la adoraba. Se había casado con el conocido arquitecto Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz, también aristócrata, gran coleccionista y amante del arte.

La familia vivía en una casa de 1.500 metros cuadrados, de los cuales una parte importante estaba dedicada a la colección de arte de su padre. La diseñadora ha contado, sin embargo, que no tenía capacidad para las relaciones humanas, que era «esnob» y que no fue un buen padre, aunque tuviera una personalidad muy interesante y le enseñara a su hija qué eran la belleza y el Arte. Juan Manuel, además, no tenía nada que ver con su mujer.

Ágatha ha contado que, a los pocos días de casarse, sus padres ya se dieron cuenta de que vivían en mundos distintos. Su matrimonio no fue feliz. María Isabel sufrió intensos celos por las mujeres que admiraban a su marido y por sus infidelidades. Según la diseñadora, la vida ociosa de una mujer de su posición también agudizó su depresión.

Tuvieron cinco hijos, Ágatha es la mayor. Se separaron cuando ella tenía 15 años. La diseñadora tuvo una difícil relación con ellos. «Mi padre nunca mostró sentirse orgulloso de mí«, cuenta en su biografía, Mi historia. Tampoco tiene conexión, a día de hoy, con sus hermanos, Manuel Carlos, Ana Sandra, Félix e Isabel. Su padre tuvo, además, una hija extramatrimonial, Rachel.

Ágatha Ruiz de la Prada, magnífica en su último desfile de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid esta misma semana. / gtres

A pesar de su vida acomodada, nada de lo que rodeaba a María Isabel tenía sentido para ella cuando llegaba el desánimo. Recibió tratamientos con electroshock y con litio y numerosas pastillas. Visitó a docenas de médicos, pero nada solucionó su trastorno.

Trágicamente, decidió acabar con su vida, en 2005, tras superar un cáncer. Es una de las tragedias que arrastra la diseñadora y que la han impulsado a optar siempre por la alegría de vivir y por el color. «No me lo explico», declaraba cuando presentó sus memorias. «No entiendo que tomara esta decisión. Pero tenía una enorme dificultad para luchar contra los problemas».

Ágatha Ruiz de la Prada siempre ha luchado para no caer en ese humor oscuro. Cuenta que se acuerda de ella «todos los días». «Durante muchísimos años intenté ayudar a mi madre, pero fue imposible», explicaba. «Ni sus amigas ni yo pudimos hacer nada y, al final, se suicidó. Desde entonces, cada vez que pasa algo bueno le digo: fíjate qué pena perderse esta maravilla». Ágatha es hoy marquesa de Castelldosríus y baronesa de Santa Pau.

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