La reina Mary de Dinamarca durante la cena de Estado. /
En la lista de cosas todavía por hacer de Mary de Dinamarca desde la proclamación como rey de su esposo Federico el pasado mes de enero, aún faltaba organizar su primera cena de Estado. Un punto que ya ha podido tachar, y con éxito, de su agenda tras el espectacular banquete de gala ofrecido en el Gran Salón del palacio de Christiansborg en honor a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, y su esposo, Björn Skúlason. Ambos se encuentran en visita oficial en Dinamarca desde ayer por la mañana.
Para esta ocasión tan especial, la australiana ha apostado una vez más por la moda sostenible, recuperando dos piezas clásicas de su armario. A su vestido de gala azul marino del diseñador danés Jesper Høvring le ha unido una falda de Oscar de la Renta que le vimos lucir por primera vez en 2005. El vestido lo estrenó en los Premios Bambi de Berlín en octubre de 2014 y, desde entonces, ha sufrido modificaciones en numerosas ocasiones. La última vez que se lo vimos fue con motivo de la cena del 18 cumpleaños de su hijo, el príncipe heredero Christian.
Como es habitual en estas cenas de gala, lo más llamativo de su look fue su tiara. La reina Mary lució en esta ocasión la tiara Pearl Poire , que estrenó en su visita de Estado a Noruega el pasado mes de mayo. La combinó con la parure de diamantes antiguos y pendientes, una colección de joyas favoritas de su suegra, la reina Margarita, durante su largo reinado de 52 años.
Un momento de la cena de Estado en Copenhague. /
Esta valiosa e histórica tiara de diamantes y perlas fue encargada como regalo de bodas por el rey Federico Guillermo III de Prusia a su hija, la princesa Luisa, al casarse con el príncipe Federico de los Países Bajos en 1825. Las joyas fueron luego heredadas por la hija de la princesa Luisa, la reina Luisa de Suecia, y más tarde, pasaron a manos de su hija, Luisa, que fue reina de Dinamarca de 1906 a 1912.
Los reyes Mary y Federico de Dinamarca con sus invitados. /
El rey Federico, por su parte, lucía un elegante uniforme azul con charreteras doradas, guantes blancos y bastón. También llevó la insignia de la Orden Islandesa del Halcón como señal de respeto hacia sus invitados. La pareja real estuvo acompañada por la tía del monarca, la princesa Benedicta, que lució muy elegante con un vestido lavanda y la tiara Sayn-Wittgenstein-Berleburg Fringe. El menú elegido para el banquete, desvelado por el diario danés 'Billed Bladet', incluyó bacalao del mar del Norte, ballotine de pollo de Grasten, uno de los lugares de veraneo favoritos de la familia real danesa, y un postre a base de crema bávara y albaricoques encurtidos.
El viaje de Tómasdóttir a Dinamarca supone la primera visita de Estado que reciben Federico y Mary desde que subieron al trono en enero de este año, tras la sorprendente abdicación de la reina Margarita . Pero este compromiso oficial es histórico por partida doble, ya que también es la primera visita de Estado al extranjero de Tómasdóttir desde que juró su cargo como séptima presidenta de Islandia el pasado 1 de agosto.
La presidenta de Islandia y su esposo, junto a Federico y Mary. /
El viaje de la mandataria islandesa comenzaba cuando la pareja real saludaba a Tómasdóttir, de 55 años, y a su marido, Björn Skúlason, a su llegada a la Aduana Norte de Copenhague, dando comienzo a la visita de dos días. Este desplazamiento pretende «reafirmar los lazos históricos y la estrecha relación» entre Dinamarca e Islandia, según un comunicado de la casa real danesa.
Mary y Federico dieron la bienvenida a la pareja presidencial islandesa, que llegaron en barco al país, antes de emprender juntos un viaje en autocar hasta La Ciudadela, una de las fortificaciones de Copenhague que es una de las mejor conservadas del norte de Europa. Allí los cuatro asistieron a una solemne ceremonia de colocación de coronas de flores.
Mary de Dinamarca, criticada en ocasiones por su escasez de compromisos oficiales , parece estar ahora recuperando el tiempo perdido. La royal afrontaba esta visita nada más de regresar de una gira de cuatro días por varios rincones de Brasil. Durante este viaje hemos podido ver el lado más espontáneo de la australiana, sorprendida por ejemplo cuando le dieron a probar un plato tradicional cocinado con insectos.
La reina Mary durante su viaje al Amazonas. /
Durante el viaje, la reina Mary también visitó Manaos, famosa por ser una de las ciudades más peligrosas del mundo. Posteriormente, se detuvo en el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia, donde tuvo la oportunidad de conocer y alimentar a una cría de manatí rescatada. En un post de Instagram sobre el evento, la familia real danesa describió así esta experiencia: «La vida animal y vegetal de la selva amazónica es algo muy especial. Alrededor del 10% de la biodiversidad total del mundo se encuentra allí, y su majestad la reina pudo conocer la diversa vida de la zona».
Esta vez en compañía de su marido, la australiana hará un último viaje al extranjero este mes, con destino a Alemania. Será entre el 21 y el 22 de octubre cuando los reyes realizarán su primera visita a la capital alemana, Berlín, y a la comunidad danesa en Schleswig-Holstein. Este estado teutón es el más septentrional del país y el único con frontera terrestre con Dinamarca.