Sabemos por qué Matilde de Bélgica ha entrado en la competición entre reinas: así comienza a hacerle sombra a Letizia y a Máxima

Algo se mueve en la corte de Bélgica, y no solo porque Elizabeth haya cumplido 21 años y figure cada vez máscomo heredera. La reina Matilde ha acelerado su juego de estilo en sus últimas apariciones. ¿Qué está pasando?

La reina Matilde de Bélgica deslumbró en su primera noche en Lituania con un gran vestido capa de seda roja. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

El último viaje oficial de Matilde y Felipe de Bélgica una visita de tres días al país vecino de Lituania, ha disparado el interés sobre el armario de la reina belga. ¿Anécdota? ¿Frivolidad? ¿Casualidad? Ninguna de las tres.

Esta aceleración de moda de la madre de Elisabeth, princesa heredera, indica un paso decisivo para la monarquía más silenciosa e invisible del continente. Demasiado, para todo lo que pasa en la corte de Bruselas: una hermana ilegítima, el rumor de un matrimonio forzado, rumores sobre la orientación sexual del rey…

La creciente presencia pública de la princesa Elisabeth de Bélgica , embarcada en la tarea de conectar el trono con su generación, se encuentra con un obstáculo añadido. Jamás desde la creación del reino en 1831 ha habido reina que fuera, además, jefa de Estado. Y lo que es peor: el papel de las reinas consortes belgas ha sido del todo intrascendente. Paola Ruffo di Calabria, Fabiola de Mora y Astrid de Suecia se dedicaron con intensidad a la familia, la beneficencia o la religión.

La princesa Elisabeth, estudiante de Historia y Política en el Lincoln College de Oxford, debe aprender a ser reina titular mientras muestra a su país cómo una mujer se desempeña como jefa de Estado. ¿Tiene fácil la tarea si la reina consorte Matilde , la figura femenina más próxima al trono, apenas tiene visibilidad en el 'star system' royal actual?

(Foto: @BELGIANROYALPALACE).

Entendamos el difícil papel de la futura reina: no solo tiene que convencer como reina, con todo el plus de peligrosidad que conlleva la imagen, sino que debe darle continuidad a la labor de sus padres por consolidar la monarquía en un país tremendamente dividido entre los flamencos del norte y los valones, al sur.

Mathilde d'Udekem d'Acoz, hija de los condes d'Udekem, fue una reina inesperada: se casó en 1999, a los 26 años, con un duque de Brabante que ya tenía 39. Llegó al trono en 2013, con 40 años. Y en menos de una década tuvo que reconstruir ladrillo a ladrillo la maltrecha reputación de la monarquía belga, dañada por la abdicación del rey Alberto II. Logopeda, psicóloga y ferviente católica, Matilde parecía la reina ideal para apuntalar la imagen de un cuestionado Felipe.

(Foto: ROYALFASHIONPOLICE).

La discreción puede haber sido la estrategia de supervivencia y éxito de una reina inteligentísima, que sabe lo furibundos que pueden ser los ataques contra las consortes que son percibidas como 'ambiciosas'. La periodista belga Brigitte Balfoort trasladó en la prensa nacional un retrato más fiel de Matilde de Bégica.

»No puede quedar relegada en un rincón. Tiene una personalidad y opiniones muy fuertes. Un ansia de poder que no podemos ni imaginarnos». Otro periodista, Robin Vissenaekens, fue aún más lejos: «Oficialmente no tiene ningún poder, pero es la auténtica jefa y la que manda en el matrimonio». Y añadió: «Es una reina de hielo».

(Foto: @BELGIANROYALPALACE).

A la luz de las necesidades de la princesa Elisabeth, la reina Matilde puede haber reconsiderado su posición discreta, metáfora de un papel solo aparentemente intrascendente. La reina de los belgas se ha empeñado, hasta ahora, en parecer simplemente madre y esposa. Es mucho más, claro.

los analistas belgas señalan a Matilde de Bélgica como la primera y principal consejera del rey Felipe. La pareja funciona como un reloj suizo. Tras una década en el trono y con la reputación de la monarquía belga al alza (según el Ipsos Global Advisor, sólo el 17 % se opone a ella), la reina puede dar un paso adelante y, además, favorece a su hija.

(Foto: ROYALFASHIONPOLICE).

La reina belga entra desde ya oficialmente en la carrera de estilo de las monarcas europeas: hace tiempo que despuntaba, pero ahora reclama definitivamente su sitio. Con una apuesta, además, distintiva: frente al estilo Hollywood de Letizia y Máxima, Matilde está actualizando el look conservador de reina 'de toda la vida'.

En su viaje oficial ha Lituania, Matilde ha confirmado que la única alternativa para las reinas del siglo XXI no era el look 'celebrity'. Efectivamente: sí se podía actualizar el estilo de la reina emérita Sofía o de la reina Isabel II. Empezando por el peinado: la reina belga rara vez se lo cambia, exactamente igual que las monarcas del siglo XX.

(Foto: @BELGIANROYALPALACE).

En Lituania, Matilde asombró con su propuesta, clásica y elegantísima. Eligió dos firmas clave para conseguirlo: Armani Privé y Natan Couture. La marca italiana firmó el abrigo de lentejuelas y brocado azul, gris y rosa: un sueño. Otro look de día memorable, enteramente rojo y terminado en una gran diadema, era de Natan Couture. Lo mismo que el vestido pata de gallo que llevó, ya en Bruselas, con un imponente sombrero beis o el traje mostaza con camisa roja.

Aún así, el look más impactante del viaje fue un precioso vestido de seda con efecto capa de color rojo anaranjado y estampado de flores turquesa, de Natan Couture, una de sus marcas de cabecera. La segunda noche también deslumbró, esta vez con un total look dorado de Armani, con vestido y chaquetilla. Ya en Bruselas, Matilde también ha llevado Armani en su agenda habitual: el abrigo rosa con el vestido verde de flores es italiano. Ya hay que tomársela en serio.