Maximiliano de Habsburgo. / / DR

Entrevista

Hablamos con el archiduque Maximiliano sobre su hermana, Sofía de Habsburgo, el cambio de Cayetano Martínez de Irujo y su guerra contra las adicciones

El archiduque preside la Fundación Recal, de la que es patrono el hijo de la duquesa de Alba, que acudió a una gran fiesta benéfica en la que reapareció Sofía de Habsburgo.

Maximiliano de Habsburgo lleva más de dos décadas al frente de la Fundación Recal, nombre de la prestigiosa clínica que puso en marcha después de que su hermana Elizabeth de tan solo 24 años falleciera en los años 80 víctima de las adicciones. Algo de lo que ella, seguramente, estaría orgullosa, como nos dice el archiduque, cuyo abuelo fue hermano de Carlos I, último emperador de Austria.

El propio archiduque, que vivió durante la movida madrileña en la capital española vivió muy de cerca los peligros que entrañan ciertas prácticas y cuando le planteamos cómo logró bordear esta situación que le costó la vida a su propia hermana, con diplomacia, honestidad y sin entrar en más pormenores nos contesta que «algo sucumbí también, pero estoy bien ahora».

El motivo de nuestra entrevista, la segunda que mantenemos en dos años, una vez superada la pandemia y los problemas que conllevó para la fundación, es hablar de la fiesta benéfica que se celebró para recaudar fondos. El fundraising es un fenómeno menos extendido en Europa, donde el Estado tiene una papel más importante en lo gestión de lo público, que en Estados Unidos, donde están mucho más extendidos los conceptos del mecenazgo, el emprendimiento con la ayuda de sponsors o la aportación de fondos privados para proyectos destinados al bien común.

Cayetano Martínez de Irujo, un gran ejemplo por su valentía

El mérito del archiduque Maximiliano de Habsburgo es mucho y en esta cena que lleva años organizando es que logró reunir a personalidades de distintos ámbitos, desde grandes figuras del Ibex-35, miembros de familias reales reinantes y no reinantes, aristócratas y expolíticos. En la gala de este año se dieron cita, entre otros, los hermanos Fernando y Cayetano Martínez de Irujo, este último muy involucrado en la fundación.

El hijo de la duquesa de Alba habló de una manera descarnada de sus problemas con las adicciones en el libro De Cayetana a Cayetano Martínez de Irujo, un gesto que el archiduque Maximiliano valora muy positivamente: «Me parece muy importante porque le quita el estigma a la enfermedad. Tiene el coraje de decirlo y le transmite a la gente el mensaje que esto no hay que esconderlo, que hay que hablar de ello. Claramente, es un ejemplo muy importante para los demás».

Maximiliano de Habsburgo y Cayetano Martínez de Irujo en la cena benéfica organizada por Clínica Recal. / dr

«Cayetano es patrono de la fundación. Es un amigo mío desde que soy muy joven. Hemos vivido la noche madrileña juntos y cada uno ha hecho un gran cambio en su vida y ahora estamos los dos ayudando he intentando que la fundación Recal llegue a ayudar al máximo de personas posibles», nos explica.

La reaparición de Sofía de Habsburgo, muy involucrada en la fundación de su hermano

Otra persona crucial y que viajó hasta Madrid saliendo de un retiro voluntario de la vida pública fue su hermana, Sofía de Habsburgo, figura más que glosada por la prensa del corazón y la crónica social durante décadas, pero cuya vida fue desbaratada por la muerte de su hijo Alexis, en un accidente de coche que conducía él mismo en 2010, cuando contaba sólo 18 años. «Nos vemos mucho y tenemos una relación muy muy estrecha, pero desde que pasó eso vive una vida más privada, pero está bien», nos comenta Maximiliano.

Jaime de Marichalar, que también contribuye con su apoyo, llegaba a la vida de Maximiliano por vínculos familiares: «Jaime es muy amigo de mi hermana Sofía. No le veo con demasiada frecuencia, pero le aprecio mucho». También colabora con Racal su exmujer, la duquesa de Lugo: « La infanta Elena a través de la fundación Mapfre con la que colaboramos y trabajamos. De hecho nos ayudó a la construcción de la clínica de Majadahonda».

Maximiliano de Habsburgo junto a su hermana Sofía y Jaime de Marichalar. / DR

La persona con más rango que ha contribuido financieramente con la Fundación Recal fue la reina Isabel II, quien hizo una donación con motivo del 80 cumpleaños de Helen de Austria, madre del archiduque Maximiliano: «Nos sorprendió mucho. Un día llamaron a la fundación de Buckingham Palace para pedirnos el número de cuenta y después nos llegó un cheque de parte de la reina. Fue un honor».

Su mujer es escritora, también está involucrada en la causa, y tiene sus raíces en Irak

Respecto a la vida personal de Maximiliano de Habsburgo debemos subrayar que está casado desde 2005 con Maya Askari, bisnieta del que fuera presidente de Irak Jafar al-Askari, en dos mandatos distintos en los años 20 y falleció en 1936 durante el golpe de Estado de perpetrado por el Jefe del Estado Mayor, Bakr Sidqi. No tiene familia allí y la vuelta al país de sus ancestros no es algo factible a corto plazo: «La familia se fue hace mucho de allí y es muy difícil que puedan regresar al menos por ahora».

Maya Askari es autora del libro La protección. Una invitación a los ángeles y en la actualidad trabaja en el segundo, que, según nos desvela su marido, «es un libro de meditación y espiritual». Al igual que el archiduque, también está involucrada en dar atención a los pacientes de adicciones y ayudar a sus familiares : «Es un centro igual que Recal, pero en la ciudad de Scarborough, en el Reino Unido, yo también estoy involucrado»

El matrimonio tiene tres hijos, Nikolaus, Constantin y Katharina, a quienes también están educando en la prevención y el conocimiento de las situaciones derivadas de las adicciones: «Los llevo al centro, hablan con los adictos. Este contacto es muy sano porque ven el peligro, el sufrimiento, pero también a personas estupendas y es lo mejor que puedo hacer para que estén fuertes en el futuro».

A propósito del legado histórico familiar por parte paterna, los jóvenes parecen empezar a tomar conciencia de su trascendencia: «Ahora empiezan a interesarse y leen libros históricos, lo aprenden en el colegio. Tienen 17, 16 y 12 años. Al mayor le gustan mucho el diseño y la tecnología y es a lo que se va a dedicar».

Veranean habitualmente en Sotogrande y viven en el Norte del Reino Unido

Habituales en verano de Sotogrande, la elitista urbanización gaditana, donde veranean muchas de las grandes fortunas de nuestro país, encuentran allí un enorme contraste con la vida y la actividad que él mismo desempeña en el Reino Unido: «Tengo mi empresa de aparatos de diagnóstico médico y sigo en ella. Vivimos en el Norte de Inglaterra y en verano vamos a Sotogrande. Nos encanta que nuestros hijos, que vivieron muchos años en Madrid, se reencuentran allí con sus amigos»

No queremos acabar nuestra conversación sin hablar de la fiesta que minutos más tarde iba a empezar y de la importancia que tiene para que enfermos con capacidades adquisitivas reducidas puedan optar a estos costosos tratamientos: «Para nosotros en la fundación es un día muy importante esta cena fiesta, porque recaudamos dinero para nuestros pacientes, para los que no tienen dinero para pagar el tratamiento. Es un día muy importante para recaudar y para que la gente se entere de lo que hacemos, que entiendan qué es la enfermedad. Tenemos siempre a uno de nuestros antiguos pacientes que habla en la cena de su experiencia, de su sufrimiento como adicto y cómo ha salido de esto con el programa que trabajamos, el programa Minnesota», dice a propósito de este método que concibe la adicción como una enfermedad crónica, con posibilidad de rehabilitación y cuidados contínuos.

También nos avanza el archiduque los próximos movimientos de la fundación que preside: «Vamos a abrir en Madrid una unidad para trastornos de alimentación porque somos muy conscientes de lo que han crecido la anorexia y la bulimia. Vamos a prestar atención a pacientes que sufren estas patologías. Las redes sociales también son un peligro porque en ocasiones incentivan este tipo de trastornos».