La historia del espectacular collar de la duquesa de Montellano: un obsequio de bodas con turquesas, diamantes y oro

Ha sido el primer gran enlace del año. El Marqués de Pons, Felipe Matossian Falcó , hijo mayor y heredero de los Duques de Montellano, contrajo matrimonio con Ina Morenés Allendesalazar, en la Iglesia de las Calatravas, en Madrid, el último fin de semana de Febrero. El novio es hijo de Carla Pía Falcó y sobrino nieto de Carlos Falcó, Marqués de Griñón , primo, por tanto, de Tamara Falcó , que estuvo entre las invitadas, junto a Isabelle Junot, marquesa de Cubas, el duque de Alba o la Infanta Elena .

La novia, que lució un sobrio vestido con chaleco blanco de tweed, y sin la tradicional diadema –aunque sí lució dos aretes y una gran pulsera de diamantes–, es hija de Antonio Morenés y de María del Carmen Allende-Salazar, marquesa de Velada. La celebración fue una nueva reunión de la aristocracia y fue la ocasión de ver de nuevo una de las joyas con más historia de la nobleza española: la «parure» de turquesas de los Duques de Montellano.

Lo lució la madre del novio, Carla Pía Falcó y Medina, la X Duquesa de Montellano. La espectacular joya fue un encargo a la Joyería Chaumet por parte de los Duques de Fernán Núñez, en 1891, según explican en Spanish Royal Jewels. El collar forma parte de un conjunto de tiara y broche decorados con volutas y penachos de pavo real, elaborados con turquesas y diamantes engastados en oro.

Fue un obsequio de boda a Carlota Maximiliana de Escandón y Barrón por su boda con el VIII Duque de Montellano, Felipe Falcó y Osorio, y segundo hijo de los Duques. Este conjunto espectacular ha pasado de generación en generación, en la misma familia, hasta hoy, aunque ha sufrido varias modificaciones a lo largo de los años para adaptarse a las modas o exhibir un estilo más o menos sencillo. La X duquesa de Montellano no lució la tiara, sino la peineta y mantillas tradicional en las madrinas.

Spanih Royal Jewels cuenta que la «parure» que recibió Carlota Maximiliana de Escandón y Barrón formaba parte de lo que antiguamente se conocía como «corbeille» nupcial, que reunía todos los obsequios de familiares y amigos de la novia. Recibió regalos de la reina Isabel II –un espejo con marco de plata–, de la infanta Eulalia , hermana de Alfonso XII –un abanico decorado con diamantes–, una copa de plata antigua, obsequio de la infanta Paz, y de su familia materna varias peinetas y un conjunto de rubíes y diamantes, que incluía una pulsera esclava.

Los hermanos de la novia le regalaron un collar de perlas y el novio una pulsera de diamantes y perlas y un broche en forma de mariposa con turquesas. Finalmente, los Duques de Alba la obsequiaron con un broche que simulaba rayos de sol con diamantes y un gran rubí.

La «parure» de turquesas pasó a la esposa del hijo mayor del IX Duque de Montellano, Manuel Falcó y Escandón: Hilda Fernandéz de Córdoba y Mariátegui, marquesa de Mirabel, condesa de Santa Isabel, y la última noble que fue dama de honor de la reina Victoria Eugenia , antes de que la familia real partiera al exilio.

En la ceremonia de Palacio, Hilda llevó la Tiara Turquesa de Montellano en una versión más recargada, acorde con la moda de los años veinte. Hilda también lució la «parure» en el baile de debutantes en el que fue presentada en sociedad su hija Rocío, en París, en 1950, según Spanish Royal Jewels. En 2019, el conjunto de tiara y collar se exhibió en una exposición en Mónaco, dedicada a las joyas más espectaculares de Chaumet .

La actual duquesa de Montellano es Carla Falcó y Medina, casada con Jaime Matossian y Osorio, hijo de la Condesa de la Torre, y sobrino del Duque de Alburquerque. La actual duquesa lució el collar combinado con pendientes de turquesas. El motivo central de la gargantilla es un gran lazo central con tres volutas dobles en el centro y a los lados, todos de diamantes. Junto a otras piezas de menor tamaño, destacan dos grandes turquesas, una de ellas como «pendentif» en el centro.