reyes sin trono
reyes sin trono
Fue Pablo de Grecia, el heredero del ex rey Constantino, el encargado de pronunciar el elogio fúnebre, en Atenas, hace un año. Un discurso lleno de sentimiento que emocionó a la familia y a los asistentes: «Dios te trajo a dar tu último aliento en la patria», dijo el príncipe Pablo. «Como nos enseñaste padre, nosotros tus hijos y nietos nos ofrecemos y ofreceremos por siempre a la patria y a Grecia… Padre, este no es el final. Siempre vivirás en nuestros corazones y en nuestras mentes».
A sus 56 años, Pablo es el nuevo jefe de la casa real helena, pero no será rey, porque la monarquía fue abolida en Grecia, tras un referéndum, a principios de los años setenta. Es un heredero sin trono, padre de familia numerosa, casado con la rica heredera Marie-Chantal Miller, hija del creador de los comercios duty-free, y fundadora de una línea de moda infantil de lujo.
Su vida transcurre entre sus casas de Londres, Nueva York –donde tiene fijada hoy su residencia–, la campiña inglesa y las Bahamas. Una vida de lujo y refinamiento, con una gran relación con toda la realeza europea, con la que está emparentado –especialmente con el rey Carlos III– que, por el momento, no parece haber cambiado, tras el fallecimiento de su padre.
Sin embargo, poco después del funeral, Pablo reveló que él y Marie-Chantal estaban buscando una casa para instalarse en Grecia. «Queremos ser más visibles para el pueblo griego», aseguró a la revista 'Point de vue'. «Nos verán mucho más en el futuro». En su momento hubo inquietud: ¿se trataba de una estancia permanente o solo de largos periodos? ¿Estaba Pablo haciendo un guiño a los monárquicos de su país? Sin embargo, a pesar de la repercusión que tuvo el funeral de Constantino, el trono de Grecia ya no existe y los ciudadanos griegos no tienen mayor interés en verse representados por una familia real.
Pablo nació príncipe heredero, pero tenía sólo siete meses cuando su padre tuvo que partir al exilio tras el Golpe de Estado de Los Coroneles. Constantino había participado en un contragolpe en un intento fallido de restaurar la democracia, y, a finales de 1967, dejó su país con su familia. Primero se instaló en Roma y, más tarde, en Londres, donde estuvieron instalados durante 47 años. En 1973, tras un referéndum se abolió la monarquía y todas las propiedades de la familia real, incluido el Palacio de Tatoi, residencia real, fueron confiscadas y sus títulos anulados.
Su vida en Londres, bajo la protección de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, primo de Constantino, y de un grupo de simpatizantes, fue relativamente fácil. Pero Pablo creció con la idea de que un día regresaría a Grecia. La familia solo pudo pisar suelo griego a partir de 2004 y fue en 2013 cuando Constantino y Ana María decidieron instalarse de forma permanente en Grecia, en una casa junto al mar en Porto Heli, a dos horas en coche de la capital. Fue en Atenas donde falleció Constantino el 10 de enero de 2023. El ex rey, sin embargo, mantuvo un perfil bajo durante todos los años que vivió en suelo griego, y se mantuvo lejos de la política.
Pablo fue educado en una escuela helénica privada, fundada por su padre en Londres, y posteriormente asistió a la academia militar de Sandhurst, donde se licenció como teniente en la Guardia Real de Dragones Escoceses. Una educación típica de un príncipe heredero. En 1995, tras abandonar el ejército, el príncipe de licenció en Georgetown, en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales junto a su primo, Felipe VI–, y poco después se casó con Marie-Chantal Miller. Desde entonces su vida profesional está ligada al mundo de las finanzas.
Su existencia, junto a sus cinco hijos, hoy veinteañeros, ha transcurrido sin sobresaltos, más parecida a la de los privilegiados miembros de la realeza del dinero que a los de la realeza a secas. Pablo sigue trabajando como banquero de inversiones, viaja para asistir a acontecimientos de la realeza, y se deja fotografiar en sus vacaciones en Grecia o Las Bahamas. Su imagen internacional es una mezcla de glamour, lujo, simpatía y admiración por sus títulos, no reconocidos en Grecia.
Sin embargo, la búsqueda de una residencia en Grecia no ha vuelto a ocupar los titulares de la prensa. Algunos analistas opinan que, en todo caso, Pablo y Marie-Chantal pasarán temporadas, que no será para siempre. «No creo que sea probable un retorno total», dice Andreas Megos periodista griego especialista realeza. «Ha pasado demasiado tiempo y la mayoría de la gente ni siquiera recuerda cuándo tuvimos una monarquía. Pero esas viejas heridas se están curando y hay mucho respeto y buena voluntad hacia Pablo. Creo que podría desempeñar un papel».
El problema es qué papel. ¿Cómo miembro de una Fundación, dedicada a obras humanitarias, como testigo de excepción en algunos eventos públicos, como representante diplomático? Pablo ha insistido en que no tiene intención de recuperar el trono. «No estoy buscando nada. Nuestro papel es ser buenas personas y hacer lo que podamos para ayudar al país«, dijo en su entrevista con la prensa francesa.