El triunfo de la abuela plebeya: por qué la princesa Leonor no se pierde el cumpleaños de Paloma Rocasolano mientras la reina Sofía sigue sola en Mallorca

La fiesta de cumpleaños de Paloma Rocasolano (y la presencia en ella de los reyes, sus hijas y un amigo de la princesa Leonor) la vuelve a señalar como la abuela favorita de Zarzuela.

Si quieres ver todas las veces que Paloma Rocasolano eclipsó a la familia real, pincha en la imagen /gtres

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Silvia Vivas
Silvia Vivas

Mucho se ha hablado de la especial relación que la madre de la reina Letizia , Paloma Rocasolano mantiene con sus nietas, las hijas de los reyes la infanta Sofía y la princesa Leonor ), una buena sintonía que ha quedado de relieve aún más durante esta Semana Santa: mientras la abuela materna recibía la visita de sus nietas en la fiesta organizada por su novio, el empresario Marcus Bandler ; la reina Sofía permanecía en compañía de su hermana Irene en Mallorca y no ha trascendido ninguna reunión con sus nietas. ¿Estamos ante el triunfo más evidente de Paloma Rocasolano como abuela no royal?

Cómo es la cercana relación de Paloma Rocasolano con sus nietas

La abuela sin lustre en el apellido, Paloma Rocasolano, ha sido considerada por la rumorología royal como la favorita de los actuales reyes desde hace mucho tiempo. Una «competición» entre abuelas alimentada por pequeños detalles, como que la ex enfermera jubilada (sindicalista y republicana para más señas) fuera la primera en estar en el hospital en las dos cesáreas que sufrió la reina Leitizia, la primera cuando nació Leonor (que vino al mundo de madrugada y no recibió la visita de su abuela paterna hasta el mediodía del día siguiente) y la segunda cuando nació Sofía (la emérita se encontraba en Rusia en aquel momento).

El último agravio comparativo entre las abuelas es peor si tomamos en consideración otro detalle que desvela ¡Hola! en su exclusiva: al desembarco de la familia real a la fiesta en el chalet en el que vive la hermana de la reina, Telma Ortiz, el rey y la reina llegaron y se fueron acompañados no solo por sus hijas, sino también por un joven desconocido. La publicación especializada en la crónica royal asegura que es un compañero de estudios de la princesa Leonor.

A comienzos de año una compañera de internado de la princesa declaró a la prensa que Leonor había congeniado con un compañero de clase del UWC Atlantic College «alto, delgado y muy agraciado» que para más señas no hablaba español. ¿Quizás sea el desconocido joven que acompañaba a la familia real en su visita a Paloma Rocasolano? De ser así se confirmaría una vez que en el duelo figurado entre abuelas, Paloma Rocasolano ha ganado esta batalla de lejos: ha podido disfrutar de su nieta el día después de que pisara Madrid. Todo lo contrario a lo vivido esta Semana Santa por la reina Sofía que, a ojos de la prensa se ha quedado sin visitas de ninguno de sus nietos durante todas las vacaciones.

Cómo es la relación de la reina Sofía con sus nietas

En la memoria de todos quedan retazos de información sobre las constantes visitas de Paloma Rocasolano a La Zarzuela para cuidar de sus nietas cuando eran pequeñas y no tan pequeñas. La enfermera jubilada ha sido siempre la persona de referencia para doña Letizia a la hora de dejar a sus hijas si tenía que ir a algún acto o de viaje por encima de cuidadoras profesionales y de su suegra, que vive a tiro de piedra de su casa pero que por lo visto tiene vetada la entrada en el Pabellón del Príncipe donde habitan los reyes con sus hijas.

También se ha hablado mucho de las lágrimas que la reina Sofía vertió en una reunión familiar (y que describió Pilar Eyre) porque no sabía cómo estaban las niñas y no le dejaban verlas nunca: «Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa. Y, sin embargo, la madre de Letizia está siempre ahí». Jaime Peñafiel llegó a publicar en El Mundo el siguiente párrafo: «Las nietas de los eméritos no acaban de entender por qué no pueden ver a sus abuelos. Según me informó la madre de una de las compañeras de colegio de las niñas reales y buenísima amiga mía, su hija le había contado que Leonor se quejaba de que su mamá no la dejaba ver a su «abuela más querida» y que papá no podía hacer nada porque era ella quien mandaba».

El desencuentro entre la actual reina y la emérita (evidente en el incidente de la catedral de Palma ) se recrudeció cuando Felipe y Letizia relevaron a los eméritos en sus funciones y ese desequilibrio de poderes también se tradujo en un mayor protagonismo involuntario de Paloma Rocasolano ejerciendo de abuela y un alejamiento constante de la reina Sofía: en el estreno de Leonor en los Premios Princesa de Asturias muchos más medios se decantaron por mostrar a la orgullosa abuela sindicalista y republicana aplaudiendo a su nieta que a la solitaria abuela royal sentada en el palco de honor situado varios metros por encima del público.

Esta ha sido la tónica desde que la Corona cambió de manos: por hache o por be las visitas de las nietas reales a su abuela materna se acaban filtrando vía paparazzi (como el paseo de Paloma Rocasolano por El Retiro madrileño con la infanta Sofía del año pasado que «chivó» a la prensa que la hija pequeña de los reyes estaba pasando unos días en casa de su abuela) dando lugar a imágenes repletas de espontaneidad. Frente a esas fotos las agencias también distribuyen las escasas y alambicadas escenografías en las que se han convertido los encuentros de los Borbones al completo en los últimos años (posado veraniego con todos los nietos y la reina Sofía incluidos).

Vídeo. Los mejores looks de la reina Sofía

Aunque Vanitatis afirma que tanto la infanta Sofía como la princesa Leonor pasaban una tarde a la semana con doña Sofía en la Zarzuela (tradición que aún mantiene Sofía en solitario, ahora que su hermana estudia en Gales), la realidad es que es imposible encontrar ocasiones en las que las menores y la madre de Felipe VI interactúen fuera de los actos oficiales y el hecho de que el coronavirus impidiera a la emérita acudir a la confirmación de la princesa Leonor no ha ayudado.

Que el rey Felipe VI visitara en solitario Mallorca esta Semana Santa tampoco ha contribuido a que se piense que su mujer y sus hijas tienen especial interés en su madre, pero sí ha servido para alimentar la leyenda de que, efectivamente, hay una abuela favorita en Zarzuela y no tiene ningún título nobiliario.