Hace apenas un siglo que el rey Jorge V y su familia pasaron de llamarse Sajonia-Coburgo-Gotha, una denominación de origen alemán asociada desde hacía siglos a las familias reinantes europeas, a ser conocidos como los Windsor. La decisión la tomó el abuelo de la reina Isabel II y se ha convertido en la «marca» de una dinastía que ha hecho las delicias de Netflix y la prensa rosa gracias a integrantes tan conflictivos como el príncipe Carlos y su ex mujer la princesa Diana de Gales o los más recientes duques de Sussex.
El 17 de julio de 1917, el rey Jorge V emitió un edicto en el que declaraba que «el nombre de Windsor debe ser asumido por nuestra casa real y su familia, renunciando al uso de todos los títulos y dignidades alemanes». Este cambio de nombre, realizado en plena Primera Guerra Mundial, motivó que todas las referencias y títulos alemanes fueran reemplazados por su nombre traducido al inglés o, en su defecto, por una denominación británica. Así, el uso de «títulos, dignidades y honores de los duques y duquesas de Sajonia y de los príncipes y princesas de Sajonia-Coburgo-Gotha, y todos los demás títulos, dignidades, honores y denominaciones alemanas» debía ser interrumpido.
El rey Jorge V junto a la reina Victoria, el rey Eduardo VII y el príncipe Eduardo en 1899. /
La decisión de adoptar el nombre de Windsor como apellido se produjo en medio de un fuerte sentimiento anti-alemán. La historia había colocado a la familia reinante en una posición insostenible. Se llamaban como sus enemigos y tenían lazos de sangre con ellos. Tanto por parte de la reina Victoria, una Hannover, como por su esposo, el príncipe Alberto, un Sajonia-Coburgo-Gotha, los apellidos parecían un ataque a una nación en guerra. Además, la casa real tenía sólidas relaciones con las casas alemanas de Battenberg y de Teck.
El káiser Guillermo II de Alemania, nieto de la reina Victoria, era primo del rey; la propia reina era alemana, de la casa de Teck. Pero el punto de inflexión fue la ira popular que levantaron los ataques aéreos alemanes sobre Londres y, en particular, el bombardeo de una escuela en el barrio del East End. El 13 de junio de 1917 los alemanes iniciaron una serie de incursiones aéreas diurnas sobre Gran Bretaña y en uno de esos ataques murieron 18 niños cuando una bomba cayó directamente sobre su escuela en la Upper North Street. Los bombarderos alemanes se llamaban Gotha, el mismo nombre que la familia real.
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El edicto de junio de 1917 cambiaba además los títulos de varios miembros de la familia, para dejar atrás sus apellidos Teck y Battenberg. El Duque Adolfo de Teck, hermano de la reina María, pasó a ser el Marqués de Cambridge; el Príncipe Alejandro de Teck, segundo hermano de María, se convirtió en el Conde de Athlone; el Príncipe Luis de Battenberg, casado con una nieta de la Reina Victoria, Victoria de Hesse-Darmstadt, se llamó Louis Mountbatten y se convirtió en el Marqués de Milford Haven; el Príncipe Alejandro de Battenberg, nieto de la reina Victoria, pasó a adoptar el apellido Mountbatten y a ostentar el título Marqués de Carisbrooke. De esta forma, el rey renunció a todos sus títulos alemanes para él y lo mismo sucedió con todos los miembros de su familia que eran ciudadanos británicos.
El rey Jorge V, el responsable de que los Windsor se llamen Windsor. /
Pero la elección del apellido Windsor tuvo sus complicaciones. Se rechazaron varias opciones ( Tudor, Plantagenet e Inglaterra, por nombrar algunas) antes de que el secretario privado del rey Jorge, Lord Stamfordham, tuviera la idea de usar el nombre de un lugar asociado con la realeza en Inglaterra desde los normandos. Hoy es además el castillo habitado más antiguo de Europa. Windsor era regio y con un sonido totalmente inglés, y resultó muy popular desde el principio.
Jorge fue el segundo hijo del Príncipe Eduardo de Gales (más tarde el Rey Eduardo VII) y Alejandra de Dinamarca, y nieto de la Reina Victoria. Se convirtió en heredero al trono en 1892 cuando su hermano mayor, Eduardo, murió de neumonía. Cuando su padre murió en 1910, ascendió al trono británico como George V.
Fue un rey con un estilo de vida sobrio, exigente con sus hijos –entre ellos Eduardo VIII que renunció al trono por Wallis Simpson y Jorge VI, padre de la reina Isabel– y astuto. También en 1917, tomó la controvertida decisión de negar el asilo en Gran Bretaña a otro de sus primos, el zar Nicolás II de Rusia, y su familia, después de que el zar abdicara durante la Revolución Rusa. El zar Nicolás, su esposa Alexandra y sus hijos fueron posteriormente arrestados y luego asesinados por los bolcheviques. Jorge temía que la ola antimonárquica que recorría Europa le afectara si los acogía, pero no pudo reprimir el terrible sentimiento de culpa que le asedió a partir de entonces.