No vamos a descubrir a estas alturas lo mucho que la reina Letizia disfruta del cine. Aunque no esté en la alfombra rosa de los Premios Goya 2024 , su asistencia sorpresa a la charla para miembros de la Academia del Cine que ofreció hace unas semanas Martin Scorsese es buena prueba de ello. Puede leerse, además, como una muestra de cariño a una institución que se vale de los Premios Goya para lograr visibilidad. La monarca jamás ha asistido a esta gala pero, al menos, sí apoya a la asociación que los impulsa.
Se han aducido multitud de razones por las que los reyes Felipe y Letizia declinan cada año la invitación para asistir a los Premios Goya. Solo hubo una excepción a esta regla: en 2000, Casa Real decidió que era buena idea subrayar con la presencia real una gala en la que Pedro Almodóvar se preveía como gran ganador. Desde entonces se hizo la ausencia sobre la gran fiesta del cine español . Desgranemos los motivos.
Si la presencia del entonces príncipe Felipe en la gala de los Premios Goya de 2000 fue un test, ya podemos afirmar sin equivocarnos que no se superó. Todos recordamos el simpático momento en el que Pedro Almodóvar pidió a los asistentes que cantaran 'Cumpleaños feliz' al príncipe De Asturias, que aquel día cumplía 32 años. ¿Estaba la escena prevista en el guión? Jamás lo sabremos. Y no se vio incomodidad en el monarca. Sin embargo, Casa Real pudo ponerse nerviosa. Evidentemente, es imposible controlar absolutamente a quien ocupa el escenario de los Goya .
No se puede obviar que el plato fuerte de la gala de los Goya a nivel popular es la alfombra roja, ese paseíllo de estrellas que compiten por lucir el look más elegante, con más estilo o más espectacular. Evidentemente, jamás Letizia pisaría la 'red carpet' de asistir a los premios, pero su foto aparecería inevitablemente en los miles de contenidos que se publicarían en todo el mundo, con las subsiguientes comparaciones de estilo entre los looks de la reina y las actrices. Ese, precisamente, es el problema: el efecto igualación entre la reina de España y las celebrities.
Este es otro aspecto que preocupa a Casa Real, no porque pueda producirse ninguna revelación grave, sino por constatarse otra grieta por la que se cuela cierta falta de control. Cada vez que la monarca entrega un premio o coincide en un evento con alguna estrella, actriz, cantante o directora, cabe la posibilidad de que esta comente detalles de su encuentro con la reina. Se cuenta con la discreción de Letizia en sus conversaciones fuera de micro, pero aún así se producen deslices. La actriz María Hervas, por ejemplo, desveló sin darse cuenta que la soberana tiene una cuenta secreta de Instagram . Coincidieron en los Premios Princesa de Girona 2022.
Aunque los Premios Goya subrayan la excelencia en la creación y la interpretación, la industria del cine posee un componente importante de frivolidad y espectáculo imposible de sortear. También de negocio, pues durante la alfombra roja y la misma gala se visualizan patrocinios y las mismas actrices ejercen de anuncios vivientes de las marcas de moda que les prestan sus vestidos. La presencia de los reyes en un show tan explotado comercialmente como una gala de entrega de premios tiene su complicación, como elemento multiplicador de la rentabilidad del show.
Aunque las manifestaciones políticas durante la gala de entrega de los Premios Goya han ido suavizándose con los años, no existe censura alguna sobre las palabras de los invitados y premiados y nadie puede impedir que se produzca alguna reivindicación política, más o menos incómoda. Ahora mismo, las guerras en Ucrania y Palestina invitan a reivindicaciones de paz o de altos al fuego que pueden poner en un brete a Casa Real, debido al gran esfuerzo que se realiza para que los monarcas se sitúen siempre en un terreno de neutralidad total.
Además de los conflictos armados que, desgraciadamente, continúan activos, Casa Real tiene muy en cuenta las llamadas 'guerras culturales', o sea, la reivindicación de causas relacionadas con el feminismo, la identidad de género, la orientación sexual, el activismo antirracista o la llamada cancelación. Cualquiera de estas cuestiones puede aparecer al hilo de alguna película o sin requerir excusa alguna. La presencia de los reyes Felipe y Letizia, los aplausos a los que están obligados simplemente por estar entre el público se leerían como un aval a cualquier demanda.
En la balanza de ventajas y desventajas que conlleva que los reyes Felipe y Letizia asistan a la gala de entrega de los Premios Goya, Casa Real lo tiene claro: los réditos de participar en la gran fiesta del cine español no son tan evidentes como los inconvenientes. ¿ Cómo se beneficiarían los monarcas y la institución monárquica con su aparición en el atiborrado patio de butacas, en términos de imagen y reputación? No resulta tan evidente como vincularse a la investigación científica, las causas benéficas o eventos con un fuerte componente de prestigio intelectual, como Arco, o de mucha raigambre popular, como la Feria del Libro de Madrid.
No se nos puede olvidar: la gala de entrega de los Premios Goya se retransmite en directo en Televisión Española. Son alrededor de tres horas de sentada: jamás han estado tanto tiempo en pantalla ni los reyes Felipe y Letizia ni los eméritos Juan Carlos y Sofía. Esta es una dificultad añadida, pues ni con el retardo de cinco segundos que imponen los Oscar en su retransmisión podría evitarse la difusión de cualquier tipo de incidente.
Uno de los motivos que se han aducido para explicar la ausencia de la reina Letizia en la gala de entrega de los Premios Goya es su decisión de mantener un perfil bajo. Evidentemente, declinar una vez más la invitación de la Academia del Cine sortea un momento de máxima exposición, pero no puede decirse que la monarca haya bajado el ritmo en su agenda o evitado otros eventos como para afirmar que existe un giro decidido hacia una política de perfil bajo.
Este es otro de los motivos que han salido a colación para explicar la ausencia de la reina Letizia en los Premios Goya. Evidentemente, la presencia de la monarca en el patio de butacas, en esta ocasión en la Feria de Valladolid, sería la gran noticia de la noche. Imposible, además, pedirle al realizador de Televisión Española encargado de retransmitir la gala que no se regodeara en el impresionante primer plano de Letizia. Qué profesional no querría volver a encuadrar la imagen de la reina no ya como periodista, sino como estrella de la televisión.
20 de enero-18 de febrero
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