Charlène de Mónaco parece tener un objetivo en la vida y es el de no coincidir en público con su cuñada Carolina de Mónaco . El baile de la Rosa en su edición 2023 nos ha dejado imágenes impagables, como la confirmación de Alexandra de Hannover como la heredera de Carolina. la asistencia de Isabel Pantoja y el bailoteo con transparencias de Carlota Casiraghi, pero 0 unidades de Charlène.
Alberto de Mónaco ha vuelto a acudir solo. No es, ni mucho menos, la primera vez que el regente de La Roca hace el paseíllo por la alfombra roja que lleva hasta la Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo.
El año pasado, en el primer baile post pandemia, Charlène también hizo mutis por el foro. De hecho, al día siguiente regaló un zasca a los Grimaldi en pleno haciendo de guía turística a visitantes random que deseaban ver las reformas del palacio principesco.
En esta edición inspirada en Bollywood, los hijos de Carolina de Mónaco posaron guapérrimos, Alberto desfiló sonriente, Carolina se hizo una coleta confusa y todo fui bling bling, alegría y ausencias en el photocall. Porque Charlène no fue la única que dijo que no a la posibilidad de pasar una velada con Isabel Pantoja, el marido de Charlotte Casiraghi, Dimitri Rassam, tampoco fue.
La princesa Charlène, que parece haber recuperado poco a poco la confianza, la salud y en ocasiones hasta la sonrisa, posee una agenda confusa que lleva a cabo con rigor pero sin preaviso.
Es casi imposible saber dónde o cuándo aparecerá Charlène, pero aún así pocos se decantaban por la posibilidad de que acudiera al evento del sábado. Charlène no pasa por el photocall del Baile de la Rosa desde 2014, una de las citas más chic del principado. Y no parece tener ninguna gana de volver a coincidir en un photocall con Carolina de Mónaco. La última vez que ambas mujeres estuvieron juntas en la misma sala ante los fotógrafos fue durante el funeral del arzobispo Bernard Barsi.
Esta edición del baile, además, estuvo aderezada por un rumor previo capaz de amargar la fiesta a cualquiera: el de que Charlène se estaba divorciando de Alberto de Mónaco. El bulo, como casi siempre, nació en una cabecera de la prensa rosa europea, en este caso el Royauté francés.
El bulo consiguió tal resonancia en los medios los días previos al baile que, por una vez, los responsables de prensa del palacio principesco se apresuraron a emitir un comunicado oficial en el que negaban «formalmente los rumores maliciosos difundidos por la revista Royauté».
«Rumores maliciosos» que se sustentan en detalles mínimos como que Charlène desaparece de los focos de vez en cuando, no acompañó a su marido en el saludo ceremonial desde el balcón de palacio el día de su cumpleaños y no lleva puesto su anillo de casada.
Para dejar aún más claro que la pareja principesca no se está divorciando, y acabar con las especulaciones, apenas 24 horas antes del Baile de la Rosa Charlène acompañó radiante a Alberto para entregar el Premio a la Mujer del año.
Ante esta estrategia de comunicación la revista alemana Bunte apunta a que todo está bien coordinado desde el palacio Grimaldi: cada vez que se prevé una crisis mediática o se reactivan los rumores de divorcio entre la pareja, los príncipes monegascos hacen una aparición juntos, en solitario y bien avenidos.
«Si se observa el desarrollo cronológico de las apariciones públicas de Charlène, casi da la impresión de que la princesa aparece siempre cuando las especulaciones sobre una separación del príncipe Alberto están en su punto álgido. Como si el palacio redujera los rumores de crisis en el momento justo con una cita conjunta», aseguran desde el medio alemán.
La ausencia o presencia de Charlène era sólo uno de los dos misterios que redeaban esta edición del Baile de la Rosa. El otro gran ausente de la velada fue Dimitri Rassam, el marido de Carlota Casiraghi.
Una ausencia que llamó especialmente la atención porque es la otra pareja de la familia Grimaldi que se prodiga poco, a la que se le toma el pulso al ritmo de sus apariciones y ausencias y que se ve envuelta de vez en cuando en rumores de divorcio.
Este año Dimitri Rassam puso como excusa para no acudir al baile que organiza su suegra el trabajo (está inmerso en el rodaje y producción de una nueva película sobre Los tres mosqueteros). Pero este año las especulaciones sobre las pocas ganas de Dimitri Rassam de bailar en público fueron acalladas por su propia mujer.
El verdadero tema de discusión en la actualidad que involucra a Carlota Casiraghi sigue siendo si está o no embarazada de su segundo hijo con Dimitri Rassam y todos pensaban que la solución a este misterio se daría en el baile de la rosa. Pero la realidad es que podemos seguir haciendo nuestras apuestas porque puede ser que sí o puede ser que no.
Lo mejor es que la propia Carlota debe conocer la expectación que crece entorno al volumen de su tripa y se presentó con un modelazo de Chanel semitransparente y tan amplio como para disimular pero no tan grande como para ser un modelo premamá. y por si alguien quería apostar si debajo de aquel vestido había una tripa de embarazada o no, se subió al escenario a bailar. Genio y figura.
20 de enero-18 de febrero
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