NO PERDONA A LOS SUSSEX
NO PERDONA A LOS SUSSEX
Un nuevo viaje relámpago del príncipe Harry a Londres pone de manifiesto la situación más incómoda a la que se enfrenta el rey Carlos III: su distancia aparentemente insalvable con su hijo menor. Tampoco el príncipe de Gales, Guillermo, se habla con su hermano, pero la expectativa de lo fraternal es completamente distinta a la relación parental. La fría actitud del monarca británico llama, y mucho, la atención.
El príncipe Harry viaja a Londres sin Meghan Markle y por solo unas horas, prueba de lo incómodo que le resulta aterrizar en territorio Windsor y, a la vez, lo renuente que se muestra a soltar anclas de su ciudad natal. Aunque su exilio dorado en California tenga visos de definitivo, el hijo menor del Carlos III no se resigna a cortar del todo sus lazos con Reino Unido.
A Harry no se lo ponen nada fácil a la hora de mantener la conexión con Londres. De hecho, sus visitas recientes a la capital británica han tenido que ver con motivos de trabajo o exigencias judiciales. La organización benéfica WellChild, a la que apadrina desde hace 15 años, le vuelve a reclamar este septiembre para la entrega de sus premios. Antes, su polémica guerra judicial contra los tabloides británicos le obligaron a realizar otro viaje relámpago a Londres.
En ninguno de estos viajes se produjo contacto entre el príncipe Harry y la familia real británica, su familia, pese a la presencia del duque de Sussex en la coronación de su padre, Carlos III. En la ceremonia celebrada en la catedral de Westminster se le vio hablando animadamente con sus primas, las princesas Beatriz y Eugenia, pero muy lejos de los príncipes de Gales o de su tía, la princesa Ana.
E público, la relación entre el príncipe Harry y Meghan Markle parece perfecta, pese a los insistentes rumores de crisis. (FOTO: INSTAGRAM)
El alejamiento del príncipe Harry de los Windsor se expresó claramente en aquella ceremonia donde se le desterró a la tercera fila, detrás de su prima Eugenia y totalmente solo. Entonces, la situación se entendió como el coletazo del escándalo provocado por 'Spare', la autobiografía en la que el duque de Sussex narraba los claroscuros de su relación familiar. Y con la que ha ganado muchísimo dinero.
El terremoto provocado por Harry y Meghan Markle, con el 'Megxit' en vida de la reina Isabel II y las entrevistas en televisión en las que salió a relucir el racismo de los Windsor veteranos, ha justificado hasta la fecha la expulsión de los Sussex de la órbita familiar. Sin embargo, con el paso de los meses el grave castigo a Harry comienza a repensarse. A la luz, sobre todo, del agravio comparativo.
¿Son más graves los 'cargos' contra Harry que contra el príncipe Andrés, el otro personaje incómodo para los reyes británicos y sus herederos? La respuesta parece fácil, pues el hermano menor del rey Carlos III ha sido acusado de abusos sexuales a menores, un delito gravísimo que estuvo a punto de llevarle al estrado, cosa que evitó gracias a un acuerdo económico con la víctima.
Evidentemente, la transgresión del príncipe Andrés está a años luz de la aparatosa rebeldía del príncipe Harry, más una reclamación de atención a su padre (al que siempre vió menos que a su niñera) y una demanda de actualización a la institución que otra cosa. ¿Por qué Andrés continúa relacionándose normalmente con sus hermanos y sobrinos, mientras los Sussex son tratados como auténticos apestados?
Una de las últimas fotografías del rey Carlos III y el duque de Sussex, juntos. /
Andrés fue despojado de títulos militares y patronatos reales y de su asignación económica en 2022 y apartado de las labores de representación de la Corona en 2019, pero disfruta de la protección del rey Carlos III. De hecho, asistió a una misa de domingo en Balmoral (llegó en el mismo coche que los príncipes de Gales), mostrando que la relación familia no se ha deteriorado pese a su comportamiento.
Además, el monarca ha movido ficha para que el Ministerio de Exteriores mantenga bajo secreto los documentos que desvelan la actividad del príncipe Andrés como embajador comercial de Reino Unido, papel que ejerció de 2011 a 2011. Permanecerán sellados hasta 105 años desde de su nacimiento, o sea, hasta 2065.
Ante este gesto de protección oficial, los medios de comunicación británicos y estadounidenses se preguntan si puede haber llegado el momento de la rehabilitación pública del príncipe Andrés. La magnanimidad del Carlos III se ha extendido, además, a lady Susan Hussey, la dama de honor de Isabel II y madrina del príncipe Guillermo que hizo un comentario racista a una invitada a Buckingham procedente del Caribe. Ella también fue invitada a la famosa misa en Balmoral.
Como vemos, Carlos III extiende su perdón familiar selectivamente y es su hijo menor el que queda fuera de cualquier movimiento de aproximación. ¿Qué es lo que no le perdona? Probablemente, que se sirviera abiertamente de los medios de comunicación para librar su batalla. Algo que todos los Windsor han hecho para afianzar su posición, pero no a las claras. Eso parece ser lo que ha colocado a Harry en desventaja: llamémoslo ingenuidad, atrevimiento o alergia a la hipocresía.