De izquierda a derecha, Gabriela Thyssen, en este momento Begum Inaara por su matrimonio con Aga Khan, a su derecha, junto a la madre de Gabriela, Renata Kerkhoff. / GETTY IMAGES

Cómo robar el apellido Thyssen para casarse con tres millonarios: la increíble historia de Gabriela Thyssen, ex de un príncipe y divorciada del Aga Khan

¿Cómo consiguió una abogada alemana casarse con un príncipe, un imán megamillonario y un magnate del comercio global? Fácil: apuntándose al apellido Thyssen.

Pocas, muy pocas biografías pueden presumir de tal acumulación de apellidos importantes. De hecho, la biografía de Gabriela Thyssen (59 años), la mujer que atesora este sorprendente cantidad de rancio abolengo en su libro de familia, es digna de entrar en producción en cualquier factoría de streaming solo por su salto magistral de un príncipe a un millonario y mítico líder espiritual y de ahí, a un magnate del gran consumo global. No hay fronteras para esta increíble mujer rubia, que donde pone la sonrisa pone la bala. Pero ¿cómo ha saltado de un marido rico a otro más rico ?

Para desentrañar la historia de Gabriela Thyssen merece la pena viajar de la actualidad hacia el pasado. Es la manera más clara de desvelar el gran misterio (la gran mentira dirán otros) de su carrera matrimonial. Lo último que sabemos de esta aristócrata, socialite de altos vuelos y millonaria por divorcio es que se ha convertido en la compañera de vida del magnate alemán Jürgen Kellerhals (58), propietario de las más de mil tiendas en las que Media Markt, la empresa fundada por su padre, vende electrodomésticos.

Hoy, nuestra protagonista Gabriela Thyssen aparece en las portadas alemanas como «reina consorte de Media Markt», y quizá no le hace mucha gracia dada la cantidad de sangre azul que reúne su biografía, aunque es cierto que su apellido de soltera remite, efectivamente, a otra mítica familia industrial alemana, los Thyssen. Seguramente se consuela al pensar la cantidad de millones de euros que su novio, el señor Media Markt, tiene en su cuenta corriente: la friolera de 1.500, según estimaciones de la revista Forbes. No es, sin embargo, el top de ingresos en su impresionante historial matrimonial.

Una Thyssen en el imperio Media Markt

El romance de Gabriela Thyssen con Jürgen Kellerhals logró enterrar el anterior episodio sentimental de nuestra protagonista, y eso que ha pasado a la historia como la ruptura más cara que han consignado los juzgados franceses. En 2014, Gabriela Thyssen firmó su acuerdo de divorcio con el príncipe Karim Aga Khan después de diez años de lucha en los juzgados y seis de matrimonio. Su historia de amor se zanjó gracias a 60 millones de euros, una minucia en el mar de activos del millonario, al que se atribuye una fortuna de 12.000 millones de euros.

El tira y afloja judicial entre Aga Khan y Gabriela Thyssen tuvo sus claroscuros. De hecho, parece que el millonario presentó ante el juez un documento firmado por ella, un contrato matrimonial en toda regla, con el que había demostrado que ella « descuidó las obligaciones que asumió cuando firmó el contrato como esposa». Muy oportunamente, dicho contrato desapareció de la notaría parisina en el que se firmó inmediatamente después de la firma del divorcio.

La razón de la ruptura no fue otra que la infidelidad. En 2004, Gabriela Thyssen descubrió gracias a un detective que el IV Aga Khan, líder espiritual de los musulmanes ismailíes, multimillonario criador de caballos y amigo íntimo de la familia real española, le engañaba con la azafata de su avión privado. Terminó ahí su etapa como Begum Inaara, el nombre que asumió durante su matrimonio con el Aga Khan, de la que rescató una impresionante colección de joyas que subastó inmediatamente y a su hijo, Ali Mohamed (22 años), estudiante en Harvard y director de documentales.

Gabriela Thyssen no llegó al matrimonio con Aga Kham sin unas buenas credenciales en su haber biográfico. De hecho, ya firmaba como princesa cuando conoció a este hombre de negocios internacional e imán de 15 millones de musulmanes en todo el mundo. Como princesa Gabriela de Leiningen, gracias a su matrimonio con el príncipe Carlos Emico de Leiningen, descendiente no morganático directo de las familias reales rusa Romanov y británica Hanover. La ceremonia se celebró en la romántica Venecia en 1991, y propulsó una tumultuosa unión que se rompió con el consabido divorcio en 1998.

¿Por qué es princesa Gabriela Thyssen?

Atención, porque en 2013 el Partido Monárquico de Rusia declaró al príncipe Carlos Emico de Leiningen el heredero principal al trono de Rusia, tras su conversión del luteranismo al cristianismo ortodoxo. Y en 2014 anunció la formación de un Estado Soberano Sede Imperial, donde Carlos Emico había aceptado convertirse en el emperador Nicolás III. Este título de emperador compensaría la durísima batalla judicial que inició con su familia a propósito de su matrimonio con Gabriela Thyssen. De hecho, tras su unión él fue desheredado y la fortuna familiar recayó en su hermano pequeño. Hablamos de 100 millones de libras en castillos, propiedades y una isla en el Mediterráneo.

El príncipe Carlos Emico de Leiningen lo perdió casi todo al casarse con Gabriela Thyssen: el legado familiar le exigía casarse con una mujer aristócrata, con títulos equivalentes. Gabriela Thyssen, en realidad, solo aportaba un apellido con buena reputación y su título de abogada y gestora inmobiliaria. Eso sí, a lo largo de la década de los 90, gracias a su matrimonio con el príncipe, pasó de trabajar en un bufete del montón, a convertirse en consejera de la Unesco sobre temas relacionados con la igualdad y los derechos de las mujeres.

Los príncipes de Leiningen tuvieron una hija, la princesa Teresa, pero el desgaste provocado por el rechazo de la familia a Gabriela Thyssen le pasó factura al matrimonio. «Desde el principio de nuestro matrimonio me convertí en un enemigo», contó él tras el divorcio. «Los dos estábamos sometidos a una enorme presión. El matrimonio no puede soportar ese tipo de cosas a largo plazo. Tenía la esperanza de que las cosas mejorarían cuando nuestro hijo llegara. Pero después nació nuestra hija, y no pasó nada. Mi madre se ha negado a hablar conmigo desde la boda».

Pero, ¿cómo llegó Gabriela a casarse con todo un príncipe? Aquí viene la sorpresa, porque el apellido que le abrió ese mínimo resquicio en la alta sociedad que le permitió ir ascendiendo no le pertenece en realidad. Gabriela se apellida en realidad Gabriele Renate Homey, y es hija del empresario Helmut Friedhelm Homey y de Renate Kerkhoff. ¿Cómo se hizo con el apellido Thyssen? Gracias a que su madre, tras divorciarse de Homey, se casó con Bodo Thyssen. Gabriele renunció al apellido de su padre, al de su madre y se quedó con el que la ligaba a una de las familias más poderosas de Alemania. ¿Sería idea de su madre? Probablemente.

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